Re: Lo que dijo Ruth Zavaleta
Calderón y las bombas molotov
¿ Qué es y para qué sirve una bomba molotov? Todos saben que es un explosivo casero —una botella de cristal con gasolina dentro y estopa a manera de tapón y mecha— capaz de iniciar un incendio de propagación rápida y grandes magnitudes
Diputados del PRD introdujeron a San Lázaro “un arsenalâ€
Odio, rencor y resentimiento, antes que reconocer la derrota
¿ Qué es y para qué sirve una bomba molotov? Todos saben que es un explosivo casero —una botella de cristal con gasolina dentro y estopa a manera de tapón y mecha— capaz de iniciar un incendio de propagación rápida y grandes magnitudes.
Para darnos una idea de lo que son capaces de producir, bastarÃa con recordar las imágenes que vimos por televisión del enfrentamiento de la APPO con la sociedad y la policÃa de Oaxaca, y en donde con bombas molotov eran reducidos a cenizas, en unos minutos, los camiones y automóviles que secuestraban los activistas.
Bueno, pues gracias a la revelación “chabacana†y hasta anecdótica de la diputada Ruth Zavaleta, hoy sabemos que “un arsenal†de bombas molotov fue introducido al recinto de San Lázaro por diputados del PRD en horas previas al 1 de diciembre de 2006, en prevención de eventuales “guerritasâ€, según dijo, y narró incluso que debieron esconder el arsenal para evitar que fuera descubierto por los perros que emplea el Estado Mayor Presidencial.
Y en efecto, lo que hoy mueve a risa —sobre todo cuando la anécdota fue contada por Zavaleta— puede servir para mucho más que ejercitar el músculo cardiaco, ya que ilustra el tamaño y lo demencial de “la guerra†que desde el 3 de julio y hasta hoy empuja un sector del PRD contra el gobierno de Calderón, al que insisten en derrocar mediante la fuerza.
Por chusca que resulte la revelación, hoy no pueden venir a decirnos que fabricaron las molotov, las llevaron al salón de plenos, las ocultaron y las tenÃan listas “por si las moscasâ€, sólo para jugar una broma a los mexicanos, o acaso para montar la tramoya de “una guerritaâ€, como dice Zavaleta.
En efecto, ese dÃa no ocurrió nada extraordinario en San Lázaro, en la sesión en la que tomó posesión Felipe Calderón; nadie detonó la locura de las bombas. Pero antes alguien tuvo la idea de fabricarlas, de usarlas contra quién sabe qué enemigo polÃtico, en un recinto legislativo sÃmbolo de las ideas y las palabras antes que de la violencia; alguien colaboró para meterlas a San Lázaro… ¿Quién ideó, ordenó, permitió esa locura? ¿Ante qué nivel de odio, rencor, y despropósito anárquico llevó el resentimiento opositor de julio de 2006?
Y sÃ, entre broma y chascarrillo, hoy la historia puede resultar simpática, pero detrás encierra el germen de lo que hoy se reconoce de manera pública por polÃticos locuaces como Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho; el objetivo inmediato luego de la derrota que sufrieron el 2 de julio de 2006 fue derrocar por la fuerza, mediante el uso de la violencia, al gobierno de Calderón.
Odio, rencor y resentimiento, antes que la grandeza de reconocer los errores y la derrota. Pero debe resultar difÃcil para polÃticos como Muñoz Ledo, que en el tricolor no fue presidenciable, tampoco en el amarillo y menos en el azul, y que en 2006 sufrió otra derrota. Para Camacho, que en 1994 se quedó en la orilla y en 2006 sufrió otra decepción. Y menos para López Obrador, el gran ganador en el sexenio 2000-2006, pero el gran perdedor en la noche triste del 2 de julio de hace dos años. Es mucho odio, rencor y resentimiento.
¿Alguien puede imaginar lo que habrÃa ocurrido si uno de esos descocados que idearon el arsenal molotov lo hubiese utilizado en el salón plenario en la sesión de Congreso General, en la que debÃa tomar posesión el presidente Calderón?
Si imaginamos lo que hubiese ocurrido en ese supuesto, entonces podemos imaginar el tamaño del odio, el rencor y el resentimiento; la magnitud de la fractura en el PRD, podemos entender el porqué de los afanes por derrocar al gobierno de Calderón y ese despropósito de colocarse, en paralelo con el narcotráfico y el crimen organizado, en la destrucción del gobierno de Calderón.
Y no, no se equivoquen los lectores despistados. En el Itinerario PolÃtico de ayer nunca hablamos de una alianza entre los radicales del PRD y los cárteles de las drogas. Dijimos, eso sÃ, y lo sostenemos, que el FAP, AMLO, Muñoz Ledo y Manuel Camacho quieren derrocar al gobierno de Calderón mediante la violencia y la ingobernabilidad. Lo mismo pretende el narcotráfico y también ya nos lo hizo saber.
Y claro al jalón de orejas, la señora Zavaleta se desdijo.
