Sistema-mundo
La perspectiva del sistema-mundo, también conocida como economía-mundo, o teoría, enfoque o acercamiento analítico de los sistemas-mundo (expresión original en inglés World-systems approach); es un desarrollo de la crítica post-marxista que intenta explicar el funcionamiento de las relaciones sociales, políticas y económicas a lo largo de la historia en el planeta tierra. Es una teoría historiográfica, geopolítica y geoeconómica con gran vigencia y aplicación en las relaciones internacionales.
Técnicamente hablando, la teoría o análisis sistema-mundo no es una verdadera teoría, sino más bien un fructífero planteamiento para el análisis y el cambio social.
Este análisis se ha desarrollado principalmente por los siguientes autores: Samir Amin, Andre Gunder Frank, Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi con contribuciones importantes de Volker Bornschier, Peter Turchin, Andrey Korotayev, Janet Abu Lughod, Tom Hall, Kunibert Raffer, David Wilkinson y otros.
La aplicación de la cliodinámica (aplicación de la cliometría, ciencia analítica que utiliza de manera sistemática la teoría económica, la estadística y la econometría para el estudio de la Historia económica) por algunos de estos autores mediante simulaciones matemáticas de los ciclos históricos ha aportado notable solidez a los planteamientos de los primeros teóricos.
La teoría crítica que desarrolla el sistema-mundo recoge tanto la tradición marxista como la tradición de la Escuela de los Annales francesa, especialmente al autor Fernand Braudel quien utilizó por primera vez las expresiones "economía mundial" y "economía-mundo"[1]
La propuesta del sistema-mundo se asienta, entre otros, en uno de los presupuestos o tesis que proponen una evolución del capitalismo en el que el imperialismo se constituiría en su culminación o máxima representación. Esta posición ha sido para el marxismo del siglo XX una constante. El imperialismo, como fase superior del capitalismo es un concepto acuñado por Lenin,[2] quien también usó los términos periferia y centro (centro-periferia) como idea para analizar la economía y la política internacional.
Immanuel Wallerstein, uno de los más destacados autores en la teoría 'sistema-mundo' usa, básicamente, la misma terminología.
Wallerstein caracteriza el 'sistema-mundo' como una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos desde la 'periferia' al 'centro' del imperio.
En esa terminología el 'centro' es el mundo desarrollado, industrializado, democrático –el primer mundo-, y la 'periferia', mundo subdesarrollado o tercer mundo junto con los mal denominados países en vías de desarrollo o semiperíféricos, estos últimos son los exportadores de materias primas, la parte pobre del mundo, el mercado mediante el que el centro explota a la periferia (periferia y semiperiferia).
Esta tesis se enfrenta a la posición ortodoxa y tradicional de la bondad del desarrollo económico que produce necesariamente el comercio internacional y que repercutiría positivamente no solo en el centro sino también en la periferia.
Sistema-mundo (Imperio):
Centro (Países desarrollados)
Semiperiferia (países en vías de desarrollo)
Periferia (países subdesarrollados)
Wallerstein ubica el origen del régimen actual de sistema-mundo en el siglo XVI (16) en la Europa occidental y lo define como un sistema social con sus reglas, estructuras, normas y funcionamiento propio que responde a su lógica interna [3] Immanuel Wallerstein. The Modern World-System
El sistema-mundo, según Wallerstein viene definido por cuatro características temporales:
Ciclos cortos que representan las fluctuaciones de la economía, y
Ciclos largos que indican tendencias más profundas y duraderas representando el desarrollo económico y su posterior declive.
Contradicción, término que indica un problema irresoluble en el propio sistema, generalmente referente a los intereses a corto plazo frente al largo plazo. Por ejemplo el problema de la caída del consumo; derivado de la bajada de salarios que en principio aumenta el beneficio de las élites capitalistas a corto plazo, pero que a largo plazo esa disminución de salarios tiene un efecto negativo reduciendo la demanda para el producto y por tanto los beneficios.
Crisis. La última característica temporal es la crisis, que tarde o temprano se produce cuando se dan una serie de circunstancias que rompen la estructura del sistema.
