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Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

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  • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

    De vuelta a casa


    Desde mi cielo a despedirme llegas
    fino orvallo que lentamente bañas
    los robledos que visten las montañas
    de mi tierra, y los maíces de sus vegas.

    Compadeciendo mi secura, riegas
    montes y valles, los de mis entrañas,
    y con tu bruma el horizonte empañas
    de mi sino, y así en la fe me anegas.

    Madre Vizcaya, voy desde tus brazos
    verdes, jugosos, a Castilla enjuta,
    donde fieles me aguardan los abrazos

    de costumbre, que el hombre no disfruta
    de libertad si no es preso en los lazos
    de amor, compañero de la ruta.

    * Miguel de Unamuno. 20 de noviembre de 1910.

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    • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

      Amor que se serena ¿termina?

      Amor que se serena ¿termina?
      ¿empieza? ¿qué nueva
      vejez le espera por vivir?
      ¿qué fulgor? amor asomándose

      De sí mismo a sí mismo siendo
      también memoria de sí
      comiendo
      de sí ¿qué vieja

      Sombra le chupará la nuca? oh pestes
      que visitaron mi país
      atacaron se fueron
      ajenas como el viento

      * Juan Gelman.

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      • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

        LOS HERALDOS NEGROS

        Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!
        Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
        la resaca de todo lo sufrido
        se empozara en el alma... ¡Yo no sé!

        Son pocos; pero son... Abren zanjas oscuras
        en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
        Serán tal vez los potros de bárbaros atilas;
        o los heraldos negros que nos manda la Muerte.

        Son las caídas hondas de los Cristos del alma
        de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
        Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
        de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.

        Y el hombre... Pobre... ¡pobre! Vuelve los ojos,
        como cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
        vuelve los ojos locos, y todo lo vivido se empoza,
        como charco de culpa, en la mirada.

        Hay golpes en la vida, tan fuertes... ¡Yo no sé!

        César Vallejo

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        • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

          Híjole, le diste al clavo, amigueira, César Vallejo es de los meros del Top Ten.

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          • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

            LA GUERRA
            Antonio Hurtado de Mendoza


            Sangrienta perdición, yugo tirano,
            guerra cruel, origen y osadía
            de la injusta primera tiranía,
            que puso cetro en poder humano.

            Bárbara ley, tan murmurada en vano,
            ayudar del morir a la porfía,
            como si no contara solo el día,
            como si no sobrara el ser humano.

            Mas, aunque mas, ¡oh guerra!, estás culpada,
            es mayor la de fáciles antojos,
            en bello campo de belleza armada.

            No quiero amor; mas quiero dar enojos
            a la dura violencia de una espada
            que a la blanda soberbia de unos ojos.


            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

              MÚSICA OCULTA
              Jaime Torres Bodet

              Como el bosque tiene
              tanta flor oculta,
              parece olorosa
              la luz de la luna.

              Como el cielo tiene
              tanta estrella oculta,
              parece que mira
              la noche de luna.

              ¡Como el alma tiene
              su música oculta,
              parece que el alma
              llora con la luna!....


              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                EL RELOJERO
                Horacio Rega Molina

                ¿ Como es que tu habil soledad se obstina
                en la tarea minuciosa y dura
                mientras el cielo estampa en su blancura
                la sombra ardiente de la golondrina?

                ¿Por que la oblicua lámpara ilumina
                los utensilios y la tabla obscura
                si la luz, desde el cielo, te asegura
                su flor, mas que el cristal de cristalina?

                Deja la caja de artificios vanos,
                el resorte, los números romanos,
                las manecillas, la dentada rueda.

                Porque a la eternidad poco le importa
                eso de si la vida es larga o corta;
                las horas pasan, pero el tiempo queda.
                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                  SI.....
                  Rudyard Kipling

                  Si cuando todo está perdido
                  puedes el alma levantar,
                  y aunque los tuyos te denigren
                  no haces caso de su maldad;

                  si cuando todos de ti duden
                  puedes en ti mismo esperar,
                  sin que la esperanza te fatigue
                  ni enflaquezca tu voluntad;

                  si a la calumnia no respondes
                  si te odian y no aprendes a odiar;
                  si no haces gala de tu ciencia
                  ni ostentación de tu bondad;

                  si sueñas y no te dejas
                  de tus sueños dominar;
                  si piensas, mas no consientes
                  que te esclavice tu pensar;

                  si ni el triunfo ni la derrota
                  turban tu serenidad
                  y a esos dos grandes impostores
                  los contemplas con rostro igual;