Originalmente publicado por josé lópez
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¿ Qué es y para qué sirve una bomba molotov? Todos saben que es un explosivo casero —una botella de cristal con gasolina dentro y estopa a manera de tapón y mecha— capaz de iniciar un incendio de propagación rápida y grandes magnitudes
Diputados del PRD introdujeron a San Lázaro “un arsenalâ€
Odio, rencor y resentimiento, antes que reconocer la derrota
¿ Qué es y para qué sirve una bomba molotov? Todos saben que es un explosivo casero —una botella de cristal con gasolina dentro y estopa a manera de tapón y mecha— capaz de iniciar un incendio de propagación rápida y grandes magnitudes.
Para darnos una idea de lo que son capaces de producir, bastarÃa con recordar las imágenes que vimos por televisión del enfrentamiento de la APPO con la sociedad y la policÃa de Oaxaca, y en donde con bombas molotov eran reducidos a cenizas, en unos minutos, los camiones y automóviles que secuestraban los activistas.
Bueno, pues gracias a la revelación “chabacana†y hasta anecdótica de la diputada Ruth Zavaleta, hoy sabemos que “un arsenal†de bombas molotov fue introducido al recinto de San Lázaro por diputados del PRD en horas previas al 1 de diciembre de 2006, en prevención de eventuales “guerritasâ€, según dijo, y narró incluso que debieron esconder el arsenal para evitar que fuera descubierto por los perros que emplea el Estado Mayor Presidencial.
Y en efecto, lo que hoy mueve a risa —sobre todo cuando la anécdota fue contada por Zavaleta— puede servir para mucho más que ejercitar el músculo cardiaco, ya que ilustra el tamaño y lo demencial de “la guerra†que desde el 3 de julio y hasta hoy empuja un sector del PRD contra el gobierno de Calderón, al que insisten en derrocar mediante la fuerza.
Por chusca que resulte la revelación, hoy no pueden venir a decirnos que fabricaron las molotov, las llevaron al salón de plenos, las ocultaron y las tenÃan listas “por si las moscasâ€, sólo para jugar una broma a los mexicanos, o acaso para montar la tramoya de “una guerritaâ€, como dice Zavaleta.
En efecto, ese dÃa no ocurrió nada extraordinario en San Lázaro, en la sesión en la que tomó posesión Felipe Calderón; nadie detonó la locura de las bombas. Pero antes alguien tuvo la idea de fabricarlas, de usarlas contra quién sabe qué enemigo polÃtico, en un recinto legislativo sÃmbolo de las ideas y las palabras antes que de la violencia; alguien colaboró para meterlas a San Lázaro… ¿Quién ideó, ordenó, permitió esa locura? ¿Ante qué nivel de odio, rencor, y despropósito anárquico llevó el resentimiento opositor de julio de 2006?
Y sÃ, entre broma y chascarrillo, hoy la historia puede resultar simpática, pero detrás encierra el germen de lo que hoy se reconoce de manera pública por polÃticos locuaces como Andrés Manuel López Obrador, Porfirio Muñoz Ledo y Manuel Camacho; el objetivo inmediato luego de la derrota que sufrieron el 2 de julio de 2006 fue derrocar por la fuerza, mediante el uso de la violencia, al gobierno de Calderón.
Odio, rencor y resentimiento, antes que la grandeza de reconocer los errores y la derrota. Pero debe resultar difÃcil para polÃticos como Muñoz Ledo, que en el tricolor no fue presidenciable, tampoco en el amarillo y menos en el azul, y que en 2006 sufrió otra derrota. Para Camacho, que en 1994 se quedó en la orilla y en 2006 sufrió otra decepción. Y menos para López Obrador, el gran ganador en el sexenio 2000-2006, pero el gran perdedor en la noche triste del 2 de julio de hace dos años. Es mucho odio, rencor y resentimiento.
¿Alguien puede imaginar lo que habrÃa ocurrido si uno de esos descocados que idearon el arsenal molotov lo hubiese utilizado en el salón plenario en la sesión de Congreso General, en la que debÃa tomar posesión el presidente Calderón?
Si imaginamos lo que hubiese ocurrido en ese supuesto, entonces podemos imaginar el tamaño del odio, el rencor y el resentimiento; la magnitud de la fractura en el PRD, podemos entender el porqué de los afanes por derrocar al gobierno de Calderón y ese despropósito de colocarse, en paralelo con el narcotráfico y el crimen organizado, en la destrucción del gobierno de Calderón.
Y no, no se equivoquen los lectores despistados. En el Itinerario PolÃtico de ayer nunca hablamos de una alianza entre los radicales del PRD y los cárteles de las drogas. Dijimos, eso sÃ, y lo sostenemos, que el FAP, AMLO, Muñoz Ledo y Manuel Camacho quieren derrocar al gobierno de Calderón mediante la violencia y la ingobernabilidad. Lo mismo pretende el narcotráfico y también ya nos lo hizo saber.
Y claro al jalón de orejas, la señora Zavaleta se desdijo.
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