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Bicentenario: los hijos de Walt Disney

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    Bicentenario: los hijos de Walt Disney
    Luis Hernández Navarro


    La celebración del bicentenario de la Independencia tuvo las mismas señas de identidad que han caracterizado la administración de Felipe Calderón.
    Despliegue de fanfarrias militares y tropas; clima nacional de miedo; utilización de los medios de comunicación electrónicos para suplantar la relación directa con la población; banalización de la cultura; politiquería en el manejo de los recursos del Estado, y grandes negocios para los amiguetes.

    Desde que tomó posesión del Ejecutivo, Felipe Calderón ha recurrido a las fuerzas armadas para gobernar. Las fiestas del bicentenario no fueron la excepción. No se trató, tan sólo, del tradicional desfile del 16 de septiembre. El mandatario nombró como fiduciario del Fideicomiso Bicentenario, encargado de administrar los recursos de la fiesta, al Banco Nacional del Ejército, Fuerza Aérea y Armada (Banjército). La institución manejó la nada despreciable cantidad de 3 mil millones de pesos. En la controvertida Expo Bicentenario instalada en Guanajuato se dispuso un pabellón especial dedicado al Ejército.

    Las fiestas patrias se efectuaron en medio de un "estado de miedo", inducido desde el gobierno. Como si se viviera en estado de sitio, más de 25 mil efectivos fueron desplegados en la ciudad de México. Muchos no portaban uniforme.

    En las inmediaciones del Zócalo se establecieron cinco filtros de acceso controlados por el Estado Mayor Presidencial, se colocaron arcos de metal y bandas con rayos X, y los ciudadanos de a pie fueron sometidos a revisiones. Desde el Ejecutivo se promovió que, en lugar de salir a las calles, el show de la Independencia se viera por televisión. Alonso Lujambio, secretario de Educación, insistió en que hacerlo así era "una opción atractiva".

    Pero como en México, país de iguales, unos son más iguales que otros, se asignó a los amigos del mandatario que asistieron al Grito una zona preferencial abajo del balcón presidencial y se les eximió de las acuciosas revisiones que tuvieron que padecer el común de los mortales. Como si el Zócalo no fuera un espacio público abierto a todos, panistas y empleados públicos de pedigrí que portaban una conveniente pulsera verde disfrutaron del espectáculo en la zona VIP sin tener que mezclarse con el peladaje.


    Los festejos emularon un 4 de julio, Día de la Independencia de Estados Unidos, en Disneylandia, sólo que en lugar de que desfilaran Mickey Mouse y Tribilín, 27 ruidosos carros alegóricos en los que se representaron inconexamente episodios de la historia patria recorrieron Paseo de la Reforma.

    En una bella metáfora de la fiesta, toneladas de pólvora fueron quemadas en fuegos de artificio. Celebridades artísticas entretuvieron al respetable que, con frecuencia, no se dejó entretener, y que respondió cantando el Cielito lindo cuando en la pantalla se puso la letra de la canción oficial del bicentenario, El futuro es milenario, para que la entonara.

    Reafirmando que el medio es el mensaje, la televisión fue la reina de la noche. Durante algunas horas el espectáculo fue transmitido en cadena nacional, aunque la cobertura fue mucho más amplia que eso. Como si se tratara de un teletón, los conductores desempolvaron el diccionario de adjetivos para describir el show. No dieron descanso a su audiencia. Desmintiendo la máxima que señala que una imagen vale más que mil palabras, no pararon de hablar un solo momento. Y si ya de por sí la fiesta no tenía un mensaje claro que trasmitir, salvo que se festejaba la celebración, la transmisión televisiva profundizó la balcanización del sentido profundo de la fecha.

    Pero, para las televisoras, las emisiones de 15 y 16 de septiembre no fueron más que la cereza de un pastel mucho más grande. Finalmente, la producción de la subjetividad histórica generada por los productores a cargo del bicentenario coincidió a pie juntillas con la que tiene el dupolio privado: el pasado como una coreografía, los grandes episodios nacionales como un espectáculo de luz y sonido, el "descubrimiento" de la "verdadera" vida de los héroes como un programa de Paty Chapoy.

    No en balde la recreación de la Independencia que se transmite en horario estelar en el Canal de las Estrellas ha logrado amplio consenso crítico en la mayoría de los historiadores profesionales, que coinciden en que la visión del pasado que se divulga es un atentado contra la historia.

