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Poesias y rimas que aligeran el alma

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  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

    POEMA PARA NEFERTITI
    Anónimo
    (escrito entre 1350Ac y 1400Ac)

    La blancura del cielo está en tu rostro,
    Bien adornado con la doble pluma.
    Reina de una felicidad contagiosa,
    Provista de los mejores dones de la mujer,
    Cuya voz a todos emociona y estremece.
    Señora de la gracia, inmensa en el amor,
    Tus sentimientos reconfortan plenamente
    Al perfecto Señor de los Dos Países. . . .
    La princesa de las tierras del Nilo,
    Generosa en los favores que brinda,
    Propietaria de una dicha celestial,
    Deslumbrante con sus dos plumas,
    Entusiasmando con su voz a quienes la oyen,
    Fascinando al Rey en su palacio,
    Contenta con todo lo que sobre ella se dice,
    La inmensa y muy adorada esposa del Rey,
    Señora imperial de los Dos Países,
    “hermosas son las grandeza de Atón”
    “La mas bella se ha materializado en Egipto”.
    ¡Sabemos que vivirá eternamente!.
    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

      LA MUÑECA FEA
      Francisco Gabilondo Soler


      Escondida por los rincones,

      temerosa de que alguien la vea,

      platicaba con los ratones

      la pobre muñeca fea. 


      Un bracito ya se le rompió,

      su carita está llena de hollín

      y al sentirse olvidada
      lloró
lagrimitas de aserrín.

      Muñequita,
le dijo el ratón,

      ya no llores tontita
no tienes razón.

      Tus amigos
no son los del mundo

      porque te olvidaron
en este rincón. 


      Nosotros no somos así. . . .

      Te quieren la escoba y el recogedor,

      te quieren el plumero y el sacudidor,

      te quieren la araña y el viejo veliz

      también yo te quiero
y te quiero feliz.
      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

        LOS DIEZ MANDAMIENTOS
        Vox Populi
        (El Fuerte, Sinaloa)

        El primero, amar a Dios;
        Yo no lo amo como debo
        Por estar pensando en ti,
        Hermosísimo lucero.

        El segundo es no jurar;
        Yo mil veces he jurado
        El no comer no beber
        Hasta no estar a tu lado.

        El tercero que es la misa
        No la oigo con devoción,
        Porque tengo puesto en ti
        Alma, vida y corazón.

        El cuarto que es honre a mis padres;
        La obediencia les perdí,
        En público y en secreto,
        Por estar pensando en ti.

        El quinto que es no matar,
        Ese no lo he quebrantado,
        Pero alevoso he de matar
        Al que encontrare a tu lado.

        De ese sexto mandamiento
        Yo me debo de acusar,
        Porque con el pensamiento
        He llegado hasta pecar.

        ¡El séptimo, no hurtarás!
        Ese si que he quebrantado,
        Porque pretendí robarte,
        Corazón apasionado.

        El octavo es: no levante
        Nunca falso testimonio.
        De ese no hay quien me acuse,
        ¡pues me acusará el demonio!

        El noveno es no desear
        La mujer de otro marido,
        Pero yo siempre he deseado,
        Vida mía, estar contigo.

        El décimo, no desear
        Las cosas que son ajenas:
        Querida, de que te miro
        Se acrecientan mas mis penas.

        Y son los diez Mandamientos
        Los que se encierran en dos:
        En quererte y adorarte
        Y en vivir juntos los dos.
        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

          LOS CUATRO MANDAMIENTOS
          Vox Populi
          (Tuxcueca, Jalisco)

          El primero: amar a Dios.
          Yo no lo amo como debo
          Po estar pensando en ti,
          Hermosísimo lucero.
          Solo en tu amor considero
          Y hago dos mil arrojos;
          Innumerables sonrojos
          He tenido yo por ti,
          Porque tu eres para mi
          El encanto de mis ojos.

          El segundo es no jurar.
          Yo mil veces he jurado
          El no comer ni beber
          Hasta no verme a tu lado.
          Y dí si no he quebrantado
          Estos Santos Mandamientos
          Y también los Sacramentos
          He quebrantado por ti,
          Porque tu eres para mi
          La gracia de mis tormentos.

