Tal como estaba previsto, los diputados autorizaron sin mas trámite la iniciativa de reforma que había sido enviada por la Cámara de origen.
No la leyeron, no la discutieron, no revisaron en qué términos estaba planteada, no hicieron ni siquiera la finta de que conocían el contenido. Digo, se vale ser marrano, pero... ¿tan trompudos?
Cuando ya se había entregado a cada legislador el documento que contenía las siete iniciativas de reforma, alguien se puso a leerlo con detenimiento, sólo para encontrarse que en lo oscurito, como actúan los delincuentes, en silencio, y al amparo de que quien hizo las modificaciones sabe que los diputados nunca se han caracterizado por ser muy escrupulosos en su trabajo y que no revisarían el documento, se le hizo un cambio que, ¡por supuesto! nadie sabía que se había realizado, ni se hubieran enterado porque tal como sucedía en los mejores tiempos de los levantadedos, éstos diputados no iban a darse cuenta de nada, salvo de que había que levantar el dedo índice y decir "sí"... tal como sucedió.
El diputado que se dio cuenta de la modificación a los documentos fue el priísta Carlos Rojas, "quien ubicó una modificación a los considerandos de la Ley de Petróleos Mexicanos, con respecto a lo aprobado en la Cámara de Senadores; lo habló con el PRD y paralelo a la toma de la tribuna, se dio una negociación por la que el PAN tuvo que reconocer que sí había cambios, pero que éstos no se llevarían a cabo".
A la malagueña quisieron meter una de esas cerecitas que el ejecutivo federal tenía dispuestas para los contratistas cuates: Los contratos de incentivos.
Fue el diputado David Maldonado, el que en tribuna pidió que se aprobara el documento que se había enviado del Senado, y no el que mañosamente ÉL mismo, con el apoyo de los panistas, había modificado sin que los demás legisladores tuvieran conocimiento.
¿Y quieren que tengamos confianza en que todo está derecho en esa reforma, en que no hay grietas por donde colar sus trampas, en que el ejecutivo se comportará como un presidente nacionalista, en que los chuchos vendidos son gente de izquierda, en que no hubo albazo, y por ese medio querían pasar la modificación sin que la gente se diera?.
¿Decentes los diputados y el ejecutivo federal?... ¡mis polainas!!!
No la leyeron, no la discutieron, no revisaron en qué términos estaba planteada, no hicieron ni siquiera la finta de que conocían el contenido. Digo, se vale ser marrano, pero... ¿tan trompudos?
Cuando ya se había entregado a cada legislador el documento que contenía las siete iniciativas de reforma, alguien se puso a leerlo con detenimiento, sólo para encontrarse que en lo oscurito, como actúan los delincuentes, en silencio, y al amparo de que quien hizo las modificaciones sabe que los diputados nunca se han caracterizado por ser muy escrupulosos en su trabajo y que no revisarían el documento, se le hizo un cambio que, ¡por supuesto! nadie sabía que se había realizado, ni se hubieran enterado porque tal como sucedía en los mejores tiempos de los levantadedos, éstos diputados no iban a darse cuenta de nada, salvo de que había que levantar el dedo índice y decir "sí"... tal como sucedió.
El diputado que se dio cuenta de la modificación a los documentos fue el priísta Carlos Rojas, "quien ubicó una modificación a los considerandos de la Ley de Petróleos Mexicanos, con respecto a lo aprobado en la Cámara de Senadores; lo habló con el PRD y paralelo a la toma de la tribuna, se dio una negociación por la que el PAN tuvo que reconocer que sí había cambios, pero que éstos no se llevarían a cabo".
A la malagueña quisieron meter una de esas cerecitas que el ejecutivo federal tenía dispuestas para los contratistas cuates: Los contratos de incentivos.
Fue el diputado David Maldonado, el que en tribuna pidió que se aprobara el documento que se había enviado del Senado, y no el que mañosamente ÉL mismo, con el apoyo de los panistas, había modificado sin que los demás legisladores tuvieran conocimiento.
¿Y quieren que tengamos confianza en que todo está derecho en esa reforma, en que no hay grietas por donde colar sus trampas, en que el ejecutivo se comportará como un presidente nacionalista, en que los chuchos vendidos son gente de izquierda, en que no hubo albazo, y por ese medio querían pasar la modificación sin que la gente se diera?.
¿Decentes los diputados y el ejecutivo federal?... ¡mis polainas!!!
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