    El conjunto de las actividades del bicentenario estuvo atravesado por la pretensión presidencial de usarlas para mejorar su imagen. A pesar de que las celebraciones debieron estar regidas por un espíritu de Estado, terminaron secuestradas por los afanes politiqueros del mandatario.

    Los discursos de unidad nacional que apelaron a nuestro pasado no fueron más que la envoltura para desplegar, no tan subrepticiamente, la agenda presidencial y la de su partido. En una réplica del Tomorrowland ("La tierra del mañana") de Disneylandia, en la ceremonia del Grito en Dolores, Hidalgo, en la mañana del 16 de septiembre, Felipe Calderón se hizo acompañar de Alonso Lujambio y Ernesto Cordero, sus más visibles delfines en la sucesión presidencial.

    Dignos hijos ideológicos de Walt Disney, los organizadores de los festejos del bicentenario hicieron de la efeméride una copia de la visión histórica y mercadotécnica de su tutor. Desgraciadamente ni siquiera hicieron una buena copia.

    http://www.jornada.unam.mx/2010/09/2...ticle=021a2pol

    .
    "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

  • #2
    Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

    Hoy recordamos la manera en que el Porfiriato celebró el Primer Centenario de la Independencia, y muchas de las obras que se hicieron con ese motivo todavía existen, no sólo en la Capital, sino en todo el país.

    Las instrucciones de Porfirio Díaz fueron:

    “El primer centenario debe denotar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública y de que no hay pueblo que no inaugure en la solemne fecha, una mejora pública de importancia”.

    Sólo por mencionar algunas de las obras y eventos más signifcativos:

    La Columna de la Independencia (“El Ángel)
    El Hemiciclo a Juárez
    El monumento a Cuauhtémoc
    El monumento a Washington en la Plaza Dinamarca, obsequio de la colonia americana.
    El monumento a Pasteur, obsequio de la colonia francesa (estaba localizado en el jardín que se encuentra entre la estatua de Cuauhtémoc, en Reforma, y la estación del Ferrocarril Nacional).
    La estatua de Alexander von Humboldt, obsequio de la colonia alemana.
    El monumento a Garibaldi, obsequio de la colonia italiana.
    La reproducción de la escultura de San Jorge, de Donatello, que se encuentra en un nicho en la Academia de San Carlos, regalada por Italia.
    El reloj público en la esquina de Bolívar y Carranza, obsequio de la colonia otomana (Turquía), situado en el jardín del Colegio de Niñas.
    El reloj público situado en el cruce de Bucareli y Atenas, obsequio de la colonia china, en lo que fuera la fuente de la Libertad.
    El nuevo lago de Chapultepec.


    Se fundaron:
    La Universidad Nacional de México.
    La Escuela Normal para Profesores.
    El Nuevo Hospital General de México.
    El Sistema Sismológico Nacional

    En otros Estados de la república:

    En Guadalajara se plantó el árbol del Centenario.
    En Chihuahua se colocó una placa conmemorativa en el sitio donde fue enterrado el cura Hidalgo.
    En San Luis se abrió una biblioteca pública,
    En Querétaro se inauguró un monumento a La Corregidora, el portal Allende y la Escuela de Bellas Artes.
    Inauguración del Casino de La Laguna, Torreón, Coahuila.
    La estatua de Santiago M. Belden, Nuevo Laredo, Tamaulipas.
    El Reloj Municipal, Pachuca, Hidalgo.
    Ampliación del Parque Hidalgo antiguo Paseo del Ojo de Agua, iluminación eléctrica del centro de la ciudad de León, Guanajuato.
    El reloj público y Palacio Municipal, Acapulco, Guerrero.
    El monumento conmemorativo a Don Benito Juárez, Ciudad Juárez.
    El monumento a la Independencia, Guadalajara, Jalisco.
    El teatro El Centenario, Zacualpan, Estado de México.
    El mercado Hidalgo, Guanajuato, Guanajuato
    El Parque Zoológico El Centenario, Mérida, Yucatán.
    El monumento a los Héroes de la Independencia, en la antigua Plaza Colón frente a la Estación de Ferrocarril, Ciudad Victoria, Tamaulipas.


    Además, España le devolvió a México el Uniforme de Morelos, el Estandarte de Hidalgo y muchas otras piezas de la historia de México.