La perspectiva del mundo-sistema
La esencia de la teoría de sistema-mundo requiere la siguiente premisa, como ha indicado el economista latinoamericano Osvaldo Sunkel, representante de la teoría de la dependencia:
La interpretación sugiere que el sistema capitalista internacional contiene un núcleo internacionalizado de actividades, de regiones y de grupos sociales de diversos grados de importancia en cada país.
Estos sectores comparten una cultura común y un modo de vida, que se expresa con los mismos libros, textos, películas, programas de televisión, grupos similares de organización de familia y de vida social, estilo similar de la decoración de hogares, edificios, muebles y diseño urbano. A pesar de barreras lingüísticas, estos sectores tienen una gran capacidad para la intercomunicación que no tienen las personas marginales del mismo país que hablan la misma lengua (...)
La moderanización implica el reemplazo gradual de la estructura productiva tradicional por otra con capital intensivo (...) Por una parte, el proceso de la modernización incorpora en las nuevas estructuras los individuos y a los grupos que son necesario para que ese tipo de racionalidad triunfe y prevalezca; por otra parte rechaza y expulsa a los individuos y a los grupos que no tienen lugar en la nueva estructura productiva o que carecen la capacidad de adaptarse a ella.
Es importante enfatizar que este proceso no sólo previene o limita la formación de un grupo o clase social nacional emprendedora propia, según lo indicado por Furtado, pero también de una clase media nacional (...) e incluso de una clase obrera nacional.
La implantación de la modernización introduce una separación que divide a los distintos segmentos sociales (...) en este proceso, algunos empresarios de la clase social emprendedora nacional se incorporan como ejecutivos a las nuevas empresas transnacionales (multinacionales), otros quedan marginados; algunas empresas también incorporan a algunos profesionales, formando a la parte del personal técnico y del segmento de empleados, pero el resto está completamente marginado.
Por tanto la parte de la oferta de mano de obra que se considera cualificada o apta se incorpora al proceso, mientras que el resto queda marginada.
Los efectos de la desintegración de cada clase social tienen consecuencias importantes para la movilidad social.
El empresario marginado se añadirá probablemente a las filas de los pequeños fabricantes o la manufactura artesanal, o abandonará su actividad independiente y se convertirá en un empleado de clase media.
Los sectores marginados de la clase media formarán probablemente un grupo de gente frustrada -de una clase media más baja- que intenta mantener el aspecto de la clase media -alta o media- sin mucha posibilidad de movilidad ascendente y aterrorizada por el peligro de su proletarización.
Los trabajadores marginados se sumarán a las filas de marginalidad absoluta creciente, donde, como en la clase media más baja, el resentimiento y la frustración se acumularán (...) finalmente, es muy probable que una movilidad internacional se corresponda con una movilidad interna, particularmente entre los sectores internacionalizados (...) el proceso de la desintegración social que se ha descrito aquí probablemente también afecta a las instituciones sociales que son básicas para los grupos sociales y que les permiten su expresión.
Por lo tanto, tendencias similares a las descritas para la sociedad global se van a encontrar dentro del estado, de la iglesia, de las fuerzas armadas, de los partidos políticos que tienen gran implantación popular, de las universidades etc. [Sunkel, O. Capitalismo transnacional y desintegración nacional en América Latina, 1972, p. 18-42]
La dependencia por la consolidación del sistema-mundo consolida el empobrecimiento y el retraso de los países pobres producido por la posición periférica que estas naciones tienen en la división del trabajo internacional. El desarrollo del sistema-mundo capitalista instaura una inamovible distinción entre naciones del centro y las naciones de la periferia.
Fernando Henrique Cardoso resume la esencia las teorías de la dependencia de la manera siguiente:
Hay una penetración financiera y tecnológica del centro capitalista desarrollado en los países de la periferia y de la semi-periferia
Lo que produce una estructura económica triplemente desequilibrada: 1) dentro de las propias sociedades periféricas, 2) entre ellas y 3) entre ellas y el centro del sistema.
Lo que limita el crecimiento autónomo de la periferia
Lo que favorece la aparición de nuevos modelos específicos en las relaciones entre clases sociales y producen nuevas relaciones
Que reclaman cambios en el papel del estado –para garantizar el funcionamiento de la economía y la articulación política de la sociedad-, cambios que contienen, dentro de sí mismos, focos de contradicción -irresolubles y sin articulación social posible- y de desequilibrio estructural (Cardoso, 1979)
La perspectiva del sistema-mundo, también conocida como economía-mundo, o teoría, enfoque o acercamiento analítico de los sistemas-mundo (expresión original en inglés World-systems approach); es un desarrollo de la crítica post-marxista que intenta explicar el funcionamiento de las relaciones sociales, políticas y económicas a lo largo de la historia en el planeta tierra. Es una teoría historiográfica, geopolítica y geoeconómica con gran vigencia y aplicación en las relaciones internacionales.
