Una vez un carnal me dijo que los pinches gringos son como el puñal América (no es marca de un cuchillo Manuel, es un equipo puñal de futbol): "Sencillamente o los amas o los odias".
La reflexión viene a raíz de lo que se vio después del juego de la panbolera selección vs. las envirusadas huestes gringas, en Reforma, y los ataques hasta los "güeros de rancho".
Infinidad de veces he oído y leído a un friego de batos hablar maravillas de los gringos; se admiran de su tecnología, del chou bisnes, de su impresionante capacidad de desperdiciar dólares en cualquier mamada pendeja, de las güeras gringas, en fin.
Otros, simple y sencillamente nos expresamos más libres y naturales y decimos, sáquense mucho a chingar a su madre, pinches ojetes.
Guanguito y gachafaz, recuerdo, no se cansaban de decir y hasta de mate salpicaban los monitores con su cantaleta de que México es el patio trasero de Tío Sam. ¿Y sí?
Personalmente a mi me fastidia en parte esa actitud de esquiroles, como si no hubiera otras "maravillas" en el Mundo más que las putas maravillas gringas; hablar con grandilocuencia de los óscares por ejemplo pasándose por el Monumento de la Revolufia el Festival de Cannes o El Oso de Plata de Berlín, o creer y sentirse la divina garza americana solo por traer en las patas un par de estas pendejadas:
¿The first school? Naaaaa, ¡mis calcetines made in Shangai de 10 varos el par!
Tuve un profesor en los 80 que nos decía, casi en la vil leperada: "No sean pendejos, ¿para que imitan lo gringo?, pero está bien, haya ustedes, pero más bien las haría imitar a un estudiante de Harvard que al tal Maicol Yacson". Así decía el buen Eliud.
Los amas o los odias, como al América. Hay quien dice que es inevitable, que la méndiga "globaliseishon", que las economías de mercado. Huuuuum.
Cosas curiosas, mientras algunas morras de esta nopalteca tierra se esmeran por imitar a la tal Britney, en nuestras zonas arqueológicas vemos a chavas europeas en huipil y de huaraches.... y dices, órale, cabrón, y aquí a muchas nacionales les da harta pena; ¿será porque su color natural las delata? Juar, juar.
Los amas o los odias, dijo aquel.
Cada uno ha de saber.
La reflexión viene a raíz de lo que se vio después del juego de la panbolera selección vs. las envirusadas huestes gringas, en Reforma, y los ataques hasta los "güeros de rancho".
Infinidad de veces he oído y leído a un friego de batos hablar maravillas de los gringos; se admiran de su tecnología, del chou bisnes, de su impresionante capacidad de desperdiciar dólares en cualquier mamada pendeja, de las güeras gringas, en fin.
Otros, simple y sencillamente nos expresamos más libres y naturales y decimos, sáquense mucho a chingar a su madre, pinches ojetes.
Guanguito y gachafaz, recuerdo, no se cansaban de decir y hasta de mate salpicaban los monitores con su cantaleta de que México es el patio trasero de Tío Sam. ¿Y sí?
Personalmente a mi me fastidia en parte esa actitud de esquiroles, como si no hubiera otras "maravillas" en el Mundo más que las putas maravillas gringas; hablar con grandilocuencia de los óscares por ejemplo pasándose por el Monumento de la Revolufia el Festival de Cannes o El Oso de Plata de Berlín, o creer y sentirse la divina garza americana solo por traer en las patas un par de estas pendejadas:
¿The first school? Naaaaa, ¡mis calcetines made in Shangai de 10 varos el par!
Tuve un profesor en los 80 que nos decía, casi en la vil leperada: "No sean pendejos, ¿para que imitan lo gringo?, pero está bien, haya ustedes, pero más bien las haría imitar a un estudiante de Harvard que al tal Maicol Yacson". Así decía el buen Eliud.
Los amas o los odias, como al América. Hay quien dice que es inevitable, que la méndiga "globaliseishon", que las economías de mercado. Huuuuum.
Cosas curiosas, mientras algunas morras de esta nopalteca tierra se esmeran por imitar a la tal Britney, en nuestras zonas arqueológicas vemos a chavas europeas en huipil y de huaraches.... y dices, órale, cabrón, y aquí a muchas nacionales les da harta pena; ¿será porque su color natural las delata? Juar, juar.
Los amas o los odias, dijo aquel.
Cada uno ha de saber.
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