    Francia devolvió las Llaves de la Ciudad de México que se había llevado el General Forey.

    Se realizaron docenas de Congresos y Exposiciones en todo el país.


    Dentro de cien años ¿Qué van a recordar los mexicanos de la “celebración Disneylandia” que hicieron los panistas del Bicentenario?

    ¿El "Coloso"? ¿La Transmisión de Televisa? ¿Los "cuetes"? ¿La churronovela "Gritos" de El Canal de las (barras y las) Estrellas?

    Nada.


    Así de lamentable es este “gobierno patito”.

    .
    "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

    Comment


    • #3
      Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

      Como todo "wannabe" EL JEliponcio del sagrado cucharón de josú y de maría de jodelupe, bragueta persignada azul, cree que todos nos chupamos el dedo como él.

      ni modos.

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      • #4
        Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

        Si hace daño leer La Jornada.

        Todo con medida.
        Pop!

        Comment


        • #5
          Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

          Originalmente publicado por The Mars Volta Ver post
          Si hace daño leer La Jornada.

          Todo con medida.
          Lo que hace daño es no leer nada

          Comment


          • #6
            Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

            Originalmente publicado por alreves Ver post
            Lo que hace daño es no leer nada
            Si, se te nota.

            Pero no hay pedo. Aquí recibimos hasta jotos.
            Pop!

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            • #7
              Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

              Originalmente publicado por The Mars Volta Ver post
              Si hace daño leer La Jornada.
              Todo con medida.
              Claro que les hace daño... les inflama el hígado y los purga.

              Por eso les encantan las focas aplaudidoras del Crónica, el Milenio, Reforma, etcétera.

              Pero argumentos para refutar: Ni uno.

              Así son.

              .
              "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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              • #8
                Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                Originalmente publicado por JacoboCasal Ver post
                Hoy recordamos la manera en que el Porfiriato celebró el Primer Centenario de la Independencia, y muchas de las obras que se hicieron con ese motivo todavía existen, no sólo en la Capital, sino en todo el país.

                Las instrucciones de Porfirio Díaz fueron:

                “El primer centenario debe denotar el mayor avance del país con la realización de obras de positiva utilidad pública y de que no hay pueblo que no inaugure en la solemne fecha, una mejora pública de importancia”.

                Sólo por mencionar algunas de las obras y eventos más signifcativos:

                La Columna de la Independencia (“El Ángel)
                El Hemiciclo a Juárez
                El monumento a Cuauhtémoc
                El monumento a Washington en la Plaza Dinamarca, obsequio de la colonia americana.
                El monumento a Pasteur, obsequio de la colonia francesa (estaba localizado en el jardín que se encuentra entre la estatua de Cuauhtémoc, en Reforma, y la estación del Ferrocarril Nacional).
                La estatua de Alexander von Humboldt, obsequio de la colonia alemana.
                El monumento a Garibaldi, obsequio de la colonia italiana.
                La reproducción de la escultura de San Jorge, de Donatello, que se encuentra en un nicho en la Academia de San Carlos, regalada por Italia.
                El reloj público en la esquina de Bolívar y Carranza, obsequio de la colonia otomana (Turquía), situado en el jardín del Colegio de Niñas.
                El reloj público situado en el cruce de Bucareli y Atenas, obsequio de la colonia china, en lo que fuera la fuente de la Libertad.
                El nuevo lago de Chapultepec.


                Se fundaron:
                La Universidad Nacional de México.
                La Escuela Normal para Profesores.
                El Nuevo Hospital General de México.
                El Sistema Sismológico Nacional

                En otros Estados de la república:

                En Guadalajara se plantó el árbol del Centenario.
                En Chihuahua se colocó una placa conmemorativa en el sitio donde fue enterrado el cura Hidalgo.
                En San Luis se abrió una biblioteca pública,
                En Querétaro se inauguró un monumento a La Corregidora, el portal Allende y la Escuela de Bellas Artes.
                Inauguración del Casino de La Laguna, Torreón, Coahuila.
                La estatua de Santiago M. Belden, Nuevo Laredo, Tamaulipas.
                El Reloj Municipal, Pachuca, Hidalgo.
                Ampliación del Parque Hidalgo antiguo Paseo del Ojo de Agua, iluminación eléctrica del centro de la ciudad de León, Guanajuato.
                El reloj público y Palacio Municipal, Acapulco, Guerrero.
                El monumento conmemorativo a Don Benito Juárez, Ciudad Juárez.
                El monumento a la Independencia, Guadalajara, Jalisco.
                El teatro El Centenario, Zacualpan, Estado de México.
                El mercado Hidalgo, Guanajuato, Guanajuato
                El Parque Zoológico El Centenario, Mérida, Yucatán.
                El monumento a los Héroes de la Independencia, en la antigua Plaza Colón frente a la Estación de Ferrocarril, Ciudad Victoria, Tamaulipas.


