Re: REFORMAS QUE MEXICO NECESITA ..2010-2012..+ GOBERNABILIDAD
Enfoques y aproximaciones sobre gobernabilidad
Se divide generalmente en dos visiones: la convencional y la no convencional.
- Visión convencional
Es una visión verticalista. Plantea la gobernabilidad como ejercicio del poder desde el Estado, las resoluciones de problemas se resuelven desde el Estado, éste toma sus decisiones tomando a la gente como objeto de sus políticas. Su legitimidad deriva de las elecciones populares, pero la gente no es artífice de su gobernabilidad. Para la visión convencional, el problema de la gobernabilidad es el resultado de una sobrecarga del Estado.
Entre los autores convencionalistas están Tomassini (1994),[3] Rojas (1994) y Coppedge (1994),[4] entre otros.
Para Luciano Tomassini la gobernabilidad es un fenómeno sistemático que depende de numerosas concausas interrelacionadas entre sí.
La gobernabilidad esta basada en
-el comportamiento de los organismos del gobierno encargados de manejar la economía y el sector público.
-el comportomiento del conjunto de organizaciones del Estado, incluyendo además la interacción entre los organismos económicos y políticos del poder ejecutivo.
-el comportamiento de la interacción entre los actores que pertenecen a la sociedad civil, a la economía y al mercado, y a los sectores sociales menos favorecidos.
Coppedge define la gobernabilidad cuando señala que es el grado en que las relaciones entre los actores estratégicos obedecen a unas fórmulas estables y mutuamente aceptadas.
Los actores estratégicos son aquellos grupos que controlen uno o más recursos políticos como:
-los cargos públicos, asociados al gobierno.
-la información, asociados con los tecnócratas y los medios de información.
-los factores de producción, asociados con las empresas.
la fuerza violenta, asociada al ejército y a la policía.
-los grupos activistas, relacionados con los partidos políticos.
la autoridad moral, relacionada con la iglesia.
Además, depende de la capacidad del Estado para:
-mantener el orden público.
-recaudar impuestos.
-regular el comercio.
-mantener el estado de derecho.
Para cumplir con las funciones anteriormente enlistadas, se requieren de mayor recursos, lo que infiere que a mayor cantidad de recursos tenga el Estado, mayor será su capacidad de gobernabilidad.
Offe señala que las causas provienen de la diferencia entre el volumen de demandas y la capacidad de dirección.[5]
La sobrecarga de expectativas a la que es sometida el poder estatal. esto se debe a la competencia entre partidos, el pluralismo de asociaciones y medios de comunicación de masas relativamente libre. Este hecho genera un incremento constante de expectativas, obligaciones y responsabilidades planteadas al gobierno que no puede soslayar. Éstas se expresan en un "aumento desproporcionado" de las pretensiones de cogestión del Estado social y de participación democrática y a una politización exagerada de temas y conflictos, donde se manifiestan una codicia incontenida de los ciudadanos.
La insuficiencia de poder de intervención como de la capacidad de dirección del aparato estatal, lo cual conlleva a que el Estado no sea capaz de responder eficazmente a las expectativas y exigencias. Lo que se manifiesta en la falta de garantías de las libertades económicas y políticas.
Los desengaños se van acumulando. Esto puede ser canalizado de dos formas:
Se origina una polarización dentro del sistema, se reideologiza y se fundamenta la práctica de la oposición de turno
Los partidos políticos son menos capaces de canalizar y articular la voluntad de los electores.
Las teorías convencionales presentan una terapia con dos variantes, a fin de prevenir la situación antes descrita.
-La primera es la reducción de exigencias:
Se debe aliviar al medio político, o sea todo lo que rebase los límites del Estado social, de la sobrecarga de exigencias. Se debe desviar todas éstas exigencias al terreno de los intercambios monetarios. Se debe, entonces, aplicar las fórmulas de "privatización"
De un modo más amplio, la noción de gobernabilidad se refiere al conjunto de las instituciones de un estado, incluyendo a la sociedad civil y el sector privado. Tomando en consideración además el tipo y grado de relaciones que hay entre ellos.