          (Una naranja me dieron
          Y no me la dieron dada;
          Cinco me dieron con ella
          Y diez para que guardara)

          El tercero, que es la misa,
          No la oigo con devoción
          Por estar pensando en ti,
          Dueña de mi corazón.
          Di si no es gran sinrazón
          Que hasta de Dios me he olvidado,
          Sabiendo que es gran pecado
          No amar a nuestros creadores,
          Que hasta en mis oraciones,
          Mi alma, por ti he quebrantado.

          El cuarto: que yo el respeto
          A mis padres les perdí,
          Solo por amarte a ti
          En público y en secreto.
          Tu viste que hubo de mi
          Semejantes argumentos.
          ¡Qué de chismes, qué de cuentos!
          Que yo a mis padres largué,
          Y ahí fue onde quebraté
          De Dios los diez mandamientos.
          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

            DESPIERTA, HERMOSO LUCERO. . . .
            Vox Populi

            He venido a festejar
            a vuestra deidad amorosa,
            escucha, ninfa preciosa,
            que ahora vamos a empezar:
            vísperas te vengo a dar,
            los dias te los dan enero
            en compañía de febrero;
            vengo a darte el parabién,
            para que me escuches bien,
            despierta, hermoso lucero.

            Marzo te ofrece rendido
            el que vivas año mil,
            lo mismo responde abril,
            porque siempre te ha querido;
            mayo quiere, agradecido,
            el que vivas muchos mas
            con gusto, sosiego y paz;
            junio dice: cosa cierta,
            que tú no estarás despierta,
            si a caso dormida estás.

            Julio te ofrece mil bienes;
            agosto, dos mil placeres
            por el tiempo que vivieres;
            en septiembre todo tienes,
            desde octubre te previenes,
            y prestándote Dios vida,
            si tú eres entendida,
            noviembre es mi desempeño;
            y si tienes mucho sueño,
            vuélvete a quedar dormida.

            En fin, diciembre te dice
            con muchísima lealtad,
            que goces felicidad,
            esto es porque se autorice
            y (Fulano de Tal dice)
            con amor fino y agaz:
            "Quédate con Dios y en paz,
            con muchísima alegría;
            hasta mañana, alma mia,
            Con esta y no digo mas..

            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

              HE LLEGADO CON JÚBILO INÁBIDO (sic)
              Vox populi

              Y he llegado con júbilo inábido (sic)
              al dintel de tu morada espléndida;
              sólo quiero de ti el beneplácito
              para darte mi razón espléndida.

              Es muy cierto que soy un inábido
              que ante el vulgo yo no tengo mérito,
              pero te ruego, con lágrimas triágicas (sic)
              que me des tu amor puro y cándido.

              Siempre busco un lugar estratégico
              para hablarte de un dialecto gráfico,
              porque tu eres el ángel doméstico
              que te debo rendir, aunque mínimo.

              Ya me voy, jovencita, perdóname;
              ya no quiero llegar a esa prórroga,
              solo he venido, a través de mis cánticos,
              para darte mi adiós por ves última.
              kabrakan
              Forista Esmeralda
              Last edited by kabrakan; 01-abril-2014, 15:02.
              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                PRELUDIO
                Salvador Díaz Mirón

                I
                Los árboles, al sentir
                la ráfaga, se doblegan
                y tal parece que bregan
                por desprenderse y huir.
                Caos de plata y zafir
                que la vaga niebla esfuma,
                las olas entre la bruma
                hierven, se encrespan, batallan
                y son volcanes que estallan
                en explosiones de espuma.

                Fulgurante culebreo
                que rasga el negro capuz,
                trémula grieta de luz
                que simula un parpadeo;
                repentino centelleo
                que fascina y amedrenta,
                el relámpago revienta
                y a los ojos del pavor
                es un gesto de furor
                en la faz de la tormenta.

                ¡Desde el fondo del follaje
                plañidera algarabía
                responde, en la sintonía
                del viento y del oleaje
                que rueda, retumba, aterra,
                cual si en formidable guerra
                titanes de ferros brazos
                rompieran en mil pedazos
                el cielo sobre la tierra!

