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Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

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  • #91
    Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

    Poema 5
    Pablo Neruda.


    Para que tú me oigas
    mis palabras
    se adelgazan a veces
    como las huellas de las gaviotas en las playas.

    Collar, cascabel ebrio
    para tus manos suaves como las uvas.

    Y las miro lejanas mis palabras.
    Más que mías son tuyas.
    Van trepando en mi viejo dolor como las yedras.

    Ellas trepan así por las paredes húmedas.
    Eres tú la culpable de este juego sangriento.

    Ellas están huyendo de mi guarida oscura.
    Todo lo llenas tú, todo lo llenas.

    Antes que tú poblaron la soledad que ocupas,
    y están acostumbradas más que tú a mi tristeza.

    Ahora quiero que digan lo que quiero decirte
    para que tú las oigas como quiero que me oigas.

    El viento de la angustia aún las suele arrastrar.
    Huracanes de sueños aún a veces las tumban.

    Escuchas otras voces en mi voz dolorida.
    Llanto de viejas bocas, sangre de viejas súplicas.
    Ámame, compañera. No me abandones. Sígueme.
    Sígueme, compañera, en esa ola de angustia.

    Pero se van tiñendo con tu amor mis palabras.
    Todo lo ocupas tú, todo lo ocupas.

    Voy haciendo de todas un collar infinito
    para tus blancas manos, suaves como las uvas.

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    • #92
      Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

      De Cecilia Meireles.


      Cantarán los gallos

      Cantarán los gallos, cuando muramos,
      y una brisa leve, de manos delicadas,
      rozará los bordes, las sedas
      mortuorias.
      Y el sonido de la noche irá transpirando
      sobre los claros vidrios.
      Y los grillos a lo lejos truncarán los silencios,
      los tallos de cristal, fríos, largos yermos,
      y el enorme aroma de los árboles.
      ¡Ah, qué dulce luna verá nuestra calma
      faz todavía más calma que su gran espejo
      de plata!
      ¡Qué frescura espesa en nuestros cabellos,
      libres como los campos de madrugada!
      En la niebla de la aurora
      la última estrella
      asciende pálida.
      ¡Qué gran sosiego, sin hablas humanas,
      sin el labio de los rostros del lobo,
      sin odio, sin amor, sin nada!
      Como oscuros profetas perdidos,
      conversarán apenas los perros en las campiñas.
      Fuertes preguntas. Vastas pausas.
      Estaremos en la muerte
      con aquel suave contorno
      de una concha dentro del agua.
      "Siempre vuelvo a la pregunta que me ha atormentado por más de treinta años: '¿es el cine más importante que la vida'?", François Truffaut.

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      • #93
        Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

        RIMA
        Gustavo Adolfo Bécquer

        Del salón en el ángulo oscuro,
        de su dueño tal vez olvidada,
        silenciosa y cubierta de polvo
        veíase el arpa.

        ¡Cuanta nota dormida en sus cuerdas,
        como el pájaro duerme en las ramas,
        esperando la mano de nieve
        que sabe arrancarlas!

        ¡Ay!, pensé, cuántas veces el genio
        así duerme en el fondo del alma,
        y una voz, como Lázaro, espera
        que le diga: "Levántate y anda!

        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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        • #94
          Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

          VUELO SUPREMO
          Julián Marchena

          Quiero vivir la vida aventurera
          de los errantes pájaros marinos,
          no tener, para ir a otra ribera,
          la prosáica visión de los caminos.

          Poder volar cuando la tarde muera
          entre fugaces lampos ambarinos,
          y oponer a los raudos torbellinos
          el ala fuerte y la mirada fiera.

          Huir de todo lo que sea humano;
          embriagarme de azul ...... ser soberano
          de dos inmensidades: mar y cielo,

          y cuando sienta el corazón cansado,
          morir sobre un peñón abandonado
          con las alas abiertas para el vuelo.



          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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          • #95
            Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

            PARÁBOLA DEL CAMINO
            Enrique Gonzalez Martinez

            La vida es un camino........
            Sobre rápido tren va un peregrino
            salvando montes; otro va despacio
            y a pie; siente al hierba, ve el espacio......
            Y ambos siguen idéntico destino.....

            A los frívolos ojos del primero,
            pasa el desfile raudo de las cosas
            que se velan y esfuman. El viajero
            segundo bebe el alma de las rosas
            y escucha las palabras del sendero.

