Los periodistas se retiran, temiendo a los carteles de la droga
Por MARC LACEY
Publicado por The New York Times el 13 de marzo de 2010
Traducido por Rafael Norma Méndez
REYNOSA, México — La gran cuestión filosófica en esta animada frontera no concierne a los árboles que se desploman, sino a los cadáveres caídos sobre el concreto. ¿Si los periódicos no imprimen nada sobre un tiroteo, ni los medios electrónicos lo transmiten ni las autoridades confirman que haya sucedido, es que éste realmente no ocurrió?
En Escobedo el viernes, las fuerzas Mexicanas detuvieron a hombres heridos sospechosos de pertenecer a una banda de narcos que habían estado dentro de un tiroteo.
[ß]Bandas rivales de drogas[/b] han estado luchando fieramente en Reynosa, Mataulipas
Mientras dos poderosos grupos de narcotraficantes se involucraron en un feroz combate urbano en Reynosa, la realidad que muchos residentes estaban viviendo y la de los medios noticiosos cada vez más tímidos, y aquella retratada por de los políticos, siempre tan conscientes de su imagen, eran difíciles de reconciliar.
“Empiezas a preguntarte cual de ellas es la verdad,” dijo uno de los aterrados y frustrados residentes de Reynosa, Eunice Peña, una profesora de comunicación. ”¿Es lo que tú viste,, o lo que los medios y los funcionarios dicen? Hasta te preguntas si nada más te lo estabas figurando.”
Los furibundos residentes que atestiguaron la carnicería, empezaron a llenar el vacío informativo, posteando en Internet videos crudos y fotografías tomadas con teléfonos celulares.
“Las fotos no mienten” comentó un periodista en McAllen, Tex., quien monitoreó en línea lo que sucedía al sur de la frontera, pero a dejado de aventurarse él mísmo. “Oyes balazos y ves cadáveres, sabes que esto es terrible”
La ofensiva del gobierno Mexicano contra el tráfico de drogas, que emplea a decenas de miles de soldados, marinos y funcionarios de la policía federal, ha desatado unos niveles de violencia siempre crecientes durante los últimos tres años, a medida que los traficantes han luchado para proteger sus rutas de lucrativo contrabando. Los periodistas están dentro de las víctimas, pero lo ataques contra los miembros de los medios están dándose de lo peor tanto en Reynosa como en otros lados a lo largo de la frontera, desde Nuevo Laredohasta Matamoros
Los traficantes se han ido vindicativamente contra los medios en estas ciudades estratégicas de la frontera, donde las drogas se contrabandean por toneladas Ellos han tiroteado cuartos de prensa, secuestrado y asesinado a miembros de l equipo, y han llamado a los medios regularmente con amenazas de que no están amedrentados para nada. Retrocedan dicen los pillos. Ni se atrevan a imprimir nuestros nombres Los mataremos la próxima vez que publiquen una fotografía como aquellas.
Ellos si que cumpolen con sus amenazas,” comenta uno de los muchos periodistas aterrorizados que solían cubrir la nota policíaca en Reynosa
“Me estoy autocensurando. No hay otra manera de ponerlo. Pero todo mundo lo está haciendo.”
Cuando no emiten amenazas, dicen los periodista, los traficantes de drogas están comprando a los reporteros con todo, desde efectivo hasta citas en burdeles. Los traficantes no siempre son tan penosos con la prensa. Cuando ellos colocan cartelones sobre puentes exponiendo su visión torcida del mundo o cometiendo algún crimen particularmente sangriento, a menudo buscan la cobertura noticiosa.
Pero ya ahora no. Y la obstrucción de las noticias actuales a lo largo de la frontera, tan sólo ha ampliado los temores, a medida que rumores falsos de tiroteos inminentes circulan sin ser verificados, impulsando a muchos padres a retirar de las escuelas a sus hijos, y a los comerciantes a cerrar todos los negocios
Significa que una madre puede apiñase sobre el piso de un clóset con su hija por lo que parece ser toda una eternidad mientras un feroz tiroteo está intercambiándose a las afueras de su casa, como aquí ocurrió recientemente , y para entonces no encontrar una sola palabra en el periódico del día siguiente.
Y eso significa que los helicópteros pueden revolotear sobre los cráneos, los vehículos militares pueden rugir a través de las calles, y que el vecindario entero puede oírse como una película de guerra, y la tele al día siguiente puede desviarse en su transmisión hablando de cualquier otra cosa. Hasta algunas autoridades incluyendo Óscar Lubbert el alcalde de Reynosa, reconoce que sin los reportes de noticias, es más difícil para ellos obtener una imagen completa de qué tanta sangre ha sido derramada durante la noche anterior, en parte debido a que los traficantes algunas veces acarrean lejos a sus camaradas muertos antes de que salga el sol.
La violencia fue tan terrible, que la Embajada de [b]los Estados Unidos en al Ciudad de México [/b cerró temporalmente su agencia consular en Reynosa la cual ofrece asistencia a americanos , muchos de los cuales administran cintos de plantas manufactureras establecidas allí. Cerraron el 24 de febrero, y se reabrió la oficina el 8 de marzo, después de un intervalo de derramamiento de sangre, el cual ha continuado esporádicamente en días recientes, con enfrentamientos entre traficantes y la policía.
Lo que permanece sin aclararse es si los combatientes han llamado a descontinuar la matanza, o simplemente están recargándose para más batallas por venir....
continúa....