                II
                ¡Al influjo creador
                el firmamento es abismo,
                el planeta cataclismo
                y el espíritu es dolor!
                ¡En mi y a mi alrededor
                palpita el estro que hiere
                y, voz de cisne que muere,
                mi acento crepuscular
                canta y llora y es al par
                Te-Deum y Miserere!

                Soy la larva que procura
                en su cárcel azarosa
                convertirse en mariposa
                y esmaltar el aura pura.
                Soy la linfa siempre oscura
                que ama el sol canicular
                porque quiere arder, brotar
                del pantano que la estanca,
                transformarse en nube blanca,
                ser espléndida y volar.

                Soy la cumbre cuyo anhelo
                es mover un cráter roto
                y en medio de un terremoto
                lanzar su erupción al cielo.
                ¡Soy el aterido suelo
                en que el nuevo abril germina,
                soy la rama que se inclina
                mientras un pájaro en ella
                mira con ansia una estrella
                y despliega el ala y trina!

                III
                En las garras del dolor
                el hombre, que es polvo vil,
                se eleva . . . . como reptil
                asido por un condor.
                El fuego exterminador
                trueca la arena en cristal
                y de la goma oriental
                -áspera y acre resina-
                hace la esencia divina
                que perfuma el ideal-

                ¡El numen –virtud suprema
                que el mundo insulta y aclama-
                es una llama, y la llama
                resplandece pero quema!
                Bajo un sublime anatema
                el genio, foco y crisol,
                sube envuelto en su arrebol
                hasta el cenit de la gloria
                y, luminar de la historia,
                sufre el tormento del sol,

                IV
                Seres-faros que al lucir
                tenéis por fuerza que arder,
                cumplid con vuestro deber:
                alumbrad hasta morir.
                Luchad por el porvenir,
                alzaos sobre la insidia,
                que no triunfa quien no lidia
                ni es grande el que se levanta
                sin sentir bajo su planta
                el pedestal de la envidia.
                ¡No hay en el campo una flor
                que, sin un huésped voraz,
                sea en el aura fugaz
                el aroma y el color!

                Agresivo mediador
                que ese doble halago hechiza
                el insecto se desliza,
                y en su misión errabunda
                devora pero fecunda,
                mata pero inmortaliza.

                El iris, claro dosel
                tras la borrasca violenta:
                después de la lid sangrienta
                la corona de laurel.
                ¡Oh humanidad, oh Israel,
                el bien prometido es cierto!
                ¡Mas Canaán es un huerto
                adonde no ha de llegar
                quien no sepa atravesar
                el Mar Rojo y el desierto!

                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                  LA CALLE DE SAN SEBASTIAN
                  (Leyenda de la mano)
                  Juan de Dios Peza

                  El año de no se cuantos,
                  pues la fecha está borrada,
                  cometióse un robo en México
                  que aterrorizó las almas.

                  Eran los tiempos aquellos
                  en que al toque de campanas
                  normaron todos sus actos
                  los habitantes de Anáhuac.

                  Todos dejaban el lecho
                  sonando el toque del alba,
                  listos acudiendo a misa
                  antes que el sol asomara.

                  Nadie se acercó a la mesa
                  si el Ángelus no rezaba,
                  ni abandonó los manteles
                  sin dar un acto de gracias.

                  Nadie las tres escuchando
                  dejó la costumbre santa
                  de quedarse descubierto
                  elevando una plegaria
                  hasta apagarse en las torres
                  la postrera campanada.

                  Nadie al toque de oraciones
                  igual costumbre dejaba,
                  y menos cuando a las ocho,
                  como sufragio a las ánimas,
                  en los tristes monasterios
                  fúnebres dobles sonaban.

                  Todo era unción y recato,
                  todo piedad y esperanza,
                  y ¡ay! de aquel que se atreviera
                  con la acción o la palabra
                  a censurar tales actos
                  poniendo en peligro el alma.

                  Desde el prócer opulento
                  al indio trocado en paria,
                  desde la que viste seda
                  a la envuelta en tosca manta,
                  todos, como humildes siervos,
                  al toque de la campana
                  dejaban correr las horas
                  entre oraciones y pláticas.