            De noche, el uno duerme en inconsciente
            e infecundo sopor; el tren resbala
            facil sobre el talud de la pendiente,
            y el otro viajero no siente
            que en la campiña próvida se exhala
            un concierto de aromas.....

            El prudente
            que marcha a pie, reposa bajo el ala
            de un gran ensueño, y trepa por la escala
            excelsa de Jacob. Cuando el oriente
            clarea, se echa a andar; pero señala
            el sitio aquel en que posó la frente.

            Ambos llegan al término postrero;
            mas no sabe el primero
            que vió, que oyó; su espíritu desnudo
            de toda adoración, se encuentra mudo.

            El otro peregrino
            recuerda cada voz, cada celaje,
            y guarda los encantos del paisaje.
            Y los hombres lo cercan, porque vino
            a traer una nueva en su lenguaje
            y hay en su acento un hálito divino.....
            En como Ulises: hizo un bello viaje
            y lo cuenta al final de su destino.....

            Porque la vida humana es un camino.




            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • #96
              Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

              LA PARÁBOLA DEL DESTERRADO
              Carlos Wyld Ospina

              Setenta veces labré mi tierra con rudas manos;
              setenta veces plaga maliga comió mis granos,
              un viento impío barrió mi casa, sopló mi lar.
              Todas las cosas que yo quería, ¡todas las cosas!
              fuéronme hostiles, fuéronme duras..... y con premiosas
              violencias mudas, un dia echáronme de mi lugar.....

              Vagué perdido por muchas rutas, por muchos años.....
              Como los tristes, llevaba alforjas de desengaños.
              Débil y ocioso, me puse a errar.....
              Luego me dije: soy un poeta; mi vino escancio
              frente a la tarde que ya no tiene nada que dar.

              Mas una hora sentí el cariño de lo que es ido.
              Ya sin molinos, ya sin ensueños, como un vencido
              torné a mi lar,
              con el olvido que me brindaron tierras lejanas:
              fiero de rostro, sabio de penas, santo de canas....
              y hallé a la Vida que me decía:

              ¡Vuelve a empezar!



              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • #97
                Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                Alguien.

                Alguien limpia la celda
                de la tortura
                que no quede la sangre
                ni la amargura

                alguien pone en los muros
                el nombre de ella
                ya no cabe en la noche
                ninguna estrella

                alguien limpia su rabia
                con un consejo
                y la deja brillante
                como un espejo

                alguien piensa hasta cuando
                alguien camina
                suenan lejos las risas
                una bocina
                y un gallo que propone
                su canto en hora
                mientras sube la angustia
                la voladora

                alguien piensa en afuera
                que allá no hay plazo
                piensa en niños de vida
                y en un abrazo

                alguien quiso ser justo
                no tuvo suerte
                es difícil la lucha
                contra la muerte

                alguien limpia la celda
                de la tortura
                lava la sangre pero
                no la amargura.

                * Mario Benedetti

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                • #98
                  Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                  Firme propósito

                  Ni ampararse del día bajo el árbol de nieblas,
                  Ni morder el verano en las frutas dormido,
                  Ni besar en los labios lentos de tinieblas
                  Al muerto evaporado y vano de haber sido.

                  Ni penetrar el centro del álgebra frío,
                  Ni en el vacío clavar la máscara infinita.
                  Ni sembrar el olvido en el glorioso río
                  Y derramar la nada en la tumba bendita.

                  Ni rozar, Amor mío, tu boca entregada,
                  Ni su deseo quemar sin la llama esperada,
                  Ni arrastrar en el cuerpo rendido la herida.

                  Ni rezar con las manos juntas de la pena,
                  Pero traer consigo en la noche serena
                  El hondo corazón donde sangró la vida.


                  Marguerite Youcernar


                  Versión de Silvia Barón-Supervielle

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                  • #99
                    Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                    NO TIENE IMPORTANCIA

                    Esta pena mía
                    no tiene importancia.
                    Sólo es la tristeza de una melodía,
                    y el íntimo ensueño de alguna fragancia.

                    -Que todo se muere,
                    que la vida es triste,
                    que no vendrás nunca, por más que te espere,
                    pues ya no me quieres como me quisiste-.