                Además, España le devolvió a México el Uniforme de Morelos, el Estandarte de Hidalgo y muchas otras piezas de la historia de México.

                Francia devolvió las Llaves de la Ciudad de México que se había llevado el General Forey.

                Se realizaron docenas de Congresos y Exposiciones en todo el país.


                Dentro de cien años ¿Qué van a recordar los mexicanos de la “celebración Disneylandia” que hicieron los panistas del Bicentenario?

                ¿El "Coloso"? ¿La Transmisión de Televisa? ¿Los "cuetes"? ¿La churronovela "Gritos" de El Canal de las (barras y las) Estrellas?

                Nada.


                Así de lamentable es este “gobierno patito”.

                .

                porfirio diaz fue el mejor presidente en la historia de mexico.
                no solo de cable vive el hombre

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                • #9
                  Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                  Originalmente publicado por mextremista Ver post
                  porfirio diaz fue el mejor presidente en la historia de mexico.
                  Te van a excomulgar los RRATAS, mi estimado Mextremista
                  Rafael Norma
                  Forista Turquesa
                  Last edited by Rafael Norma; 21-septiembre-2010, 17:52.

                  Comment


                  • #10
                    Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                    Originalmente publicado por Rafael Norma Ver post
                    Te van a excomulgar los PRIRRATAS, mi estimado Mextremista
                    No se angustie, don Chorianito, en una república laica no hay "excomuniones", así que pueden seguir "suspirando" por sus emperadores y sus dictadores favoritos.

                    Lo único que provocan, es risa.

                    Los mejores Presidentes que ha tenido México han sido y siguen siendo don Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, aunque les duela.

                    Les envío un cordial saludo a ambos.

                    .
                    "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

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                    • #11
                      Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                      La Reacción
                      Pedro Miguel

                      Imagínense que el gobierno estadunidense festejara en escala nacional el asalto confederado a la guarnición de Fort Sumter y rindiera tributo, de esa forma, a la causa de los esclavistas del Sur. Piensen por un momento cómo se vería el reyezuelo peninsular si echara el Palacio de la Zarzuela por la ventana un 14 de abril, día de la proclamación de la segunda República Española. Háganse la imagen de la fiesta que podría organizar el actual régimen cubano un 4 de septiembre, fecha en la que Fulgencio Batista instauró, en 1933, su primera dictadura.

                      Algo así tuvo que hacer, los pasados 15 y 16 de septiembre, la Reacción mexicana: rendir tributo ceremonial a Hidalgo, a la Corregidora, a Morelos, a Aldama, a Allende, a Guerrero y al pueblo insurgente, es decir, rendir tributo al bando de sus enemigos naturales.

                      Es cierto que la Reacción ha colado, por aquí y por allá, toques poco sutiles de su descontento ante una obligación tan ingrata: el administrador en turno recreó la atrocidad y volvió a poner en exhibición pública los cráneos de los primeros próceres, como lo hizo, en su momento, el virrey Francisco Javier Venegas y Saavedra; los príncipes de la Iglesia sacan los restos de Iturbide de su clóset póstumo para rendirle homenaje asumidamente monárquico, y el régimen se gasta un dineral en un monigote monumental con la cara de Benjamín Argumedo, un incondicional de la violencia por la violencia, como ha demostrado serlo el propio Calderón.

                      Más allá de toda duda, el nombre aparecía en la página web del escultor, posteriormente censurada (http://twitpic.com/2pfwqm/full), asociado al adefesio.

                      Menos recatadas, las autoridades municipales de Querétaro (panistas, but of course), en presumible adelanto de lo que harán el 20 de noviembre, han adornado desde ya las calles con retratos de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta (http://bit.ly/c9w9bK).

