Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma
ueños,ensueños y/o fantasias,a veces inspira
//FantasÃa explÃcita y fantasÃa latente.
La exclusión del sentido común en la fantasÃa.
CaracterÃsticas corporales y psÃquicas del artista.
Función compensadora de la fantasÃa.
CrÃtica de la teorÃa del desdoblamiento de la personalidad.
Predominio de las imágenes visuales en el sueño.
Interpretación de la censura onÃrica.
Los dos puntos de partida de la concepción psicológico individual del sueño. El factor exógeno y los restos diurnos.//
El examen de esta tematica nos lleva al reino de la fantasÃa. SerÃa un grave error aislar de la totalidad de la vida psÃquica y de su ligazón con la realidad del mundo circundante esta función de la fantasÃa, resultante de la corriente de la evolución.
Y un error todavÃa mayor, intentar oponerla a la totalidad del Yo.
Antes bien hay que considerarla como parte integrante del estilo de vida, al que, en su calidad de movimiento psÃquico, caracteriza y a la vez perfila dentro de las restantes partes integrantes de la vida anÃmica.
Esta función lleva además en sà la expresión de la ley individual de movimiento. En determinadas circunstancias tiene por misión manifestarse intelectualmente, mientras que, en general, permanece escondida en la esfera de los sentimientos y de las emociones, o se halla involucrada dentro de las diversas actitudes que el individuo adopta ante la vida.
Como cualquier otro movimiento anÃmico, apunta al porvenir, puesto que su misión consiste también en avanzar hacia el objetivo ideal de la perfección. Considerada desde este punto de vista, quedará completamente claro lo vano que es querer encontrar en su movimiento o en el de sus derivados --los sueños y ensueños--la //realización de un deseo//, y es más vano aún creer que con definiciones tales se ha contribuido en algo a la comprensión de su mecanismo.
Puesto que toda forma de expresión anÃmica se mueve de abajo arriba, de una situación de minus a una situación de plus, está claro que todo movimiento de expresión anÃmica puede interpretarse como realización de un deseo.
Más que del sentido común, la fantasÃa se sirve de la capacidad de adivinar, sin que esto quiera decir que //acierte// siempre.
Su mecanismo consiste en que durante un lapso de tiempo --en la psicosis, de un modo permanente-- hace abstracción del sentido común, esto es, de la lógica de convivencia humana y del actual sentido de comunidad, por no tener que caminar por las áridas sendas colectivas, cosa que logrará con tanta mayor facilidad cuanto menos prive el sentimiento de comunidad.
En cambio, si éste es fuerte, los paseos de la fantasÃa se encaminarán hacia el objetivo del enriquecimiento de la sociedad.
A pesar de los miles y miles de variantes, el proceso de los movimientos anÃmicos que se suceden puede siempre descomponerse artificialmente en pensamientos, sentimientos y disposiciones para la adopción de determinadas actitudes sociales.
Las actitudes //justas//, //normales//, //valiosas//, no serán reconocidas por nosotros como tales sino en el caso de que sirvan --como en las grandes obras-- a la comunidad.
Cualquier otra interpretación conceptual de estos juicios queda lógicamente excluida, lo cual no impide que, muy a menudo, esas obras sean rechazadas por el actual nivel de //sentido común//, en tanto no existan las condiciones para alcanzar un mayor grado de comprensión de los intereses de la comunidad.
Todo intento de dar solución a un problema cualquiera pone a trabajar la fantasÃa, puesto que se trata de lo desconocido, de lo por venir.
Además, recordemos que la fuerza creadora cuyo papel reconocimos en la confección del estilo de vida en la infancia, sigue actuando.
Los //reflejos condicionados//, sobre cuyas manifestaciones polifacéticas siempre influye el estilo de vida, no pueden ser tampoco empleados sino como materiales de construcción.
No pueden ser utilizados de manera automática para la creación de una obra enteramente nueva. Pero la energÃa creadora sigue ahora los cauces del estilo de vida por ella creados. De este modo, también la fantasÃa se orienta según este estilo de vida. En sus producciones, independientemente de que el individuo las conozca en conjunto o las desconozca en absoluto, suele observarse la expresión del estilo de vida y pueden ser, por tanto, utilizadas como puerta de entrada que permitirá echar una ojeada al taller del espÃritu humano.
Pero, procediendo lógicamente, tropezaremos siempre con el //yo//, con la personalidad en su conjunto. En cambio, se procederá de una manera equivocada si se pretende descubrir aparentes antinomias, como entre la conciencia y la inconsciencia.
Freud, el representante de esta teorÃa errónea, parece acercarse a marchas forzadas a una mejor comprensión al hablar de lo inconsciente en el //yo//, con lo cual adquiere éste una nueva faz, precisamente aquella que fue en primer lugar reconocida por la PsicologÃa individual...

