Dedo, condón, vaselina, por pendejos nos tocó con Argentina
Política Cero
por Jairo Calixto Albarrán.
Inconsciente que sale del vientre twittero, que se desborda por un tiro que lame el metal del larguero, por un cabezazo sin brújula ni sextante, por la dicha inocua de fallar el clásico pasecito a la red. Del entusiasmo desbordado con cursilería integrada, al pesimismo derrotado como una de las bellas, velludas, velluditas, por las vías de un descalabro pambolero en un Mundial que nos vendieron como crónica anunciada de la pasión, Viacrucis y muerte del “Ya merito”, y el advenimiento inaplazable del “Ya la hicimos” con pase automático a la posteridad.
Se jugó peor que nunca y se perdió como siempre. El Guille Franco convertido en el cobarde del condado por no acariciar el balón como se acaricia a la novia, sino a la suegra. Ni Calderón es tan impopular como este patas chuecas. Javier Aguirre, otrora representante de la nueva generación de winners que todo México esperaba, pasa a ser el ídolo de un pueblo sin gente. Sólo Molinar Horcasitas es tan señalado como el técnico nacional por san buey, cuya temporada de caza la anuncia el PRI de manera formal pero tardía (de no haber sido por los quemones a sus góbers petochos, los choznos de don Plutarco no hubieran hecho nada por los niños de la ABC), aunque se agradecería que al vivales le apliquen el pocito con tehuacán al viejo estilo de El Negro Durazo.
Catémoc Blanco, bofeado y azorrillado; él, amo del teibol, de la filtración futbolera, de la cuatemiña reloaded, era un sombra fugitiva de sí mismo. Es como el Gomezpunk del futbol, nomás va cuerpeando los vendavales, haciéndole taquito a las responsabilidades, pero a la hora buena le da el síndrome yo no fui, fue Teté. Y la increíble y triste historia del cándido Chícharo que volvió a ser chicharito, fue paloma por querer ser gavilán. Quizá me recuerde al Chesarito Nava, hoy injertado en paladín del chuchinero electoral, avisa con copia a la opinión pública a la que le vale gorro todo esto después de uruguayazo, que el que sabe de espionaje es el PRI, pero sobre todo Gelboy Peñanieto. Nada más falso, él lo que sabe es de salir en la tele y de gaviotas, a juzgar por el emblemático y bazbazeado caso Paulette.
Y lo mejor es que la Femexfut, aterrada, entregada ante la Argentina de la iglesia maradoniana, va a buscar la asesoría del PRI, que sí sabe de control de daños. Sobre todo ahora que, en una lección gatopardística, ¡va a luchar contra la guerra sucia que ellos inventaron! Y hasta Manlio Fabio Superstar exige el fin de las campañas de “lodo”… Dedo, condón…
www.twitter.com/jairocalixto
jairo.calixto@milenio.com
Política Cero
por Jairo Calixto Albarrán.
Inconsciente que sale del vientre twittero, que se desborda por un tiro que lame el metal del larguero, por un cabezazo sin brújula ni sextante, por la dicha inocua de fallar el clásico pasecito a la red. Del entusiasmo desbordado con cursilería integrada, al pesimismo derrotado como una de las bellas, velludas, velluditas, por las vías de un descalabro pambolero en un Mundial que nos vendieron como crónica anunciada de la pasión, Viacrucis y muerte del “Ya merito”, y el advenimiento inaplazable del “Ya la hicimos” con pase automático a la posteridad.
Se jugó peor que nunca y se perdió como siempre. El Guille Franco convertido en el cobarde del condado por no acariciar el balón como se acaricia a la novia, sino a la suegra. Ni Calderón es tan impopular como este patas chuecas. Javier Aguirre, otrora representante de la nueva generación de winners que todo México esperaba, pasa a ser el ídolo de un pueblo sin gente. Sólo Molinar Horcasitas es tan señalado como el técnico nacional por san buey, cuya temporada de caza la anuncia el PRI de manera formal pero tardía (de no haber sido por los quemones a sus góbers petochos, los choznos de don Plutarco no hubieran hecho nada por los niños de la ABC), aunque se agradecería que al vivales le apliquen el pocito con tehuacán al viejo estilo de El Negro Durazo.
Catémoc Blanco, bofeado y azorrillado; él, amo del teibol, de la filtración futbolera, de la cuatemiña reloaded, era un sombra fugitiva de sí mismo. Es como el Gomezpunk del futbol, nomás va cuerpeando los vendavales, haciéndole taquito a las responsabilidades, pero a la hora buena le da el síndrome yo no fui, fue Teté. Y la increíble y triste historia del cándido Chícharo que volvió a ser chicharito, fue paloma por querer ser gavilán. Quizá me recuerde al Chesarito Nava, hoy injertado en paladín del chuchinero electoral, avisa con copia a la opinión pública a la que le vale gorro todo esto después de uruguayazo, que el que sabe de espionaje es el PRI, pero sobre todo Gelboy Peñanieto. Nada más falso, él lo que sabe es de salir en la tele y de gaviotas, a juzgar por el emblemático y bazbazeado caso Paulette.
Y lo mejor es que la Femexfut, aterrada, entregada ante la Argentina de la iglesia maradoniana, va a buscar la asesoría del PRI, que sí sabe de control de daños. Sobre todo ahora que, en una lección gatopardística, ¡va a luchar contra la guerra sucia que ellos inventaron! Y hasta Manlio Fabio Superstar exige el fin de las campañas de “lodo”… Dedo, condón…
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jairo.calixto@milenio.com
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