                      Si por ellos fuera, los oligarcas y sus administradores estarían rindiendo un abierto homenaje, en estas fechas patrias, a Cortés y a Alvarado, a Calleja y a Francisco Picaluga, a Santa Anna, a Houston y a Lorenzo de Zavala, a Lorencez y a Maximiliano, a John Pershing y a Jesús Guajardo, a León Toral y a la cristera Teresita Bustos.

                      Pero no son tan tontos: saben que, en la disputa por la memoria colectiva, la correlación de fuerzas no les es favorable y que la destrucción de la historia debe ir, por definición, a la zaga de la destrucción del país.

                      Podría parecer que en el segundo de esos terrenos la Reacción gobernante ha logrado grandes avances: ya perdió el control territorial de la franja norte y hoy en día la población, las empresas y los medios de esa zona saben que las autoridades efectivas son los señores de la droga: no se puede culpar al Diario de Juárez por dirigirse a los narcos para pedirles que aclaren las condiciones de su dominio pues, durante décadas, los juarenses se han dirigido a las autoridades formales, federales, estatales y municipales, para demandarles que pongan un alto a la violencia homicida, que hagan justicia y que garanticen la vida de los habitantes, y como respuesta han obtenido prepotencia, desinterés y, en el mejor de los casos, balbuceos incoherentes; como ejemplo, el anterior encargo del actual procurador general de la República, Arturo Chávez y Chávez, en cuyas policiales narices fueron asesinadas centenares de mujeres y creció el descontrol que ahora se expresa en Chihuahua en todo su esplendor.

                      Tienen razón los periodistas juarenses: posiblemente los capos de la droga no sean mucho peores que Calderón y García Luna y, en todo caso, la discusión sería bizantina porque, a fin de cuentas, y si se juzga con hechos, son los primeros quienes detentan el dominio efectivo de la plaza.


                      La Reacción no puede ir mucho más allá: ¿qué habrá de quedarle, después de transferir el sector energético y las telecomunicaciones a las trasnacionales, las funciones de gobierno, a un manojo de contratistas privados, la educación, a la mafia sindical, y el control territorial, a la delincuencia?

                      ¿Con qué aparato se festejará a sí misma? ¿Quién mandará a construir las estatuas de Calderón, Fox, Zedillo y Salinas? ¿El Chapo Guzmán, titular del cártel de Sinaloa, Antonio Brufau, presidente de Repsol, o Emilio Azcárraga, propietario de Televisa, o los tres juntos, por medio de una comisión de delegados?

                      La Reacción está en su mejor momento, es decir, el momento en el que empieza a podrirse por dentro y a agotar el combustible de la rentabilidad nacional.

                      En gran medida, su destino ha dejado de depender de ella misma. Ya se ha visto de lo que es capaz y hasta dónde ha llegado. La indiferencia y la abulia han sido llevadas a los límites en los cuales tendrían que extinguirse. Si es así, ahora la iniciativa le corresponde a la sociedad organizada.

                      http://www.jornada.unam.mx/2010/09/2...ticle=030a1mun




                      Un artículo muy oportuno que invita a la reflexión y al análisis.

                      Explica, sin pelos en la lengua, el por qué del miserable papel del gobierno en la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

                      El mismo que explica el por qué los más destacados miembros de la recua piadosa ("que dios los perdone") de este foro odian a Hidalgo, a Juárez y a Cárdenas; el por qué de su rabia en contra de la Independencia, la Reforma y la Revolución; el por qué idolatran y veneran a Iturbide, a Maximiliano y a Porfirio Díaz.

                      "Ahora la iniciativa le corresponde a la sociedad organizada",

                      Valioso mensaje, si los hemos derrotado siempre en el pasado, esta vez también lo debemos hacer.

                      .
                      JacoboCasal
                      Forista Opalo
                      Last edited by JacoboCasal; 21-septiembre-2010, 18:30.
                      "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

                      Comment


                      • #12
                        Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                        Originalmente publicado por JacoboCasal Ver post
                        La Reacción
                        Pedro Miguel

                        Imagínense que el gobierno estadunidense festejara en escala nacional el asalto confederado a la guarnición de Fort Sumter y rindiera tributo, de esa forma, a la causa de los esclavistas del Sur. Piensen por un momento cómo se vería el reyezuelo peninsular si echara el Palacio de la Zarzuela por la ventana un 14 de abril, día de la proclamación de la segunda República Española. Háganse la imagen de la fiesta que podría organizar el actual régimen cubano un 4 de septiembre, fecha en la que Fulgencio Batista instauró, en 1933, su primera dictadura.

