Por ahí por los años mil ochocientos y feria se reunieron unos franchutes y convocaron al pueblo bajo el lema de libertad, igualdad y fraternidad, el pueblo pensó ¿igualdad con el rey? Órale vamos a ser todos reyes, “pos lentro” y se lanzaron a las calles contra el rey para formar un nuevo gobierno.
Para probar eso de la libertad metieron a la cárcel a todos sus enemigos, luego en forma fraterna les cortaron la cabeza, buena solución para eso de las jaquecas, finalmente formaron una clase política privilegiada para eso de la “igualda”.
Como el negocio resultó muy bueno, para los organizadores, decidieron ampliar el negocio extrafronteras y le dieron la franquicia a la francmasonería.
Los güeros del norte, buenos para los biznes, afinaron los detalles del negocio y buscaron socios en México, por ahí había un bombero, bomberito Juárez, que de inmediato y de rodillas los recibió encantado.
Solo que en México al rey le decían presidente y estaba siempre quebrado “No many men” ya que cualquier peso que caía a las arcas se lo robaban de inmediato, casi siempre antes de entrar en el erario, no era negocio quitarlo, aunque era necesario para hacerse de lana y la lana la tenía la Iglesia, “pinches curas codiciosos”.
Así que con la lana y ejercito gringo ponen al frente del negocio al güerito color de llanta de Guelatao e inician la reconquista de México.
Se junta el indito y sus “ingeñeros” para fabricar una guillotina pero se cortan los dedos y en un arranque de ira bomberito les explica que no necesita de esas raras máquinas, “ aquí nos ajusilamos a todos los que piensen en forma diferente”
La Iglesia no solo la formaban los obispos regordetes y golosos, sino el pueblo en su gran mayoría católicos, los curas, los maestros, las monjas.
De tal forma que la clase política, formada por holgazanes, viciosos y seudo intelectuales se dieron a la arrebatinga de los bienes públicos de la Iglesia, horfanatorios, hospicios, asilos, escuelas, conventos y templos que habían sido construidos por el pueblo para su servicio fueron vendidos o usados para fines privados, por los políticos, aún hoy podemos ver monasterios transformados en hoteles, antiguos asilos en casas de políticos etc.
En forma fraterna se robaron todo lo que quisieron, mataron a los que se opusieron y formaron un sistema desigual y profundamente injusto que padecemos hasta el día de hoy.
Por siglos los políticos nos han vendido mentiras, ideas que en la praxis se vuelven antagónicas, oprimen diciéndose liberales, descubrieron la democracia tiránica, y la revolución contrarrevolucionaria y lo peor es que nos hemos acostumbrado, como los avestruces, a que nos mientan, si no nos hablan de los problemas es que no existen.
Cuando aparecen políticos que nos hablan de los problemas reales que venimos arrastrando por décadas enteras, los culpamos a ellos de los males de los que nos advierten.
Queremos políticos que nos hablen bonito, que callen, mejor dicho, que compren a los medios para que nos digan que todo esta bien.
Que “negocien” con los delincuentes para que todo esté tranquilo, no importa que saqueen al país, total todos “semos” corruptos, que vomiten pa´todos lados.
Queremos al Mesías tropical que venga a componernos, a darnos lo que no hemos conseguido con nuestro trabajo, a pacificar con las componendas y complicidades.
Queremos en síntesis que regrese el PRI a los pinos o de perdida el PRD.
¿Será mucho pedir? Porque esto de enfrentarnos a la verdad duele
Para probar eso de la libertad metieron a la cárcel a todos sus enemigos, luego en forma fraterna les cortaron la cabeza, buena solución para eso de las jaquecas, finalmente formaron una clase política privilegiada para eso de la “igualda”.
Como el negocio resultó muy bueno, para los organizadores, decidieron ampliar el negocio extrafronteras y le dieron la franquicia a la francmasonería.
Los güeros del norte, buenos para los biznes, afinaron los detalles del negocio y buscaron socios en México, por ahí había un bombero, bomberito Juárez, que de inmediato y de rodillas los recibió encantado.
Solo que en México al rey le decían presidente y estaba siempre quebrado “No many men” ya que cualquier peso que caía a las arcas se lo robaban de inmediato, casi siempre antes de entrar en el erario, no era negocio quitarlo, aunque era necesario para hacerse de lana y la lana la tenía la Iglesia, “pinches curas codiciosos”.
Así que con la lana y ejercito gringo ponen al frente del negocio al güerito color de llanta de Guelatao e inician la reconquista de México.
Se junta el indito y sus “ingeñeros” para fabricar una guillotina pero se cortan los dedos y en un arranque de ira bomberito les explica que no necesita de esas raras máquinas, “ aquí nos ajusilamos a todos los que piensen en forma diferente”
La Iglesia no solo la formaban los obispos regordetes y golosos, sino el pueblo en su gran mayoría católicos, los curas, los maestros, las monjas.
De tal forma que la clase política, formada por holgazanes, viciosos y seudo intelectuales se dieron a la arrebatinga de los bienes públicos de la Iglesia, horfanatorios, hospicios, asilos, escuelas, conventos y templos que habían sido construidos por el pueblo para su servicio fueron vendidos o usados para fines privados, por los políticos, aún hoy podemos ver monasterios transformados en hoteles, antiguos asilos en casas de políticos etc.
En forma fraterna se robaron todo lo que quisieron, mataron a los que se opusieron y formaron un sistema desigual y profundamente injusto que padecemos hasta el día de hoy.
Por siglos los políticos nos han vendido mentiras, ideas que en la praxis se vuelven antagónicas, oprimen diciéndose liberales, descubrieron la democracia tiránica, y la revolución contrarrevolucionaria y lo peor es que nos hemos acostumbrado, como los avestruces, a que nos mientan, si no nos hablan de los problemas es que no existen.
Cuando aparecen políticos que nos hablan de los problemas reales que venimos arrastrando por décadas enteras, los culpamos a ellos de los males de los que nos advierten.
Queremos políticos que nos hablen bonito, que callen, mejor dicho, que compren a los medios para que nos digan que todo esta bien.
Que “negocien” con los delincuentes para que todo esté tranquilo, no importa que saqueen al país, total todos “semos” corruptos, que vomiten pa´todos lados.
Queremos al Mesías tropical que venga a componernos, a darnos lo que no hemos conseguido con nuestro trabajo, a pacificar con las componendas y complicidades.
Queremos en síntesis que regrese el PRI a los pinos o de perdida el PRD.
¿Será mucho pedir? Porque esto de enfrentarnos a la verdad duele
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