                  Y si algún horrible crimen
                  a la gente alarmaba,
                  era de ver el empeño
                  con que en la cátedra santa
                  con ejemplos y conseja,
                  misteriosas como falsas,
                  prestábanse a comentarios
                  que al mas bravo amedrentaban.

                  En las crónicas de entonces
                  llenaban polvosas páginas
                  hechos que ya en nuestro tiempo
                  infunden risas y lástimas.

                  Y así vemos unas veces
                  que una mujer es herrada
                  cuando se transforma en mula
                  y lega al infierno el alma.

                  Otras veces a los hombres
                  vemos que les nacen alas
                  y que vagan por la noche
                  como duendes o fantasmas.

                  En ocasiones nos pintan
                  muertos que a los vivos hablan
                  a fin de salvar del fuego
                  por graves culpas el ánima.

                  Otras dicen que se mira
                  en mansiones solitarias
                  una lumbre que revela
                  alguna suma enterrada.

                  Y ya de horribles blasfemias
                  e infernales carcajadas
                  y lastimeros sollozos
                  y arrobadoras plegarias,
                  soporíferos relatos
                  nos hacen plumas muy sabias
                  que hoy le provocan el sueño
                  a la mas piadosa dama.

                  ¡Oh fervor de aquellas eras!
                  ¡Oh devoción insensata!
                  que impusiste tu dominio
                  con el miedo y la ignorancia.

                  Leyendo tu añeja historia
                  encontréme relatada
                  la aventura que aquí copio
                  y que causó gran alarma.

                  En una vetusta iglesia *
                  que a nuestros tiempo alcanza,
                  parroquia de humilde barrio
                  que San Sebastián se llama,
                  en viejo confesionario,
                  un ratero de gran fama
                  escondióse para el hurto,
                  esperando hora apropiada.

                  Quedóse solo en el templo,
                  y a la luz confusa y vaga
                  que en todos momentos brilla
                  frente a la hostia consagrada,
                  del altar mayor asciende
                  por la estrecha escalinata,
                  y la puerta de cristales
                  abre con mano profana.

                  Mira la rica custodia
                  que, en medio de sombras tantas,
                  de cada piedra preciosa
                  vivos resplandores lanza.

                  Ve que está llena de perlas
                  y de diamantes cuajada,
                  y están cubiertos sus rayos
                  de amatistas y esmeraldas.

                  Ebrio de placer, extiende
                  el brazo, y con fuerza arranca
                  aquella joya bendita
                  del sitio en que está guardada;

                  y cual no será su asombro
                  y su temor y sus ansias
                  al sentir que no la mueve,
                  ni la empuja, ni la aparta,

                  y que cual de duro hierro
                  su mano en ella crispada
                  está rígida e inmóvil
                  cual la mano de una estatua.

                  Trata de huir y no puede,
                  lucha y el vigor le falta,
                  pues ni al imán el acero
                  se adhiere con fuerza tanta,
                  cual su mano a esa custodia
                  que al cabo soltar no alcanza
                  y adherido a ella lo encuentran
                  al despuntar la mañana.

                  Alguaciles y corchetes
                  con tal escena se pasman,
                  y viendo que nadie logra,
                  por mas que en ello se afanan,
                  desasir al infelice
                  de la joya sacrosanta,
                  por orden de quien mas puede
                  y en todo se injiere y manda,
                  cortan la mano sacrílega,
                  y sólo así la separan
                  de aquella joya, que en sangre
                  ni se moja ni se mancha.

                  En cuanto la mano estuvo
                  del brazo ya separa,
                  cayó del altar augusto
                  sobre la marmórea plancha.

                  Y a la mañana siguiente
                  frente al tempo, en una tabla,
                  sobre un elevado poste
                  la gente la vio clavada.

                  Y así duró muchos meses,
                  teniendo como peana
                  un cartel con estas tristes
                  y sentenciosas palabras:

                  “Para ejemplo de ladrones
                  que lo sagrado profanan,
                  pues lo mismo ha de pasarles
                  a otras manos que tal hagan.”

                  Y cuentan que los devotos
                  que tal cuadro contemplaban,
                  íbanse rezando un credo
                  y murmurando en voz baja:

                  “Dios nos libre en todo instante
                  de una tentación tan mala,
                  pues el diablo a todos tienta
                  y a cualquiera pierde el alma.”

