La Era Cognoscitiva
Por DAVID BROOKS
Publicado el 2 de mayo de 2008 por The New York Times
Traducido por Rafael Norma Méndez
Si vas a una buena biblioteca, encontrarás miles de libros sobre la globalización.
Algunos la alabarán. Otros te advertirán sobre sus peligros. Pero todos estarán de acuerdo en que la globalización es la fuerza directriz de nuestra era. Nuestras vidas están siendo transformadas por el creciente movimiento de bienes, personas y capitales a través de las fronteras.
El paradigma de la globalización ha conducido en la arenas política, a cierta narrativa histórica: Había una vez estados constituidos como naciones como los Estados Unidos de América y las potencias Europeas, cuyas economías podían estar seguras dentro de sus fronteras. Peor ahora el capital fluye libremente. La tecnología ha nivelado el campo del juego. La competencia es fiera y global.
Nuevos dinamos como la India y China amenazan el dominio Americano, gracias a su mano de obra barata y a sus divisas manipuladas. A hora todo se hace en el extranjero. Las manufacturas Americnanas están decayendo. El resto de la economía está amenazada.
Hillary Clinton resumió la narrativa esta semana: “Vinieron por la industria acerera y nadie dijo nada. Vinieron por las compañías fabricantes de automóviles, y nadie dijo nada. Vinieron por las compañías de oficinas, por la gente de cuello blanco que está empleada en servicios, y nadie dijo nada. Y ellos vinieron por los trabajos profesionales que podían hacerse afuera (outscourced), Y nadie dijo nada.”
El paradigma de la globalización se ha vuelto demasiado conveniente para los políticos. Les permite culpar a los extranjeros de las calamidades económicas. Les permite aparentar eso al volver a escribir los acuerdos comerciales, ellos pueden mitigar la ansiedad económica. Les permite tratar los cambios económicos y sociales como una gran competencia mercantil, con varios equipos que compiten por la supremacía global, y con los políticos en el papel de Generales que son los que mandan.
Pero hay un problema con la manera como el paradigma de la globalización se ha desarrollado. Realmente no explica la mayor parte de lo que sucede en el mundo.
La globalización es real e importante. Y no es justo la fuerza central que impulsa el cambio económico. Algunos Americanos han visto cómo sus empleos se han embarcado al extranjero, pero la competencia global da cuenta de una pequeña participación de la creación y destrucción de empleos durante las pasadas décadas. El capital en verdad fluye alrededor del mundo. Pero tal como Pankaj Ghemawat de la Escuela de administración de empresas de Harvard ha observado, el 90 % de la inversión fija alrededor del mundo es doméstica. Las compañías abren plantas en el extranjero, pero esto es principalmente de modo que sus instalaciones de producción puedan cerrarse a los mercados locales.
Tampoco el paradigma de la globalización es tan siquiera preciso cuandos e aplica a la manufactura. En vez de irse a Asia, la salida de manufactura estadounidense está por arriba durante las décadas recientes. Como lo ha señalado Thomas Duesterberg de Manufacturers Alliance/MAPI, una firma de investigación, la participación de los estados Unidos de América en la salida de la manufactura global ha crecido ligeramente desde 1980.
La principal fuerza que le da nueva forma a la manufactura es el cambio tecnológico (acelerado por la competencia con otras compañáis en Alemania, Canadá y más abajo en esta calle). Gracias a la innovación, la productividad en la manufactura se ha duplicado en dos décadas. Los patrones ahora requieren menos trabajadores, pero con mayores habilidades. El cambio tecnológico afecta a China tanto como a América. William Overholt de la Compañía RAND ha notado que entre 1994 y2004 los Chinos crearon 25 millones de empleos de manufactura, 10 veces más que en los Estados Unidos de América.
El proceso central que impulsa esto no es la globalización. Es la revolución en las habilidades. Nos estamos desplazando a una era cognoscitiva más demandante. Para tener éxito, la gente está constreñida a volverse mejor en absorber, procesar y combinar información. Esto está sucediendo en sectores globalizados y localizados, y sucedería aún cuando tú rompieras cada acuerdo comercial que se hubiera escrito.
El paradigma de la globalización enfatiza el hecho de que la información ahora viaja a 15,000 millas por segundo. Pero la más importante parte del viaje de la información son los últimos centímetros— El espacio entre los ojos o los oidos de una persona y sus varias regiones del cerebro. ¿Tiene el individuo la capacidad para comprender la información? ¿Tiene el entrenamiento para explotarlo? ¿Existen suposiciones culturales que distorsionan la manera como se percibe?
El paradigma de la globalización conduce a la gente a ver el desarrollo económico como una forma de política extranjera, como una gran competencia entre naciones y civilizaciones. Estas abstracciones, denominadas ”Los Chinos” o “Los Indios,” están haciendo esto o lo otro. Pero el paradigma de la era cognoscitiva enfatiza la psicología, cultura y pedagogía; los procesos específicos que alientan el aprendizaje. Enfatiza que las diferentes sociedades están siendo sometidas de maneras similares por las crecientes demandas del capital humano. Si tú comprendes que estás viviendo al inicio de la era cognoscitiva, te enfocarás sobre la real fuente de prosperidad y entenderás que tu ansiedad no está siendo provocada por un extranjero.
No es que la globalización y la revolución en las destrezas sean procesos contradictorios. Pero cuál de los paradigmas que abraces determinará qué hechos y remedios enfatizas. Los políticos especialmente los demócratas se han enamorado con el paradigma de la globalización. Es momento de superar todo eso.
http://www.nytimes.com/2008/05/02/op...hp&oref=slogin
Por DAVID BROOKS
Publicado el 2 de mayo de 2008 por The New York Times
Traducido por Rafael Norma Méndez
Si vas a una buena biblioteca, encontrarás miles de libros sobre la globalización.
