Re: Poesias y rimas que aligeran el alma
POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD.
Continuación .......
POETAS MEXICANOS DE LOS PRIMEROS 100 AÑOS DE LIBERTAD.
Continuación .......
ALABANZAS DE PARTENIO
José Manuel Sartorio
II
Convida Partenio á los vientos para que lleven sus requiebros á su Señora.
Vientos que estáis retozando
con esos claveles bellos,
para escuchar mis razones
parad un poco los vuelos.
Parad: no vuestro murmullo
estorbe oír mis afectos:
que hoy os deseo testigos
y os apetezco correos.
Soy un amante que ardo
de amor del más bello objeto
que entre las puras criaturas
dió á luz el poder inmenso.
No diré amante sin vida,
porque decirlo no puedo,
cuando es el objeto que amo
la vida que me da aliento.
Pero si vivo, es mi vida
pena, dolor y tormento,
mientras ausente me miro
del dulce bien por quien peno.
Vientos, pues, si hacer gustáis
á aqueste amante un obsequio,
id á decir a mi amada,
idle á decir que la quiero.
No os neguéis á mi encargo,
pues sois de mi Reyna siervos;
y así escuchad mis clamores,
é id á llevárselos luego.
Decidla que mi clamor
á su amor tiene por eco;
que ella es a quien tierno clamo;
que ella es a quien amo tierno.
Que en este desierto triste
otra delicia no tengo
que aplaudir sus perfecciones,
que cantar sus priviliegios.
Que la amo tanto que si
fuese mío el orbe entero,
yo lo pondría á sus plantas,
de su amor cautivo y preso.
Que...... Pero ya me retracto:
ya no quiero que mis ecos
los llevéis, vientos, vosotros,
de mi bien al solio excelso.
Quiero amarla con substancia,
y para esto no sois buenos,
pues tiene substancia poca
amor que se lleva el viento.
Apelo ya á mis suspiros.
Vosotros, suspiros tiernos,
correos sois mas veloces,
y sois correos mas ciertos.
Id presto, suspiros míos:
id á decirle á mi dueño
que con todas veras la amo,
con todas veras la quiero.
¡Ay! decidle que penando
¡ay! en mi triste destierro
¡ay! estoy, porque no miro
¡ay! á la por quien me muero.
José Manuel Sartorio
II
Convida Partenio á los vientos para que lleven sus requiebros á su Señora.
Vientos que estáis retozando
con esos claveles bellos,
para escuchar mis razones
parad un poco los vuelos.
Parad: no vuestro murmullo
estorbe oír mis afectos:
que hoy os deseo testigos
y os apetezco correos.
Soy un amante que ardo
de amor del más bello objeto
que entre las puras criaturas
dió á luz el poder inmenso.
No diré amante sin vida,
porque decirlo no puedo,
cuando es el objeto que amo
la vida que me da aliento.
Pero si vivo, es mi vida
pena, dolor y tormento,
mientras ausente me miro
del dulce bien por quien peno.
Vientos, pues, si hacer gustáis
á aqueste amante un obsequio,
id á decir a mi amada,
idle á decir que la quiero.
No os neguéis á mi encargo,
pues sois de mi Reyna siervos;
y así escuchad mis clamores,
é id á llevárselos luego.
Decidla que mi clamor
á su amor tiene por eco;
que ella es a quien tierno clamo;
que ella es a quien amo tierno.
Que en este desierto triste
otra delicia no tengo
que aplaudir sus perfecciones,
que cantar sus priviliegios.
Que la amo tanto que si
fuese mío el orbe entero,
yo lo pondría á sus plantas,
de su amor cautivo y preso.
Que...... Pero ya me retracto:
ya no quiero que mis ecos
los llevéis, vientos, vosotros,
de mi bien al solio excelso.
Quiero amarla con substancia,
y para esto no sois buenos,
pues tiene substancia poca
amor que se lleva el viento.
Apelo ya á mis suspiros.
Vosotros, suspiros tiernos,
correos sois mas veloces,
y sois correos mas ciertos.
Id presto, suspiros míos:
id á decirle á mi dueño
que con todas veras la amo,
con todas veras la quiero.
¡Ay! decidle que penando
¡ay! en mi triste destierro
¡ay! estoy, porque no miro
¡ay! á la por quien me muero.
Comment