                  *La parroquia continua en funciones en las inmediaciones de la estación del Metro Pino Suarez
                  kabrakan
                  Forista Esmeralda
                  Last edited by kabrakan; 23-junio-2014, 09:48.
                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                    JUSTICIA
                    Salvador Diaz Mirón

                    Ceñudo y calenturiento
                    sacudo la frente fiera
                    como si así consiguiera
                    arrojar el pensamiento.
                    Pero altivo en mi tormento
                    miro el tiempo que pasó,
                    que las faltas en que yo
                    frágil como hombre, incurrí,
                    podrán afligirme, si;
                    pero avergonzarme, no.

                    Dicen que todo mortal,
                    hasta el que lleva una palma,
                    es por el fallo de su alma
                    un condenado al dogal.
                    Mas no tienen suerte igual
                    la púrpura y el andrajo:
                    cuando el culpable no es bajo
                    es menos vil su sentencia.
                    Por eso yo en mi conciencia
                    reclamo el hacha y el tajo.


                    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                      PIEL DORADA
                      Gonzalez y Velazquez

                      El sol maduró tu boca
                      un día de primavera,
                      el aire le dió a tu canto
                      perfume de madreselva. . . .
                      En el fondo de tus ojos
                      quedó una estrella encendida,
                      alumbrándome en la noche
                      esta coplita. . . semtida. . .

                      En tu ventana la luna
                      dejó un llanto de rocío,
                      porque el lucero marchaba
                      por un camino de olvido . . .
                      Canción que me trajo el viento,
                      cuando aquel amor nacía
                      y floreció en la guitarra,
                      con mi coplita . . . . sentida. . .

                      Niña de piel dorada,
                      cinturita de palmera
                      capullito de alborada,
                      sueño azul . . . de ´primavera. . . .
                      Niña de piel dorada.

                      kabrakan
                      Forista Esmeralda
                      Last edited by kabrakan; 07-julio-2014, 19:41.
                      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                        OPINANDO
                        Horacio Guarany

                        Triste es hacerse aclamar,
                        pero agachando la frente.
                        Digo si el hombre es consciente,
                        no lo sabe tolerar.
                        Nada le habrá de pagar
                        esa cobarde traición.
                        De arrodillar la canción
                        para que le abran la puerta,
                        es tener el alma muerta
                        y reyuno el corazón.
                        El hombre pa’ ser varón
                        debe tener bien presente
                        que el consentir inconsciente
                        tal vez tenga su perdón.
                        Pero quien como un ladrón
                        se presenta comedido
                        donde a otros le han impedido
                        dejar libre su canción,
                        tiene alma de charabón,
                        con el huevo fuera del nido.
                        Ser audaz no es valentía,
                        atreverse no es coraje.
                        Se atreve audaz el hembraje,
                        hasta con la policía.
                        Mas la clara varonía
                        que nadie sabe comprar,
                        es el saberse plantar
                        de frente a la prepotencia.
                        Tener libre la conciencia,
                        es ser mas libre que el mar.
                        Quién me puede comparar
                        la alegría que yo ostento
                        de ser mas libre que el viento
                        siempre dispuesto a gritar.
                        Nadie me puede parar,
                        el pueblo es mi derrotero.
                        Y se volar, compañero,
                        por encima de las leyes.
                        Ley que acoyunta los bueyes,
                        no se han hecho pa’ mi overo.
                        El gaucho no es el facón,
                        botas, poncho barba larga.
                        Gaucho es quien alza la parva
                        sin mendigarle al patrón.
                        Gaucho es conciencia, razón,
                        decencia, amor, varonía.
                        Gaucho es la soberanía
                        de respetar a la gente.
                        Gaucho es ser hombre valiente
                        pero no de altanería.
                        Mas cuando la cobardía
                        lo lleva al hombre al rincón
                        donde se encuentra el montón
                        de tantas cosas perdidas.
                        Cuando en su sucia guarida
                        se oculta de la verdad.
                        Cuando hace de la amistad
                        un negocio permanente.
                        Ese no es gaucho ni gente
                        y dudo si es animal.
                        Pena del gaucho bandido
                        cuando agacha dócilmente.
                        Su guitarra que es doliente,
                        llora porque la han vendido.
                        Me da pena el que vestido
                        como importante doctor,
                        le cubre el rostro el rubor
                        cuando lo miro a la cara,
                        porque esas ropas tan caras
                        son el precio de su honor.
                        De lejos siento el olor
                        del hombre que me ha mentido.
                        El que me niega vendido,
                        por una paga mejor.
                        Firmo mi canto, señor,
                        con mi nombre y apellido.
                        Tiembla el cobarde aterido
                        del miedo de pasar hambre
                        y en su boca hecho calambre
                        mi nombre queda dormido.
                        Me niega en si, mas mi grito
                        nunca comió de esa mano.
                        Mi caballo ya es baqueano
                        para galopar solito.
                        Ahora voy al trotecito,
                        por donde antes galopé.
                        Y algún día llegaré
                        a la meta no lo dude,
                        que donde algún día estuve,
                        algún día volveré.
                        Ahora me dejan por nada
                        del corral que les presté.
                        A esa gente le diré
                        que el que debe siempre paga.
                        Estoy tirando la taba
                        y aunque suerte no echaré
                        se la clavaré en los pies
                        tan solo pa’ demostrarle
                        que muestran con ser cobardes
                        lo que en la taba le eché.
                        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                          YO SOY MI PROPIA CASA
                          Pita Amor