                        Algo así tuvo que hacer, los pasados 15 y 16 de septiembre, la Reacción mexicana: rendir tributo ceremonial a Hidalgo, a la Corregidora, a Morelos, a Aldama, a Allende, a Guerrero y al pueblo insurgente, es decir, rendir tributo al bando de sus enemigos naturales.

                        Es cierto que la Reacción ha colado, por aquí y por allá, toques poco sutiles de su descontento ante una obligación tan ingrata: el administrador en turno recreó la atrocidad y volvió a poner en exhibición pública los cráneos de los primeros próceres, como lo hizo, en su momento, el virrey Francisco Javier Venegas y Saavedra; los príncipes de la Iglesia sacan los restos de Iturbide de su clóset póstumo para rendirle homenaje asumidamente monárquico, y el régimen se gasta un dineral en un monigote monumental con la cara de Benjamín Argumedo, un incondicional de la violencia por la violencia, como ha demostrado serlo el propio Calderón.

                        Más allá de toda duda, el nombre aparecía en la página web del escultor, posteriormente censurada (http://twitpic.com/2pfwqm/full), asociado al adefesio.

                        Menos recatadas, las autoridades municipales de Querétaro (panistas, but of course), en presumible adelanto de lo que harán el 20 de noviembre, han adornado desde ya las calles con retratos de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta (http://bit.ly/c9w9bK).

                        Si por ellos fuera, los oligarcas y sus administradores estarían rindiendo un abierto homenaje, en estas fechas patrias, a Cortés y a Alvarado, a Calleja y a Francisco Picaluga, a Santa Anna, a Houston y a Lorenzo de Zavala, a Lorencez y a Maximiliano, a John Pershing y a Jesús Guajardo, a León Toral y a la cristera Teresita Bustos.

                        Pero no son tan tontos: saben que, en la disputa por la memoria colectiva, la correlación de fuerzas no les es favorable y que la destrucción de la historia debe ir, por definición, a la zaga de la destrucción del país.

                        Podría parecer que en el segundo de esos terrenos la Reacción gobernante ha logrado grandes avances: ya perdió el control territorial de la franja norte y hoy en día la población, las empresas y los medios de esa zona saben que las autoridades efectivas son los señores de la droga: no se puede culpar al Diario de Juárez por dirigirse a los narcos para pedirles que aclaren las condiciones de su dominio pues, durante décadas, los juarenses se han dirigido a las autoridades formales, federales, estatales y municipales, para demandarles que pongan un alto a la violencia homicida, que hagan justicia y que garanticen la vida de los habitantes, y como respuesta han obtenido prepotencia, desinterés y, en el mejor de los casos, balbuceos incoherentes; como ejemplo, el anterior encargo del actual procurador general de la República, Arturo Chávez y Chávez, en cuyas policiales narices fueron asesinadas centenares de mujeres y creció el descontrol que ahora se expresa en Chihuahua en todo su esplendor.

                        Tienen razón los periodistas juarenses: posiblemente los capos de la droga no sean mucho peores que Calderón y García Luna y, en todo caso, la discusión sería bizantina porque, a fin de cuentas, y si se juzga con hechos, son los primeros quienes detentan el dominio efectivo de la plaza.


                        La Reacción no puede ir mucho más allá: ¿qué habrá de quedarle, después de transferir el sector energético y las telecomunicaciones a las trasnacionales, las funciones de gobierno, a un manojo de contratistas privados, la educación, a la mafia sindical, y el control territorial, a la delincuencia?

                        ¿Con qué aparato se festejará a sí misma? ¿Quién mandará a construir las estatuas de Calderón, Fox, Zedillo y Salinas? ¿El Chapo Guzmán, titular del cártel de Sinaloa, Antonio Brufau, presidente de Repsol, o Emilio Azcárraga, propietario de Televisa, o los tres juntos, por medio de una comisión de delegados?

                        La Reacción está en su mejor momento, es decir, el momento en el que empieza a podrirse por dentro y a agotar el combustible de la rentabilidad nacional.

                        En gran medida, su destino ha dejado de depender de ella misma. Ya se ha visto de lo que es capaz y hasta dónde ha llegado. La indiferencia y la abulia han sido llevadas a los límites en los cuales tendrían que extinguirse. Si es así, ahora la iniciativa le corresponde a la sociedad organizada.