Algunos la alabarán. Otros te advertirán sobre sus peligros. Pero todos estarán de acuerdo en que la globalización es la fuerza directriz de nuestra era. Nuestras vidas están siendo transformadas por el creciente movimiento de bienes, personas y capitales a través de las fronteras.
El paradigma de la globalización ha conducido en la arenas política, a cierta narrativa histórica: Había una vez estados constituidos como naciones como los Estados Unidos de América y las potencias Europeas, cuyas economías podían estar seguras dentro de sus fronteras. Peor ahora el capital fluye libremente. La tecnología ha nivelado el campo del juego. La competencia es fiera y global.
Nuevos dinamos como la India y China amenazan el dominio Americano, gracias a su mano de obra barata y a sus divisas manipuladas. A hora todo se hace en el extranjero. Las manufacturas Americnanas están decayendo. El resto de la economía está amenazada.
Hillary Clinton resumió la narrativa esta semana: “Vinieron por la industria acerera y nadie dijo nada. Vinieron por las compañías fabricantes de automóviles, y nadie dijo nada. Vinieron por las compañías de oficinas, por la gente de cuello blanco que está empleada en servicios, y nadie dijo nada. Y ellos vinieron por los trabajos profesionales que podían hacerse afuera (outscourced), Y nadie dijo nada.”
El paradigma de la globalización se ha vuelto demasiado conveniente para los políticos. Les permite culpar a los extranjeros de las calamidades económicas. Les permite aparentar eso al volver a escribir los acuerdos comerciales, ellos pueden mitigar la ansiedad económica. Les permite tratar los cambios económicos y sociales como una gran competencia mercantil, con varios equipos que compiten por la supremacía global, y con los políticos en el papel de Generales que son los que mandan.
Pero hay un problema con la manera como el paradigma de la globalización se ha desarrollado. Realmente no explica la mayor parte de lo que sucede en el mundo.
La globalización es real e importante. Y no es justo la fuerza central que impulsa el cambio económico. Algunos Americanos han visto cómo sus empleos se han embarcado al extranjero, pero la competencia global da cuenta de una pequeña participación de la creación y destrucción de empleos durante las pasadas décadas. El capital en verdad fluye alrededor del mundo. Pero tal como Pankaj Ghemawat de la Escuela de administración de empresas de Harvard ha observado, el 90 % de la inversión fija alrededor del mundo es doméstica. Las compañías abren plantas en el extranjero, pero esto es principalmente de modo que sus instalaciones de producción puedan cerrarse a los mercados locales.
Tampoco el paradigma de la globalización es tan siquiera preciso cuandos e aplica a la manufactura. En vez de irse a Asia, la salida de manufactura estadounidense está por arriba durante las décadas recientes. Como lo ha señalado Thomas Duesterberg de Manufacturers Alliance/MAPI, una firma de investigación, la participación de los estados Unidos de América en la salida de la manufactura global ha crecido ligeramente desde 1980.
La principal fuerza que le da nueva forma a la manufactura es el cambio tecnológico (acelerado por la competencia con otras compañáis en Alemania, Canadá y más abajo en esta calle). Gracias a la innovación, la productividad en la manufactura se ha duplicado en dos décadas. Los patrones ahora requieren menos trabajadores, pero con mayores habilidades. El cambio tecnológico afecta a China tanto como a América. William Overholt de la Compañía RAND ha notado que entre 1994 y2004 los Chinos crearon 25 millones de empleos de manufactura, 10 veces más que en los Estados Unidos de América.
El proceso central que impulsa esto no es la globalización. Es la revolución en las habilidades. Nos estamos desplazando a una era cognoscitiva más demandante. Para tener éxito, la gente está constreñida a volverse mejor en absorber, procesar y combinar información. Esto está sucediendo en sectores globalizados y localizados, y sucedería aún cuando tú rompieras cada acuerdo comercial que se hubiera escrito.
El paradigma de la globalización enfatiza el hecho de que la información ahora viaja a 15,000 millas por segundo. Pero la más importante parte del viaje de la información son los últimos centímetros— El espacio entre los ojos o los oidos de una persona y sus varias regiones del cerebro. ¿Tiene el individuo la capacidad para comprender la información? ¿Tiene el entrenamiento para explotarlo? ¿Existen suposiciones culturales que distorsionan la manera como se percibe?
El paradigma de la globalización conduce a la gente a ver el desarrollo económico como una forma de política extranjera, como una gran competencia entre naciones y civilizaciones. Estas abstracciones, denominadas ”Los Chinos” o “Los Indios,” están haciendo esto o lo otro. Pero el paradigma de la era cognoscitiva enfatiza la psicología, cultura y pedagogía; los procesos específicos que alientan el aprendizaje. Enfatiza que las diferentes sociedades están siendo sometidas de maneras similares por las crecientes demandas del capital humano. Si tú comprendes que estás viviendo al inicio de la era cognoscitiva, te enfocarás sobre la real fuente de prosperidad y entenderás que tu ansiedad no está siendo provocada por un extranjero.
No es que la globalización y la revolución en las destrezas sean procesos contradictorios. Pero cuál de los paradigmas que abraces determinará qué hechos y remedios enfatizas. Los políticos especialmente los demócratas se han enamorado con el paradigma de la globalización. Es momento de superar todo eso.
http://www.nytimes.com/2008/05/02/op...hp&oref=slogin
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