Por MARC LACEY
Publicado por The New York Times el 13 de marzo de 2010
Traducido por Rafael Norma Méndez
REYNOSA, México — La gran cuestión filosófica en esta animada frontera no concierne a los árboles que se desploman, sino a los cadáveres caídos sobre el concreto. ¿Si los periódicos no imprimen nada sobre un tiroteo, ni los medios electrónicos lo transmiten ni las autoridades confirman que haya sucedido, es que éste realmente no ocurrió?
En Escobedo el viernes, las fuerzas Mexicanas detuvieron a hombres heridos sospechosos de pertenecer a una banda de narcos que habían estado dentro de un tiroteo.
[ß]Bandas rivales de drogas[/b] han estado luchando fieramente en Reynosa, Mataulipas
Mientras dos poderosos grupos de narcotraficantes se involucraron en un feroz combate urbano en Reynosa, la realidad que muchos residentes estaban viviendo y la de los medios noticiosos cada vez más tímidos, y aquella retratada por de los políticos, siempre tan conscientes de su imagen, eran difíciles de reconciliar.
“Empiezas a preguntarte cual de ellas es la verdad,” dijo uno de los aterrados y frustrados residentes de Reynosa, Eunice Peña, una profesora de comunicación. ”¿Es lo que tú viste,, o lo que los medios y los funcionarios dicen? Hasta te preguntas si nada más te lo estabas figurando.”
Los furibundos residentes que atestiguaron la carnicería, empezaron a llenar el vacío informativo, posteando en Internet videos crudos y fotografías tomadas con teléfonos celulares.
“Las fotos no mienten” comentó un periodista en McAllen, Tex., quien monitoreó en línea lo que sucedía al sur de la frontera, pero a dejado de aventurarse él mísmo. “Oyes balazos y ves cadáveres, sabes que esto es terrible”
La ofensiva del gobierno Mexicano contra el tráfico de drogas, que emplea a decenas de miles de soldados, marinos y funcionarios de la policía federal, ha desatado unos niveles de violencia siempre crecientes durante los últimos tres años, a medida que los traficantes han luchado para proteger sus rutas de lucrativo contrabando. Los periodistas están dentro de las víctimas, pero lo ataques contra los miembros de los medios están dándose de lo peor tanto en Reynosa como en otros lados a lo largo de la frontera, desde Nuevo Laredohasta Matamoros
Los traficantes se han ido vindicativamente contra los medios en estas ciudades estratégicas de la frontera, donde las drogas se contrabandean por toneladas Ellos han tiroteado cuartos de prensa, secuestrado y asesinado a miembros de l equipo, y han llamado a los medios regularmente con amenazas de que no están amedrentados para nada. Retrocedan dicen los pillos. Ni se atrevan a imprimir nuestros nombres Los mataremos la próxima vez que publiquen una fotografía como aquellas.
Ellos si que cumpolen con sus amenazas,” comenta uno de los muchos periodistas aterrorizados que solían cubrir la nota policíaca en Reynosa
“Me estoy autocensurando. No hay otra manera de ponerlo. Pero todo mundo lo está haciendo.”
Cuando no emiten amenazas, dicen los periodista, los traficantes de drogas están comprando a los reporteros con todo, desde efectivo hasta citas en burdeles. Los traficantes no siempre son tan penosos con la prensa. Cuando ellos colocan cartelones sobre puentes exponiendo su visión torcida del mundo o cometiendo algún crimen particularmente sangriento, a menudo buscan la cobertura noticiosa.
Pero ya ahora no. Y la obstrucción de las noticias actuales a lo largo de la frontera, tan sólo ha ampliado los temores, a medida que rumores falsos de tiroteos inminentes circulan sin ser verificados, impulsando a muchos padres a retirar de las escuelas a sus hijos, y a los comerciantes a cerrar todos los negocios
Significa que una madre puede apiñase sobre el piso de un clóset con su hija por lo que parece ser toda una eternidad mientras un feroz tiroteo está intercambiándose a las afueras de su casa, como aquí ocurrió recientemente , y para entonces no encontrar una sola palabra en el periódico del día siguiente.
Y eso significa que los helicópteros pueden revolotear sobre los cráneos, los vehículos militares pueden rugir a través de las calles, y que el vecindario entero puede oírse como una película de guerra, y la tele al día siguiente puede desviarse en su transmisión hablando de cualquier otra cosa. Hasta algunas autoridades incluyendo Óscar Lubbert el alcalde de Reynosa, reconoce que sin los reportes de noticias, es más difícil para ellos obtener una imagen completa de qué tanta sangre ha sido derramada durante la noche anterior, en parte debido a que los traficantes algunas veces acarrean lejos a sus camaradas muertos antes de que salga el sol.
La violencia fue tan terrible, que la Embajada de [b]los Estados Unidos en al Ciudad de México [/b cerró temporalmente su agencia consular en Reynosa la cual ofrece asistencia a americanos , muchos de los cuales administran cintos de plantas manufactureras establecidas allí. Cerraron el 24 de febrero, y se reabrió la oficina el 8 de marzo, después de un intervalo de derramamiento de sangre, el cual ha continuado esporádicamente en días recientes, con enfrentamientos entre traficantes y la policía.
Lo que permanece sin aclararse es si los combatientes han llamado a descontinuar la matanza, o simplemente están recargándose para más batallas por venir....
continúa....
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