Técnicamente hablando, la teoría o análisis sistema-mundo no es una verdadera teoría, sino más bien un fructífero planteamiento para el análisis y el cambio social.
Este análisis se ha desarrollado principalmente por los siguientes autores: Samir Amin, Andre Gunder Frank, Immanuel Wallerstein y Giovanni Arrighi con contribuciones importantes de Volker Bornschier, Peter Turchin, Andrey Korotayev, Janet Abu Lughod, Tom Hall, Kunibert Raffer, David Wilkinson y otros.
La aplicación de la cliodinámica (aplicación de la cliometría, ciencia analítica que utiliza de manera sistemática la teoría económica, la estadística y la econometría para el estudio de la Historia económica) por algunos de estos autores mediante simulaciones matemáticas de los ciclos históricos ha aportado notable solidez a los planteamientos de los primeros teóricos.
La teoría crítica que desarrolla el sistema-mundo recoge tanto la tradición marxista como la tradición de la Escuela de los Annales francesa, especialmente al autor Fernand Braudel quien utilizó por primera vez las expresiones "economía mundial" y "economía-mundo"[1]
La propuesta del sistema-mundo se asienta, entre otros, en uno de los presupuestos o tesis que proponen una evolución del capitalismo en el que el imperialismo se constituiría en su culminación o máxima representación. Esta posición ha sido para el marxismo del siglo XX una constante. El imperialismo, como fase superior del capitalismo es un concepto acuñado por Lenin,[2] quien también usó los términos periferia y centro (centro-periferia) como idea para analizar la economía y la política internacional.
Immanuel Wallerstein, uno de los más destacados autores en la teoría 'sistema-mundo' usa, básicamente, la misma terminología.
Wallerstein caracteriza el 'sistema-mundo' como una serie de mecanismos que redistribuyen los recursos desde la 'periferia' al 'centro' del imperio.
En esa terminología el 'centro' es el mundo desarrollado, industrializado, democrático –el primer mundo-, y la 'periferia', mundo subdesarrollado o tercer mundo junto con los mal denominados países en vías de desarrollo o semiperíféricos, estos últimos son los exportadores de materias primas, la parte pobre del mundo, el mercado mediante el que el centro explota a la periferia (periferia y semiperiferia).
Esta tesis se enfrenta a la posición ortodoxa y tradicional de la bondad del desarrollo económico que produce necesariamente el comercio internacional y que repercutiría positivamente no solo en el centro sino también en la periferia.
Sistema-mundo (Imperio):
Centro (Países desarrollados)
Semiperiferia (países en vías de desarrollo)
Periferia (países subdesarrollados)
Wallerstein ubica el origen del régimen actual de sistema-mundo en el siglo XVI (16) en la Europa occidental y lo define como un sistema social con sus reglas, estructuras, normas y funcionamiento propio que responde a su lógica interna [3] Immanuel Wallerstein. The Modern World-System
El sistema-mundo, según Wallerstein viene definido por cuatro características temporales:
Ciclos cortos que representan las fluctuaciones de la economía, y
Ciclos largos que indican tendencias más profundas y duraderas representando el desarrollo económico y su posterior declive.
Contradicción, término que indica un problema irresoluble en el propio sistema, generalmente referente a los intereses a corto plazo frente al largo plazo. Por ejemplo el problema de la caída del consumo; derivado de la bajada de salarios que en principio aumenta el beneficio de las élites capitalistas a corto plazo, pero que a largo plazo esa disminución de salarios tiene un efecto negativo reduciendo la demanda para el producto y por tanto los beneficios.
Crisis. La última característica temporal es la crisis, que tarde o temprano se produce cuando se dan una serie de circunstancias que rompen la estructura del sistema.
