Re: Poesias y rimas que aligeran el alma
LA IGUANA II
Vox Populi
A las dos de la mañana
sale paseando una iguana;
tiraron un Santo Cristo
por agarra una iguana.
Las muchachas de San Pedro
son altas y cotorronas;
de que bajan al riyito
parecen yeguas pelonas.
La muchachas de Nacozari
son altas y delgaditas;
pero son mas pedigüeñas
que las ánimas benditas.
Las muchachas Nacoreñas
se visten de azul y verde;
de las ocho en adelante,
la que no pellizca, muerde.
Las muchachas de Tepache
compraron una romana
para pesarse las piernas
tres veces a la semana.
Las muchachas de Batuco
viven en puros jacales;
de que bajan a la plaza
parecen las principales.
Las muchachas Matapeñas
son bastante retobadas;
se quitan la atarria a golpes
y el tapojo a manotadas.
En el Pueblo Viejo de Ures,
las muchachas sandungueras
parecen chicharras viejas
por feas y mitoteras.
La muchachas Alamenses
ya no saben ni que hacer;
piden a Dios que haya hombres
que bien las sepan querer.
Las muchachas de Magdalena
son bastante perezosas;
cuando las llama el trabajo
se vuelven lobas furiosas.
Las muchachas de Hermosillo
son como el atole frio:
la cabeza enlistonada
y el estómago vacio.
Las chicas de Navojoa
pasan la vida en la plaza,
mirando por todas partes
por ver si un marido pasa.
Vox Populi
A las dos de la mañana
sale paseando una iguana;
tiraron un Santo Cristo
por agarra una iguana.
Las muchachas de San Pedro
son altas y cotorronas;
de que bajan al riyito
parecen yeguas pelonas.
La muchachas de Nacozari
son altas y delgaditas;
pero son mas pedigüeñas
que las ánimas benditas.
Las muchachas Nacoreñas
se visten de azul y verde;
de las ocho en adelante,
la que no pellizca, muerde.
Las muchachas de Tepache
compraron una romana
para pesarse las piernas
tres veces a la semana.
Las muchachas de Batuco
viven en puros jacales;
de que bajan a la plaza
parecen las principales.
Las muchachas Matapeñas
son bastante retobadas;
se quitan la atarria a golpes
y el tapojo a manotadas.
En el Pueblo Viejo de Ures,
las muchachas sandungueras
parecen chicharras viejas
por feas y mitoteras.
La muchachas Alamenses
ya no saben ni que hacer;
piden a Dios que haya hombres
que bien las sepan querer.
Las muchachas de Magdalena
son bastante perezosas;
cuando las llama el trabajo
se vuelven lobas furiosas.
Las muchachas de Hermosillo
son como el atole frio:
la cabeza enlistonada
y el estómago vacio.
Las chicas de Navojoa
pasan la vida en la plaza,
mirando por todas partes
por ver si un marido pasa.
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