                    No tiene importancia…
                    Yo soy razonable;
                    no puedo pedirte ni amor ni constancia:
                    ¡si es mía la culpa de no ser variable!

                    ¿Qué valen mis quejas
                    si no las escuchas;
                    y qué mis caricias, desde que las dejas,
                    quizá despreciadas porque fueron muchas?

                    ¡Si esta pena mía
                    no es más que el ensueño de alguna fragancia,
                    no es más que la sombra de una melodía!
                    Ya ves que no tiene ninguna importancia


                    Pedro Miguel Obligado

                    Comment


                    • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                      Impactante, Tatiana.

                      Comment


                      • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                        Bandoneón.


                        me jode confesarlo
                        pero la vida es también un bandoneón
                        hay quien sostiene que lo toca dios
                        pero yo estoy seguro que es troilo
                        ya que dios apenas toca el arpa
                        y mal

                        fuere quien fuere lo cierto es
                        que nos estira en un solo ademán purísimo
                        y luego nos reduce de a poco a casi nada
                        y claro nos arranca confesiones
                        quejas que son clamores
                        vértebras de alegría
                        esperanzas que vuelven
                        como los hijos pródigos
                        y sobre todo como los estribillos

                        me jode confesarlo
                        porque lo cierto es que hoy en día
                        pocos
                        quieren ser tango
                        la natural tendencia
                        es a ser rumba o mambo o chachachá
                        o merengue o bolero o tal vez casino
                        en último caso valsecito o milonga
                        pasodoble jamás
                        pero cuando dios o pichuco o quien sea
                        toma entre sus manos la vida bandoneón
                        y le sugiere que llore o regocije
                        uno siente el tremendo decoro de ser tango
                        y se deja cantar y ni se acuerda
                        que allá espera
                        el estuche.

                        * Mario Benedetti.

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                        • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                          Originalmente publicado por Tancredi Ver post
                          Impactante, Tatiana.
                          Hola Tan:
                          Las recuerdo de una libretita de poemas de mi tia.



                          DESPECHO

                          ¡Ah, qué estoy cansada! Me he reido tanto,
                          tanto, que a mis ojos ha asomado el llanto;
                          tanto, que este rictus que contrae mi boca
                          es un rastro extraño de mi risa loca.

                          Tanto, que esta intensa palidez que tengo
                          (como en los retratos de viejo abolengo)
                          es por la fatiga de la loca risa
                          que en todo mi cuerpo su sopor desliza.

                          ¡Ah, qué estoy cansada! Déjame que duerma;
                          pues, como la angustia, la alegría enferma.
                          ¡Qué rara ocurrencia decir que estoy triste!
                          ¿Cuándo más alegre que ahora me viste?

                          ¡Mentira! No tengo ni dudas, ni celos,
                          Ni inquietud, ni angustias, ni penas, ni anhelos,
                          Si brilla en mis ojos la humedad del llanto,
                          es por el esfuerzo de reirme tanto

                          Juana de Ibarbourou

                          Comment


                          • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                            TRISTITIA

                            Mi infancia, que fue dulce, serena, triste y sola,
                            se deslizó en la paz de una aldea lejana,
                            entre el manso rumor con que muere una ola
                            y el tañer doloroso de una vieja campana.
                            -
                            Dábame el mar la nota de su melancolía;
                            el cielo, la serena quietud de su belleza;
                            los besos de mi madre, una dulce alegría,
                            y la muerte del sol, una vaga tristeza.
                            -
                            En la mañana azul, al despertar, sentía
                            el canto de las olas como una melodía
                            y luego el soplo denso, perfumado, del mar,
                            y lo que él me dijera, aún en mi alma persiste;
                            -
                            mi padre era callado y mi madre era triste
                            y la alegría nadie me la supo enseñar

                            Abraham Valdelomar

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                            • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                              A Miguel Hernández, asesinado en los presidios de España.

                              Llegaste a mí directamente del Levante. Me traías,
                              pastor de cabras, tu inocencia arrugada,
                              la escolástica de viejas páginas, un olor
                              a Fray Luis, a azahares, al estiércol quemado
                              sobre los montes, y en tu máscara
                              la aspereza cereal de la avena segada
                              y una miel que medía la tierra con tus ojos.