La perspectiva del mundo-sistema
La esencia de la teoría de sistema-mundo requiere la siguiente premisa, como ha indicado el economista latinoamericano Osvaldo Sunkel, representante de la teoría de la dependencia:
La interpretación sugiere que el sistema capitalista internacional contiene un núcleo internacionalizado de actividades, de regiones y de grupos sociales de diversos grados de importancia en cada país.
Estos sectores comparten una cultura común y un modo de vida, que se expresa con los mismos libros, textos, películas, programas de televisión, grupos similares de organización de familia y de vida social, estilo similar de la decoración de hogares, edificios, muebles y diseño urbano. A pesar de barreras lingüísticas, estos sectores tienen una gran capacidad para la intercomunicación que no tienen las personas marginales del mismo país que hablan la misma lengua (...)
La moderanización implica el reemplazo gradual de la estructura productiva tradicional por otra con capital intensivo (...) Por una parte, el proceso de la modernización incorpora en las nuevas estructuras los individuos y a los grupos que son necesario para que ese tipo de racionalidad triunfe y prevalezca; por otra parte rechaza y expulsa a los individuos y a los grupos que no tienen lugar en la nueva estructura productiva o que carecen la capacidad de adaptarse a ella.
Es importante enfatizar que este proceso no sólo previene o limita la formación de un grupo o clase social nacional emprendedora propia, según lo indicado por Furtado, pero también de una clase media nacional (...) e incluso de una clase obrera nacional.
La implantación de la modernización introduce una separación que divide a los distintos segmentos sociales (...) en este proceso, algunos empresarios de la clase social emprendedora nacional se incorporan como ejecutivos a las nuevas empresas transnacionales (multinacionales), otros quedan marginados; algunas empresas también incorporan a algunos profesionales, formando a la parte del personal técnico y del segmento de empleados, pero el resto está completamente marginado.
Por tanto la parte de la oferta de mano de obra que se considera cualificada o apta se incorpora al proceso, mientras que el resto queda marginada.
Los efectos de la desintegración de cada clase social tienen consecuencias importantes para la movilidad social.
El empresario marginado se añadirá probablemente a las filas de los pequeños fabricantes o la manufactura artesanal, o abandonará su actividad independiente y se convertirá en un empleado de clase media.
Los sectores marginados de la clase media formarán probablemente un grupo de gente frustrada -de una clase media más baja- que intenta mantener el aspecto de la clase media -alta o media- sin mucha posibilidad de movilidad ascendente y aterrorizada por el peligro de su proletarización.
Los trabajadores marginados se sumarán a las filas de marginalidad absoluta creciente, donde, como en la clase media más baja, el resentimiento y la frustración se acumularán (...) finalmente, es muy probable que una movilidad internacional se corresponda con una movilidad interna, particularmente entre los sectores internacionalizados (...) el proceso de la desintegración social que se ha descrito aquí probablemente también afecta a las instituciones sociales que son básicas para los grupos sociales y que les permiten su expresión.
Por lo tanto, tendencias similares a las descritas para la sociedad global se van a encontrar dentro del estado, de la iglesia, de las fuerzas armadas, de los partidos políticos que tienen gran implantación popular, de las universidades etc. [Sunkel, O. Capitalismo transnacional y desintegración nacional en América Latina, 1972, p. 18-42]
La dependencia por la consolidación del sistema-mundo consolida el empobrecimiento y el retraso de los países pobres producido por la posición periférica que estas naciones tienen en la división del trabajo internacional. El desarrollo del sistema-mundo capitalista instaura una inamovible distinción entre naciones del centro y las naciones de la periferia.
Fernando Henrique Cardoso resume la esencia las teorías de la dependencia de la manera siguiente:
Hay una penetración financiera y tecnológica del centro capitalista desarrollado en los países de la periferia y de la semi-periferia
Lo que produce una estructura económica triplemente desequilibrada: 1) dentro de las propias sociedades periféricas, 2) entre ellas y 3) entre ellas y el centro del sistema.
Lo que limita el crecimiento autónomo de la periferia
Lo que favorece la aparición de nuevos modelos específicos en las relaciones entre clases sociales y producen nuevas relaciones
Que reclaman cambios en el papel del estado –para garantizar el funcionamiento de la economía y la articulación política de la sociedad-, cambios que contienen, dentro de sí mismos, focos de contradicción -irresolubles y sin articulación social posible- y de desequilibrio estructural (Cardoso, 1979)
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