//FantasÃa explÃcita y fantasÃa latente.
La exclusión del sentido común en la fantasÃa.
CaracterÃsticas corporales y psÃquicas del artista.
Función compensadora de la fantasÃa.
CrÃtica de la teorÃa del desdoblamiento de la personalidad.
Predominio de las imágenes visuales en el sueño.
Interpretación de la censura onÃrica.
Los dos puntos de partida de la concepción psicológico individual del sueño. El factor exógeno y los restos diurnos.//

Y un error todavÃa mayor, intentar oponerla a la totalidad del Yo.
Antes bien hay que considerarla como parte integrante del estilo de vida, al que, en su calidad de movimiento psÃquico, caracteriza y a la vez perfila dentro de las restantes partes integrantes de la vida anÃmica.
Esta función lleva además en sà la expresión de la ley individual de movimiento. En determinadas circunstancias tiene por misión manifestarse intelectualmente, mientras que, en general, permanece escondida en la esfera de los sentimientos y de las emociones, o se halla involucrada dentro de las diversas actitudes que el individuo adopta ante la vida.
Como cualquier otro movimiento anÃmico, apunta al porvenir, puesto que su misión consiste también en avanzar hacia el objetivo ideal de la perfección. Considerada desde este punto de vista, quedará completamente claro lo vano que es querer encontrar en su movimiento o en el de sus derivados --los sueños y ensueños--la //realización de un deseo//, y es más vano aún creer que con definiciones tales se ha contribuido en algo a la comprensión de su mecanismo.
Puesto que toda forma de expresión anÃmica se mueve de abajo arriba, de una situación de minus a una situación de plus, está claro que todo movimiento de expresión anÃmica puede interpretarse como realización de un deseo.

Su mecanismo consiste en que durante un lapso de tiempo --en la psicosis, de un modo permanente-- hace abstracción del sentido común, esto es, de la lógica de convivencia humana y del actual sentido de comunidad, por no tener que caminar por las áridas sendas colectivas, cosa que logrará con tanta mayor facilidad cuanto menos prive el sentimiento de comunidad.
En cambio, si éste es fuerte, los paseos de la fantasÃa se encaminarán hacia el objetivo del enriquecimiento de la sociedad.
A pesar de los miles y miles de variantes, el proceso de los movimientos anÃmicos que se suceden puede siempre descomponerse artificialmente en pensamientos, sentimientos y disposiciones para la adopción de determinadas actitudes sociales.
Las actitudes //justas//, //normales//, //valiosas//, no serán reconocidas por nosotros como tales sino en el caso de que sirvan --como en las grandes obras-- a la comunidad.
Cualquier otra interpretación conceptual de estos juicios queda lógicamente excluida, lo cual no impide que, muy a menudo, esas obras sean rechazadas por el actual nivel de //sentido común//, en tanto no existan las condiciones para alcanzar un mayor grado de comprensión de los intereses de la comunidad.
Todo intento de dar solución a un problema cualquiera pone a trabajar la fantasÃa, puesto que se trata de lo desconocido, de lo por venir.
Además, recordemos que la fuerza creadora cuyo papel reconocimos en la confección del estilo de vida en la infancia, sigue actuando.

No pueden ser utilizados de manera automática para la creación de una obra enteramente nueva. Pero la energÃa creadora sigue ahora los cauces del estilo de vida por ella creados. De este modo, también la fantasÃa se orienta según este estilo de vida. En sus producciones, independientemente de que el individuo las conozca en conjunto o las desconozca en absoluto, suele observarse la expresión del estilo de vida y pueden ser, por tanto, utilizadas como puerta de entrada que permitirá echar una ojeada al taller del espÃritu humano.
Pero, procediendo lógicamente, tropezaremos siempre con el //yo//, con la personalidad en su conjunto. En cambio, se procederá de una manera equivocada si se pretende descubrir aparentes antinomias, como entre la conciencia y la inconsciencia.
Freud, el representante de esta teorÃa errónea, parece acercarse a marchas forzadas a una mejor comprensión al hablar de lo inconsciente en el //yo//, con lo cual adquiere éste una nueva faz, precisamente aquella que fue en primer lugar reconocida por la PsicologÃa individual...

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