                        http://www.jornada.unam.mx/2010/09/2...ticle=030a1mun




                        Un artículo muy oportuno que invita a la reflexión y al análisis.

                        Explica, sin pelos en la lengua, el por qué del miserable papel del gobierno en la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

                        El mismo que explica el por qué los más destacados miembros de la recua piadosa ("que dios los perdone") de este foro odian a Hidalgo, a Juárez y a Cárdenas; el por qué de su rabia en contra de la Independencia, la Reforma y la Revolución; el por qué idolatran y veneran a Iturbide, a Maximiliano y a Porfirio Díaz.

                        "Ahora la iniciativa le corresponde a la sociedad organizada",

                        Valioso mensaje, si los hemos derrotado siempre en el pasado, esta vez también lo debemos hacer.

                        .


                        tiene razon el mareciano volteado, leer la jornada es nocivo para la mente...
                        no solo de cable vive el hombre

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                        • #13
                          Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                          Originalmente publicado por mextremista Ver post
                          tiene razon el mareciano volteado, leer la jornada es nocivo para la mente...
                          Efectivamente, resulta muy doloroso para quienes tienen una mente tan pequeñita como ustedes.

                          Pero aunque les duela, les sirve.

                          .
                          "Si alguien ve algo malo en mis escritos es porque los mira con ojos de maldad"

                          Comment


                          • #14
                            Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                            Originalmente publicado por JacoboCasal Ver post
                            No se angustie, don Chorianito, en una república laica no hay "excomuniones", así que pueden seguir "suspirando" por sus emperadores y sus dictadores favoritos.

                            Lo único que provocan, es risa.

                            Los mejores Presidentes que ha tenido México han sido y siguen siendo don Benito Juárez y Lázaro Cárdenas, aunque les duela.

                            Les envío un cordial saludo a ambos.

                            .

                            pues me gustaria que mostraras las obras que hizo benito juarez, si superan a las de diaz tienes razon, aunque diaz no le vendio el pais a los e.u como lo hizo el zapoteco.

                            y lazaro cardenas le quito el petroleo a los anglosajones pero se los dio a un sindicato insaciable y corrupto igual que su partido, ademas que le dio en la madre al campo como ha quedado demostrado con los miles de emigrantes mexicanos michoacanos que mejor se fueron a e.u, ademas que masacro a la oposicion en los comicios de 1940, dandole el triunfo fraudulento a avila camacho.

                            te envio una cordial mentada de madre...
                            no solo de cable vive el hombre

                            Comment


                            • #15
                              Re: Bicentenario: los hijos de Walt Disney

                              Originalmente publicado por JacoboCasal Ver post
                              La Reacción
                              Pedro Miguel

                              Imagínense que el gobierno estadunidense festejara en escala nacional el asalto confederado a la guarnición de Fort Sumter y rindiera tributo, de esa forma, a la causa de los esclavistas del Sur. Piensen por un momento cómo se vería el reyezuelo peninsular si echara el Palacio de la Zarzuela por la ventana un 14 de abril, día de la proclamación de la segunda República Española. Háganse la imagen de la fiesta que podría organizar el actual régimen cubano un 4 de septiembre, fecha en la que Fulgencio Batista instauró, en 1933, su primera dictadura.

                              Algo así tuvo que hacer, los pasados 15 y 16 de septiembre, la Reacción mexicana: rendir tributo ceremonial a Hidalgo, a la Corregidora, a Morelos, a Aldama, a Allende, a Guerrero y al pueblo insurgente, es decir, rendir tributo al bando de sus enemigos naturales.

                              Es cierto que la Reacción ha colado, por aquí y por allá, toques poco sutiles de su descontento ante una obligación tan ingrata: el administrador en turno recreó la atrocidad y volvió a poner en exhibición pública los cráneos de los primeros próceres, como lo hizo, en su momento, el virrey Francisco Javier Venegas y Saavedra; los príncipes de la Iglesia sacan los restos de Iturbide de su clóset póstumo para rendirle homenaje asumidamente monárquico, y el régimen se gasta un dineral en un monigote monumental con la cara de Benjamín Argumedo, un incondicional de la violencia por la violencia, como ha demostrado serlo el propio Calderón.

                              Más allá de toda duda, el nombre aparecía en la página web del escultor, posteriormente censurada (http://twitpic.com/2pfwqm/full), asociado al adefesio.