Las relaciones entre los distintos elementos que componen un estado, serán en definitiva los que definan el grado de gobernabilidad que este presentará, por lo tanto se puede deducir que la gobernabilidad es un concepto político que busca plantear los modos de regulación del orden social, y de modo esencial asegurar el bienestar de los ciudadanos de manera más eficaz, y a su vez, cómo los ciudadanos pueden contribuir a construir y mantener que las instituciones sean transparentes, eficientes y equitativas.
Según la Real Academia de la Lengua Española se define gobernabilidad como: “Cualidad de gobernable”.[6]
Tipos de gobernabilidad
-Gobernabilidad democrática
Un número cada vez mayor de países se esfuerzan por establecer la gobernabilidad en un contexto democrático. Se enfrentan al desafío de elaborar instituciones y procesos que respondan mejor a las necesidades de los ciudadanos ordinarios, incluidos los pobres.
El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) agrupa a la gente en las naciones y en todo el mundo, creando asociaciones y compartiendo los modos de fomentar la participación, la responsabilidad y la eficacia en todos los niveles. Se ayuda a los países a fortalecer sus sistemas electorales y legislativos, mejorar el acceso a la justicia y la administración pública, y a desarrollar una mayor capacidad para hacer llegar los servicios básicos a quienes más los necesitan.
Referencias
↑ Colombo, Paolo; traducción de Cardoso, Herber (2003). Gobierno, Léxico de político-1; pág. 131, Buenos Aires, ed. Nueva visión. ISBN 950 602 468 5.
↑ Crozier, Huntington y Watanuki (1975). The crisis of Democracy. Reprot of de Gobernability of democracies to the Trilateral Comission, Ed. New York University Press. ISBN 0-8147-1305-3.
↑ Tomassini, Luciano (1994). Qué espera la sociedad del Gobierno?, Ed. Universidad de Chile. ISBN 956-19-0200-1.
↑ Coppedge, Michael (1994). «Instituciones y Gobernabilidad Democrática en América latina». Revista Síntesis (22, pp. 61-88). ISSN 0213-7577.
↑ Offe, Claus (1992). La gestión política, Ed. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. ISBN 84-7434-766-1.
↑ Definición del DRAE.
Enlaces externos
Gobernabilidad democrática PNUD
Indicador Mundial de Gobernabilidad
Comunidad Virtual de Gobernabilidad
Enfoques y aproximaciones sobre gobernabilidad
Se divide generalmente en dos visiones: la convencional y la no convencional.
- Visión convencional
Es una visión verticalista. Plantea la gobernabilidad como ejercicio del poder desde el Estado, las resoluciones de problemas se resuelven desde el Estado, éste toma sus decisiones tomando a la gente como objeto de sus políticas. Su legitimidad deriva de las elecciones populares, pero la gente no es artífice de su gobernabilidad. Para la visión convencional, el problema de la gobernabilidad es el resultado de una sobrecarga del Estado.
Entre los autores convencionalistas están Tomassini (1994),[3] Rojas (1994) y Coppedge (1994),[4] entre otros.
Para Luciano Tomassini la gobernabilidad es un fenómeno sistemático que depende de numerosas concausas interrelacionadas entre sí.
La gobernabilidad esta basada en
-el comportamiento de los organismos del gobierno encargados de manejar la economía y el sector público.
-el comportomiento del conjunto de organizaciones del Estado, incluyendo además la interacción entre los organismos económicos y políticos del poder ejecutivo.
-el comportamiento de la interacción entre los actores que pertenecen a la sociedad civil, a la economía y al mercado, y a los sectores sociales menos favorecidos.
Coppedge define la gobernabilidad cuando señala que es el grado en que las relaciones entre los actores estratégicos obedecen a unas fórmulas estables y mutuamente aceptadas.
Los actores estratégicos son aquellos grupos que controlen uno o más recursos políticos como:
-los cargos públicos, asociados al gobierno.
-la información, asociados con los tecnócratas y los medios de información.
-los factores de producción, asociados con las empresas.
la fuerza violenta, asociada al ejército y a la policía.
-los grupos activistas, relacionados con los partidos políticos.
la autoridad moral, relacionada con la iglesia.
Además, depende de la capacidad del Estado para:
-mantener el orden público.
-recaudar impuestos.
-regular el comercio.
-mantener el estado de derecho.
Para cumplir con las funciones anteriormente enlistadas, se requieren de mayor recursos, lo que infiere que a mayor cantidad de recursos tenga el Estado, mayor será su capacidad de gobernabilidad.