                          I

                          Casa redonda tenía
                          de redonda soledad:
                          el aire que la invadía
                          era redonda armonía
                          de irrespirable ansiedad.

                          Las mañanas eran noches,
                          las noches desvanecidas,
                          las penas muy bien logradas,
                          las dichas muy mal vividas.

                          Y de ese ambiente redondo,
                          redondo por negativo,
                          mi corazón salió herido
                          y mi conciencia turbada.
                          Un recuerdo mantenido:
                          redonda, redonda nada.

                          II

                          Escaleras sin peldaños
                          mis penas son para mí,
                          cadenas de desengaños,
                          tributos que al mundo dí.

                          Tienen diferente forma
                          y diferente matiz,
                          pero unidas por los años,
                          mis penas, o mis engaños,
                          como sucesión de daños,
                          son escaleras en mí.

                          III

                          De mi esférica idea de las cosas,
                          parten mis inquietudes y mis males,
                          pues geométricamente, pienso iguales
                          lo grande y lo pequeño, porque siendo,
                          son de igual importancia; que existiendo,
                          sus tamaños no tienen proporciones,
                          pues no se miden por sus dimensiones
                          y sólo cuentan, porque son totales,
                          aunque esféricamente desiguales.

                          IV

                          Me estoy volcando hacia fuera
                          y ahogándome estoy por dentro.
                          El mundo es sólo una esfera,
                          y es al mundo al que pidiera
                          totalidad, que no encuentro.

                          Totalidad que debiera
                          yo, en mí misma, realizar,
                          a fuerza de eliminar
                          tanta pasión lastimera;
                          de modo que se extinguiera
                          mi creciente vanidad
                          y de este modo pudiera
                          dar a mi alma saciedad.

                          V

                          De mi barroco cerebro,
                          el alma destila intacta;
                          en cambio mi cuerpo pacta
                          venganzas contra los dos.

                          Todo mi sér en pos
                          de un final que no realiza;
                          mas ya mi alma se desliza
                          y a los dos ya los libera,
                          presintiéndoles ribera
                          de total penetración

                          VI

                          Yo soy cóncava y convexa;
                          dos medios mundos a un tiempo:
                          el turbio que muestro afuera,
                          y el mío que llevo dentro.
                          Son mis dos curvas-mitades
                          tan auténticas en mí,
                          que a honduras y liviandades
                          toda mi esencia les dí.

                          Y en forma tal conviví
                          con negro y blanco extremosos,
                          que a un mismo tiempo aprendí
                          infierno y cielo tortuosos.

                          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                            MI VIDA
                            Rafael Perez Botija

                            Que al fin te lo han contado, amor,
                            bueno, ya conoces mis defectos,
                            si, anduve con este y con aquel
                            con esta y con aquella,
                            con esto y con aquello.