                  si a los histriones de la plebe
                  puedes, tranquilo tolerar
                  que conviertan en torpe engaño
                  el esplendor de tu verdad;

                  si las obras que mas amaste
                  ves derribadas sin piedad,
                  y tratas con rotos fragmentos
                  de reconstruir tu ideal,

                  si de todos tus grandes triunfos
                  puedes, sereno, hacer un haz,
                  para aventurarlo sin miedo
                  a un solo golpe del azar;

                  si pierdes y no lamentas;
                  si cuando sientes caducar
                  tus nervios y tu cerebro,
                  ¡FIRMES!, les grita tu voluntad,

                  si hablas con las multitudes
                  sin desmentir tu dignidad,
                  y puedes tratar con los reyes
                  sin creerte de estirpe real;

                  si ni amigos ni detractores
                  rompen tu ecuanimidad,
                  y aunque todos contigo cuenten,
                  nadie te logra cautivar;

                  si sesenta segundos de avance
                  te bastaren para saldar
                  en el balance de tus dias
                  el minuto implacable y fatal....

                  Cuando a eso llegues y a eso alcances,
                  tuyo el mundo entero será;
                  y lograrás algo mas grande:
                  hijo mio, un hombre serás.



                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                    El dulce milagro.

                    ¿Qué es esto? ¡Prodigio! Mis manos florecen.
                    Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen.
                    Mi amante besóme las manos, y en ellas,
                    ¡oh gracia! brotaron rosas como estrellas.

                    Y voy por la senda voceando el encanto
                    y de dicha alterno sonrisa con llanto
                    y bajo el milagro de mi encantamiento
                    se aroman de rosas las alas del viento.

                    Y murmura al verme la gente que pasa:
                    «¿No veis que está loca? Tornadla a su casa.
                    ¡Dice que en las manos le han nacido rosas
                    y las va agitando como mariposas!»

                    ¡Ah, pobre la gente que nunca comprende
                    un milagro de éstos y que sólo entiende,
                    que no nacen rosas más que en los rosales
                    y que no hay más trigo que el de los trigales!

                    que requiere líneas y color y forma,
                    y que sólo admite realidad por norma.
                    Que cuando uno dice: «Voy con la dulzura»,
                    de inmediato buscan a la criatura.

                    Que me digan loca, que en celda me encierren,
                    que con siete llaves la puerta me cierren,
                    que junto a la puerta pongan un lebrel,
                    carcelero rudo, carcelero fiel.

                    Cantaré lo mismo: «Mis manos florecen.
                    Rosas, rosas, rosas a mis dedos crecen».
                    ¡Y toda mi celda tendrá la fragancia
                    de un inmenso ramo de rosas de Francia!

                    * Juana de Ibarbourou

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                    • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                      Cosas
                      (Gabriela Mistral)

                      Amo las cosas que nunca tuve
                      con las otras que ya no tengo:
                      Yo toco un agua silenciosa,
                      parada en pastos friolentos,
                      que sin un viento tiritaba
                      en el huerto que era mi huerto.

                      La miro como la miraba;
                      me da un extraño pensamiento,
                      y juego, lenta, con esa agua
                      como con Pez o con misterio.


                      Pienso en umbral donde deje
                      pasos alegres que ya no llevo,
                      y en el umbral veo una llaga
                      llena de musgo y de silencio.


                      Me busco un verso que he perdido,
                      que a los siete años me dijeron.
                      Fue una mujer haciendo el pan
                      y yo su santa boca veo.


                      Viene un aroma roto en ráfagas;
                      soy muy dichosa si lo siento;
                      de tan delgado no es aroma,
                      siendo el olor de los almendros.


                      Me vuelve niños los sentidos;
                      le busco un nombre y no lo acierto,
                      y huelo el aire y los lugares
                      buscando almendros que no encuentro...


                      Un río suena siempre cerca.
                      Ha cuarenta años que lo siento.
                      Es canturía de mi sangre
                      o bien un ritmo que me dieron.
                      O el río Elqui de mi infancia
                      que me repecho y me vadeo.

                      Nunca lo pierdo; pecho a pecho,
                      como dos niños, nos tenemos.
                      Cuando sueño la Cordillera,
                      camino por desfiladeros,
                      y voy oyendoles, sin tregua,
                      un silbo casi juramento.


                      Veo al remate del Pacifico
                      amoratado mi archipielago,
                      y de una isla me ha quedado
                      un olor acre de alción muerto...


                      Un dorso, un dorso grave y dulce,
                      remata el sueño que yo sueño.
                      Es al final de mi camino
                      y me descanso cuando llego.

