Re: ¿Debemos celebrar la revolución?..El MAXIMATO,1928-1934...
El maximato fue un periodo histórico y polÃtico dentro del desarrollo de México que va de 1928 a 1934.
Este perÃodo debe su nombre a Plutarco ElÃas Calles, quien era conocido como El jefe máximo de la Revolución.
ElÃas Calles sólo fue presidente en el periodo 1924-1928, pero en los seis años siguientes, se sucedieron tres presidentes, todos ellos subordinados en menor o mayor medida a los intereses y polÃticas del ex presidente. Los presidentes, y sus respectivos mandatos, son:
-Emilio Portes Gil (1928-1930), designado por el Congreso para sustituir al presidente electo Ãlvaro Obregón, asesinado antes de asumir el cargo.
-Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), electo para completar el periodo.
-Abelardo L. RodrÃguez (1932-1934), sustituto de Ortiz Rubio quien renunció al cargo.
La influencia del ex presidente llegó a su fin cuando Lázaro Cárdenas del RÃo lo expulsó del paÃs en 1936, luego de haber sido electo presidente en 1934.
Antecedentes
Inestabilidad y grandes cambios marcaron la tercera década del siglo XX en México. En muchos sentidos, los años veinte representaron para México la disolución definitiva de las prácticas vigentes durante el porfiriato y un paso definitivo hacia la consolidación de un sistema polÃtico,el PRIgobierno', cuya vigencia culminarÃa 70 años después.
Para entender el periodo conocido como Maximato es necesario situarse en el convulso contexto marcado, en un sentido por el final de la Revolución mexicana (1910 a 1921), las consecuencias desastrosas para la economÃa mundial de la crisis de 1929, y los efectos de la asà llamada Guerra Cristera (también conocida como guerra de los cristeros o cristiada) (1926-1929).
Este periodo está inscrito pues, en un momento de gran agitación social y polÃtica. El perÃodo mismo habrÃa de comenzar con un magnicidio. Aunque formalmente, la Constitución mexicana prohibÃa la reelección del presidente de la república, la Carta Magna se reformó para que Ãlvaro Obregón fuera elegido para ocupar dicho cargo, luego de haberlo ocupado de 1920 a 1924. Este acontecimiento significó mucho más que el asesinato de un presidente electo, pues la muerte de Obregón (quien era sin duda la figura polÃtica más prominente del paÃs), obligó al reposicionamiento de los actores polÃticos que buscaban llenar el vacÃo que se habÃa creado.
AsÃ, el poder recayó de forma natural en el presidente saliente, Plutarco ElÃas Calles. Éste, al ver los efectos de la estrategia reeleccionista de Obregón (asesinado por José de León Toral), decidió ejercer el poder de forma indirecta, detrás de gobernantes débiles.
Referencias
DELGADO MARTÃN, Jaime (1992). «México
os caudillismos de Calles y de Cárdenas» (en español). Historia General de España y América. Hispanoamérica en el siglo XX (1ª edición). Madrid: Rialp. pp. 370-390. ISBN 84-321-2117-7. http://www.rialp.com/index.php?op=ma...y%20Am%:barca:

Este perÃodo debe su nombre a Plutarco ElÃas Calles, quien era conocido como El jefe máximo de la Revolución.
ElÃas Calles sólo fue presidente en el periodo 1924-1928, pero en los seis años siguientes, se sucedieron tres presidentes, todos ellos subordinados en menor o mayor medida a los intereses y polÃticas del ex presidente. Los presidentes, y sus respectivos mandatos, son:
-Emilio Portes Gil (1928-1930), designado por el Congreso para sustituir al presidente electo Ãlvaro Obregón, asesinado antes de asumir el cargo.
-Pascual Ortiz Rubio (1930-1932), electo para completar el periodo.
-Abelardo L. RodrÃguez (1932-1934), sustituto de Ortiz Rubio quien renunció al cargo.
La influencia del ex presidente llegó a su fin cuando Lázaro Cárdenas del RÃo lo expulsó del paÃs en 1936, luego de haber sido electo presidente en 1934.

Inestabilidad y grandes cambios marcaron la tercera década del siglo XX en México. En muchos sentidos, los años veinte representaron para México la disolución definitiva de las prácticas vigentes durante el porfiriato y un paso definitivo hacia la consolidación de un sistema polÃtico,el PRIgobierno', cuya vigencia culminarÃa 70 años después.
Para entender el periodo conocido como Maximato es necesario situarse en el convulso contexto marcado, en un sentido por el final de la Revolución mexicana (1910 a 1921), las consecuencias desastrosas para la economÃa mundial de la crisis de 1929, y los efectos de la asà llamada Guerra Cristera (también conocida como guerra de los cristeros o cristiada) (1926-1929).
Este periodo está inscrito pues, en un momento de gran agitación social y polÃtica. El perÃodo mismo habrÃa de comenzar con un magnicidio. Aunque formalmente, la Constitución mexicana prohibÃa la reelección del presidente de la república, la Carta Magna se reformó para que Ãlvaro Obregón fuera elegido para ocupar dicho cargo, luego de haberlo ocupado de 1920 a 1924. Este acontecimiento significó mucho más que el asesinato de un presidente electo, pues la muerte de Obregón (quien era sin duda la figura polÃtica más prominente del paÃs), obligó al reposicionamiento de los actores polÃticos que buscaban llenar el vacÃo que se habÃa creado.
AsÃ, el poder recayó de forma natural en el presidente saliente, Plutarco ElÃas Calles. Éste, al ver los efectos de la estrategia reeleccionista de Obregón (asesinado por José de León Toral), decidió ejercer el poder de forma indirecta, detrás de gobernantes débiles.
Referencias
DELGADO MARTÃN, Jaime (1992). «México

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