                              Menos recatadas, las autoridades municipales de Querétaro (panistas, but of course), en presumible adelanto de lo que harán el 20 de noviembre, han adornado desde ya las calles con retratos de Porfirio Díaz y de Victoriano Huerta (http://bit.ly/c9w9bK).

                              Si por ellos fuera, los oligarcas y sus administradores estarían rindiendo un abierto homenaje, en estas fechas patrias, a Cortés y a Alvarado, a Calleja y a Francisco Picaluga, a Santa Anna, a Houston y a Lorenzo de Zavala, a Lorencez y a Maximiliano, a John Pershing y a Jesús Guajardo, a León Toral y a la cristera Teresita Bustos.

                              Pero no son tan tontos: saben que, en la disputa por la memoria colectiva, la correlación de fuerzas no les es favorable y que la destrucción de la historia debe ir, por definición, a la zaga de la destrucción del país.

                              Podría parecer que en el segundo de esos terrenos la Reacción gobernante ha logrado grandes avances: ya perdió el control territorial de la franja norte y hoy en día la población, las empresas y los medios de esa zona saben que las autoridades efectivas son los señores de la droga: no se puede culpar al Diario de Juárez por dirigirse a los narcos para pedirles que aclaren las condiciones de su dominio pues, durante décadas, los juarenses se han dirigido a las autoridades formales, federales, estatales y municipales, para demandarles que pongan un alto a la violencia homicida, que hagan justicia y que garanticen la vida de los habitantes, y como respuesta han obtenido prepotencia, desinterés y, en el mejor de los casos, balbuceos incoherentes; como ejemplo, el anterior encargo del actual procurador general de la República, Arturo Chávez y Chávez, en cuyas policiales narices fueron asesinadas centenares de mujeres y creció el descontrol que ahora se expresa en Chihuahua en todo su esplendor.

                              Tienen razón los periodistas juarenses: posiblemente los capos de la droga no sean mucho peores que Calderón y García Luna y, en todo caso, la discusión sería bizantina porque, a fin de cuentas, y si se juzga con hechos, son los primeros quienes detentan el dominio efectivo de la plaza.


                              La Reacción no puede ir mucho más allá: ¿qué habrá de quedarle, después de transferir el sector energético y las telecomunicaciones a las trasnacionales, las funciones de gobierno, a un manojo de contratistas privados, la educación, a la mafia sindical, y el control territorial, a la delincuencia?

                              ¿Con qué aparato se festejará a sí misma? ¿Quién mandará a construir las estatuas de Calderón, Fox, Zedillo y Salinas? ¿El Chapo Guzmán, titular del cártel de Sinaloa, Antonio Brufau, presidente de Repsol, o Emilio Azcárraga, propietario de Televisa, o los tres juntos, por medio de una comisión de delegados?

                              La Reacción está en su mejor momento, es decir, el momento en el que empieza a podrirse por dentro y a agotar el combustible de la rentabilidad nacional.

                              En gran medida, su destino ha dejado de depender de ella misma. Ya se ha visto de lo que es capaz y hasta dónde ha llegado. La indiferencia y la abulia han sido llevadas a los límites en los cuales tendrían que extinguirse. Si es así, ahora la iniciativa le corresponde a la sociedad organizada.

                              http://www.jornada.unam.mx/2010/09/2...ticle=030a1mun

                              Un artículo muy oportuno que invita a la reflexión y al análisis.

                              Explica, sin pelos en la lengua, el por qué del miserable papel del gobierno en la celebración del Bicentenario de la Independencia y el Centenario de la Revolución.

                              El mismo que explica el por qué los más destacados miembros de la recua piadosa ("que dios los perdone") de este foro odian a Hidalgo, a Juárez y a Cárdenas; el por qué de su rabia en contra de la Independencia, la Reforma y la Revolución; el por qué idolatran y veneran a Iturbide, a Maximiliano y a Porfirio Díaz.

                              "Ahora la iniciativa le corresponde a la sociedad organizada",

                              Valioso mensaje, si los hemos derrotado siempre en el pasado, esta vez también lo debemos hacer.

                              .

                              Juar juar juar...

                              Más allá de los chillidos de marrano del autor, el mensaje cursi del final está poca madre, casi chillo... que William Wallace ni que mis chorejas..
                              Pop!

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