                      Es tronco muerto o es mi padre,
                      el vago dorso ceniciento.
                      Yo no pregunto, no lo turbo.
                      Me tiendo junto, callo y duermo.


                      Amo una piedra de Oaxaca
                      o Guatemala, a que me acerco,
                      roja y fija como mi cara
                      y cuya grieta da un aliento.

                      Al dormirme queda desnuda;
                      no se por qué yo la volteo.
                      Y tal vez nunca la he tenido
                      y es mi sepulcro lo que veo...
                      "Prefiero tenerte en un frasco de recuerdo almibarado, a luchar todos los días con tu radiografía" - Alqui

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                      • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                        POEMA 18


                        Aquí te amo.
                        En los oscuros pinos se desenreda el viento.
                        Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
                        Andan días iguales persiguiéndose.

                        Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
                        Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
                        A veces una vela. Altas, altas estrellas.

                        O la cruz negra de un barco.
                        Solo.
                        A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
                        Suena, resuena el mar lejano.
                        Este es un puerto.
                        Aquí te amo.

                        Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
                        Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
                        A veces van mis besos en esos barcos graves,
                        que corren por el mar hacia donde no llegan.

                        Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
                        Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
                        Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
                        Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.

                        Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
                        Pero la noche llega y comienza a cantarme.
                        La luna hace girar su rodaje de sueño.

                        Me miran con tus ojos las estrellas más grandes.
                        Y como yo te amo, los pinos en el viento, quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.

                        PABLO NERUDA

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                        • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                          Permítanme re-estrujarme como cuando estudiaba English en el Cenlex del Poli.

                          Fire and Ice

                          Some say the world will end in fire,
                          Some say in ice.
                          From what I've tasted of desire
                          I hold with those who favor fire.
                          But if it had to perish twice,
                          I think I know enough of hate
                          To say that for destruction ice
                          Is also great
                          And would suffice.

                          Robert Frost

                          (Breve, y sustancioso).
                          ♫ Yo he rodado de acá para allá, fui de todo y sin medida, pero te juro por Dios que nunca llorarás por lo que fue mi viiiiiiiiidaaaaaa ♫

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                          • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                            La mayor cuita que haber
                            puede ningún amador
                            es cimbrarse de placer
                            en el tiempo del dolor.

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                            • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                              Elegía
                              León Felipe


                              Marineros,
                              ¿por qué le dais a la tierra lo que no es suyo
                              y se lo quitáis al mar?
                              ¿Por qué le habéis enterrado, marineros,
                              si era un soldado del mar?
                              Su frente encendida, un faro;
                              ojos azules, carne de iodo y de sal.
                              Murió allá arriba, en el puente,
                              en su t r i n c h e r a, como un soldado del mar;
                              con la rosa de los vientos en la mano
                              deshojando la estrella de navegar.

                              ¿Por qué le habéis enterrado, marineros?
                              ¡Y en una tierra sin conchas! ¡¡En la playa negra!! ... Allá,
                              en la ribera siniestra
                              del otro mar;
                              ¡Nueva York!
                              —piedra, cemento y hierro en tempestad—.
                              Donde el ojo ciclópeo del gran faro
                              que busca a los ahogados no puede llegar;
                              donde se acaban las torres y los puentes;
                              donde no se ve ya
                              la espuma altiva de los rascacielos;
                              en los escombros de las calles sórdidas
                              que rompen en el último arrabal;
                              donde se vuelve la culebra sombría de los elevados
                              a meterse otra vez en la ciudad...
                              Allí, la arcilla opaca de los cementerios, marineros,
                              allí habéis enterrado al capitán.

                              ¿Por qué le habéis enterrado, marineros,
                              por qué le habéis enterrado,
                              si murió como el mejor capitán,
                              y su alma —viento, espuma y cabrilleo—
                              está ahí, entre la noche y el mar...?

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                              • Re: Poesias Que Ajan Y Estrujan El Alma

                                Canción nocturna

                                A los pies de tu cama, como un perro,
                                se echó mi corazón.

                                Noche tras noche
                                gime calladamente su reproche
                                y sufre injustamente su destierro.

                                Allí está. Nada importa que lo aparte
                                tu pie pequeño y cruel.

                                Allí, en la sombra,
                                calla el grito de amor con que te nombra,
                                para no despertarte.

                                Noche tras noche, hasta que llega el día,
                                gime un reproche y sufre su destierro.
                                Tú no lo sabes, —nadie lo sabría.
                                Y a los pies de tu cama, como un perro,
                                mi corazón espera todavía.


                                * José Angel Buesa

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