Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma
CON LOS OJOS CLAVADOS EN EL SUELO
Sonia Bartolomé
No quiero oir hablar de ti. No quiero verte
ni sentirte tirando de mi mano.
No quiero olerte en las almohadas, ni nombrarte.
No quiero soñar contigo, ni soñarnos.
Me niego a reconocerte en más personas
con cara de felices y ojos llenos.
Prefiero no encontrarte, ir caminando
con los ojos clavados en el suelo.
Te llamé una y otra vez... y no viniste.
Grité, por si no alcanzabas a escucharme
y encendí todas las luces de mi casa
para que no tardaras mucho en encontrarme.
Te disfracé en muñecos, maniquíes,
sólo por la ilusión... Fingir que estabas...
Fingí que me tirabas de la mano...
Fingí que me impregnabas las almohadas...
Ya no más, no quiero más, ya no te quiero.
Me cansé de esperarte en la ventana.
Ya lloré tu ausencia. Ya no finjo.
Ya me coloco en el centro de la cama.
Ahora ya no vengas, no me busques,
no te cuelgues de mi brazo, no me escribas.
Ahora soy yo la que no te quiere, ¿estás oyendo?
No intentes convencerme, no me sigas.
No me lo expliques, no quiero entenderte.
No me queda paciencia, no me alcanza.
La gasté toda tratando de encontrarte,
siempre buscándote por donde nunca estabas.
Como migas de pan, por no perderme,
dejé trocitos de mí por el camino.
Pero no tardaron mucho en devorarlos,
¿cómo vuelvo si no sé cómo he venido?
Apenas quedo yo como era antes,
con cara de feliz y ojos tan llenos.
Apenas quedo yo... y es culpa tuya.
Ya no vengas, AMOR. Ya no te quiero.
Sonia Bartolomé
No quiero oir hablar de ti. No quiero verte
ni sentirte tirando de mi mano.
No quiero olerte en las almohadas, ni nombrarte.
No quiero soñar contigo, ni soñarnos.
Me niego a reconocerte en más personas
con cara de felices y ojos llenos.
Prefiero no encontrarte, ir caminando
con los ojos clavados en el suelo.
Te llamé una y otra vez... y no viniste.
Grité, por si no alcanzabas a escucharme
y encendí todas las luces de mi casa
para que no tardaras mucho en encontrarme.
Te disfracé en muñecos, maniquíes,
sólo por la ilusión... Fingir que estabas...
Fingí que me tirabas de la mano...
Fingí que me impregnabas las almohadas...
Ya no más, no quiero más, ya no te quiero.
Me cansé de esperarte en la ventana.
Ya lloré tu ausencia. Ya no finjo.
Ya me coloco en el centro de la cama.
Ahora ya no vengas, no me busques,
no te cuelgues de mi brazo, no me escribas.
Ahora soy yo la que no te quiere, ¿estás oyendo?
No intentes convencerme, no me sigas.
No me lo expliques, no quiero entenderte.
No me queda paciencia, no me alcanza.
La gasté toda tratando de encontrarte,
siempre buscándote por donde nunca estabas.
Como migas de pan, por no perderme,
dejé trocitos de mí por el camino.
Pero no tardaron mucho en devorarlos,
¿cómo vuelvo si no sé cómo he venido?
Apenas quedo yo como era antes,
con cara de feliz y ojos tan llenos.
Apenas quedo yo... y es culpa tuya.
Ya no vengas, AMOR. Ya no te quiero.
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