Offe señala que las causas provienen de la diferencia entre el volumen de demandas y la capacidad de dirección.[5]
La sobrecarga de expectativas a la que es sometida el poder estatal. esto se debe a la competencia entre partidos, el pluralismo de asociaciones y medios de comunicación de masas relativamente libre. Este hecho genera un incremento constante de expectativas, obligaciones y responsabilidades planteadas al gobierno que no puede soslayar. Éstas se expresan en un "aumento desproporcionado" de las pretensiones de cogestión del Estado social y de participación democrática y a una politización exagerada de temas y conflictos, donde se manifiestan una codicia incontenida de los ciudadanos.
La insuficiencia de poder de intervención como de la capacidad de dirección del aparato estatal, lo cual conlleva a que el Estado no sea capaz de responder eficazmente a las expectativas y exigencias. Lo que se manifiesta en la falta de garantías de las libertades económicas y políticas.
Los desengaños se van acumulando. Esto puede ser canalizado de dos formas:
Se origina una polarización dentro del sistema, se reideologiza y se fundamenta la práctica de la oposición de turno
Los partidos políticos son menos capaces de canalizar y articular la voluntad de los electores.
Las teorías convencionales presentan una terapia con dos variantes, a fin de prevenir la situación antes descrita.
-La primera es la reducción de exigencias:
Se debe aliviar al medio político, o sea todo lo que rebase los límites del Estado social, de la sobrecarga de exigencias. Se debe desviar todas éstas exigencias al terreno de los intercambios monetarios. Se debe, entonces, aplicar las fórmulas de "privatización"
De un modo más amplio, la noción de gobernabilidad se refiere al conjunto de las instituciones de un estado, incluyendo a la sociedad civil y el sector privado. Tomando en consideración además el tipo y grado de relaciones que hay entre ellos.
Las relaciones entre los distintos elementos que componen un estado, serán en definitiva los que definan el grado de gobernabilidad que este presentará, por lo tanto se puede deducir que la gobernabilidad es un concepto político que busca plantear los modos de regulación del orden social, y de modo esencial asegurar el bienestar de los ciudadanos de manera más eficaz, y a su vez, cómo los ciudadanos pueden contribuir a construir y mantener que las instituciones sean transparentes, eficientes y equitativas.
Según la Real Academia de la Lengua Española se define gobernabilidad como: “Cualidad de gobernable”.[6]
Tipos de gobernabilidad
-Gobernabilidad democrática
Un número cada vez mayor de países se esfuerzan por establecer la gobernabilidad en un contexto democrático. Se enfrentan al desafío de elaborar instituciones y procesos que respondan mejor a las necesidades de los ciudadanos ordinarios, incluidos los pobres.
El PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) agrupa a la gente en las naciones y en todo el mundo, creando asociaciones y compartiendo los modos de fomentar la participación, la responsabilidad y la eficacia en todos los niveles. Se ayuda a los países a fortalecer sus sistemas electorales y legislativos, mejorar el acceso a la justicia y la administración pública, y a desarrollar una mayor capacidad para hacer llegar los servicios básicos a quienes más los necesitan.
Referencias
↑ Colombo, Paolo; traducción de Cardoso, Herber (2003). Gobierno, Léxico de político-1; pág. 131, Buenos Aires, ed. Nueva visión. ISBN 950 602 468 5.
↑ Crozier, Huntington y Watanuki (1975). The crisis of Democracy. Reprot of de Gobernability of democracies to the Trilateral Comission, Ed. New York University Press. ISBN 0-8147-1305-3.
↑ Tomassini, Luciano (1994). Qué espera la sociedad del Gobierno?, Ed. Universidad de Chile. ISBN 956-19-0200-1.
↑ Coppedge, Michael (1994). «Instituciones y Gobernabilidad Democrática en América latina». Revista Síntesis (22, pp. 61-88). ISSN 0213-7577.
↑ Offe, Claus (1992). La gestión política, Ed. Ministerio de Trabajo y Seguridad Social. ISBN 84-7434-766-1.
↑ Definición del DRAE.
Enlaces externos
Gobernabilidad democrática PNUD
Indicador Mundial de Gobernabilidad
Comunidad Virtual de Gobernabilidad
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