Este sí, para que vean, es un tema que tiene que ver con aspectos morales y éticos.
Antes de cualquier otra cosa debo decir que estoy absolutamente de acuerdo en que un enfermo terminal, cuya calidad de vida es una auténtica porquería, tenga el derecho de solicitar que se le retiren los tratamientos paliativos que no lo aliviarán, y en cambio sí prolongarán su agonía.
Entrando en materia, resulta que con 84 votos a favor y una abstención, se aprobaron las reformas a la Ley General de Salud en materia de cuidados paliativos, con lo cual los enfermos terminales podrán pedir la suspensión de su tratamiento curativo.
"Ello implica cancelar todo tratamiento que pretenda alargar la vida de los enfermos, quienes sólo recibirán medicamentos para disminuir el dolor, así como cuidados paliativos adecuados a su enfermedad, para que mueran dignamente".
No sé en el caso de otras personas, pero a mi no me gustaría, bajo ninguna circunstancia, estar en una situación así. Vivir sin vivir; sufrir prolongadamente sin remedio; y causar pena y dolor en mi gente cercana.
No obstante, hay voces que argumentan que ninguna muerte es digna si es bajo la premisa de que el enfermo solictó que se le suspendieran los tratamientos. De hecho, hay quienes tachan ese acto de vil cobardía. A mi no me lo parece. Y creo que al Senado tampoco.
Antes de cualquier otra cosa debo decir que estoy absolutamente de acuerdo en que un enfermo terminal, cuya calidad de vida es una auténtica porquería, tenga el derecho de solicitar que se le retiren los tratamientos paliativos que no lo aliviarán, y en cambio sí prolongarán su agonía.
Entrando en materia, resulta que con 84 votos a favor y una abstención, se aprobaron las reformas a la Ley General de Salud en materia de cuidados paliativos, con lo cual los enfermos terminales podrán pedir la suspensión de su tratamiento curativo.
"Ello implica cancelar todo tratamiento que pretenda alargar la vida de los enfermos, quienes sólo recibirán medicamentos para disminuir el dolor, así como cuidados paliativos adecuados a su enfermedad, para que mueran dignamente".
No sé en el caso de otras personas, pero a mi no me gustaría, bajo ninguna circunstancia, estar en una situación así. Vivir sin vivir; sufrir prolongadamente sin remedio; y causar pena y dolor en mi gente cercana.
No obstante, hay voces que argumentan que ninguna muerte es digna si es bajo la premisa de que el enfermo solictó que se le suspendieran los tratamientos. De hecho, hay quienes tachan ese acto de vil cobardía. A mi no me lo parece. Y creo que al Senado tampoco.
Comment