                              También el ruiseñor en tu boca traías.
                              Un ruiseñor manchado de naranjas, un hilo
                              de incorruptible canto, de fuerza deshojada.
                              Ay, muchacho, en la luz sobrevino la pólvora
                              y tú, con ruiseñor y con fusil, andando
                              bajo la luna y bajo el sol de la batalla.

                              Ya sabes, hijo mío, cuánto no pude hacer, ya sabes
                              que para mí, de toda la poesía, tú eras el fuego azul.
                              Hoy sobre la tierra pongo mi rostro y te escucho,
                              te escucho, sangre, música, panal agonizante.

                              No he visto deslumbradora raza como la tuya,
                              ni raíces tan duras, ni manos de soldado,
                              ni he visto nada vivo como tu corazón
                              quemándose en la púrpura de mi propia bandera.

                              Joven eterno, vives, comunero de antaño,
                              inundado por gérmenes de trigo y primavera,
                              arrugado y oscuro, como el metal innato,
                              esperando el minuto que eleve tu armadura.

                              No estoy solo desde que has muerto. Estoy con los que te buscan.
                              Estoy con los que un día llegarán a vengarte.
                              Tú reconocerás mis pasos entre aquellos
                              que se despeñarán sobre el pecho de España
                              aplastando a Caín para que nos devuelva
                              los rostros enterrados.
                              Que sepan los que te mataron que pagarán con sangre.
                              Que sepan los que te dieron tormento que me verán un día.
                              Que sepan los malditos que hoy incluyen tu nombre
                              en sus libros, los Dámasos, los Gerardos, los hijos
                              de perra, silenciosos cómplices del verdugo,
                              que no será borrado tu martirio, y tu muerte
                              caerá sobre toda su luna de cobardes.
                              Y a los que te negaron en su laurel podrido,
                              en tierra americana, el espacio que cubres
                              con tu fluvial corona de rayo desangrado,
                              déjame darles yo el desdeñoso olvido
                              porque a mí me quisieron mutilar con tu ausencia.

                              Miguel, lejos de la prisión de Osuna, lejos
                              de la crueldad, Mao Tse-tung dirige
                              tu poesía despedazada en el combate
                              hacia nuestra victoria.
                              Y Praga rumorosa
                              construyendo la dulce colmena que cantaste,
                              Hungría verde limpia sus graneros
                              y baila junto al río que despertó del sueño.

                              Y de Varsovia sube la sirena desnuda
                              que edifica mostrando su cristalina espada.

                              Y más allá la tierra se agiganta,
                              la tierra
                              que visitó tu canto, y el acero
                              que defendió tu patria están seguros,
                              acrecentados sobre la firmeza
                              de Stalin y sus hijos.
                              Ya se acerca
                              la luz a tu morada.
                              Miguel de España, estrella
                              de tierras arrasadas, no te olvido, hijo mío,
                              no te olvido, hijo mío!
                              Pero aprendí la vida
                              con tu muerte: mis ojos se velaron apenas,
                              y encontré en mí no el llanto,
                              sino las armas
                              inexorables!
                              Espéralas! Espérame!

                              * Pablo Neruda.

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                              • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                                Coplas mundanas

                                Poeta ayer, hoy triste y pobre
                                filósofo trasnochado,
                                tengo en monedas de cobre
                                el oro de ayer cambiado.

                                Sin placer y sin fortuna,
                                pasó como una quimera
                                mi juventud, la primera...
                                la sola, no hay más que una:
                                la de dentro es la de fuera.

                                Pasó como un torbellino,
                                bohemia y aborrascada,
                                harta de coplas y vino,
                                mi juventud bien amada.

                                Y hoy miro a las galerías
                                del recuerdo, para hacer
                                aleluyas de elegías
                                desconsoladas de ayer.

                                ¡Adiós, lágrimas cantoras,
                                lágrimas que alegremente
                                brotabais, como en la fuente
                                las limpias aguas sonoras!

                                ¡Buenas lágrimas vertidas
                                por un amor juvenil,
                                cual frescas lluvias caídas
                                sobre los campos de abril!

                                No canta ya el ruiseñor
                                de cierta noche serena;
                                sanamos del mal de amor
                                que sabe llorar sin pena.

                                Poeta ayer, hoy triste y pobre
                                filósofo trasnochado,
                                tengo en monedas de cobre
                                el oro de ayer cambiado.

                                * Antonio Machado.

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