                            Que te vas a deshacer de mi,
                            no, no digas nada, lo comprendo,
                            que temes que un hombre como yo
                            te va a hacer mucho mal,
                            y eso no es cierto.

                            To he rodado de acá para allá,
                            fuí de todo y sin medida,
                            pero te juro por Dios,
                            que nunca llorarás
                            por lo que fué mi vida.

                            Que al fin te lo han contado todo, amor,
                            seguro que te han dicho: ten cuidado,
                            que un hombre que ha sido como yo
                            acaba por volver a su pasado.

                            No, no puedo responder, amor,
                            lo único que se es que te amo,
                            y eso, no hay fuerza ni ley
                            que lo pueda mover,
                            eso es sagrado.







                            kabrakan
                            Forista Esmeralda
                            Last edited by kabrakan; 14-julio-2014, 00:06.
                            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                              LA MALDICIÓN DE LA MALINCHE
                              Amparo Ochoa

                              Del mar los vieron llegar
                              mis hermanos emplumados,
                              eran los hombres barbados
                              de la profesia esperada.

                              Se oyó la voz del monarca
                              de que el dios había llegado,
                              y les abrimos la puerta
                              por temor a lo ignorado.

                              Iban montados en bestias,
                              como demonios del mal,
                              iban con fuego en las manos
                              y cubiertos de metal.

                              Solo el valor de unos cuantos
                              les opuso resistencia,
                              y al mirar correr la sangre
                              se llenaron de vergüenza.

                              Porque los dioses ni comen
                              ni gozan con lo robado,
                              y cuando nos dimos cuenta,
                              ya estaba todo acabado.

                              Y en ese error entregamos
                              la grandeza del pasado,
                              y en ese error nos quedamos
                              300 años de esclavos.

                              Se nos quedó el maleficio
                              de brindar al extranjero
                              nuestra fe, nuestra cultura,
                              nuestro pan, nuestro dinero,

                              y les seguimos cambiando
                              oro por cuentas de vidrio,
                              y damos nuestras riquezas
                              por sus espejos con brillo.

                              Hoy en pleno siglo 20
                              nos siguen llegando rubios,
                              y les abrimos la casa
                              y los llamamos amigos,

                              pero si llega cansado
                              un indio, de andar la sierra,
                              lo humillamos y lo vemos
                              como extraño por su tierra.

                              Tu hipócrita que te muestras
                              humilde ante el extranjero,
                              pero te vuelves soberbio
                              con tus hemanos del pueblo.

                              Oh, maldición de Malinche,
                              enfermedad del presente,
                              cuando dejarás mi tierra,
                              cuando harás libre a mi gente.







                              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                                YA QUE PARA DESPEDIRME
                                Sor Juana Inés de la Cruz

                                Ya que para despedirme,
                                dulce idolatrado dueño,
                                ni me da licencia el llanto
                                ni me da lugar el tiempo,

                                háblente los tristes rasgos,
                                entre lastimosos ecos,
                                de mi triste pluma, nunca
                                con más justa causa negros.

                                Y aun ésta te hablará torpe
                                con las lágrimas que vierto,
                                porque va borrando el agua
                                lo que va dictando el fuego.

                                Hablar me impiden mis ojos;
                                y es que se anticipan ellos,
                                viendo lo que he de decirte,
                                a decírtelo primero.

                                Oye la elocuencia muda
                                que hay en mi dolor, sirviendo
                                los suspiros, de palabras,
                                las lágrimas, de conceptos.

                                Mira la fiera borrasca
                                que pasa en el mar del pecho,
                                donde zozobran, turbados,
                                mis confusos pensamientos.

                                Mira cómo ya el vivir
                                me sirve de afán grosero;
                                que se avergüenza la vida
                                de durarme tanto tiempo.

                                Mira la muerte, que esquiva
                                huye porque la deseo;
                                que aun la muerte, si es buscada,
                                se quiere subir de precio.

                                Mira cómo el cuerpo amante,
                                rendido a tanto tormento,
                                siendo en lo demás cadáver,
                                sólo en el sentir es cuerpo.

                                Mira cómo el alma misma
                                aun teme, en su ser exento,
                                que quiera el dolor violar
                                la inmunidad de lo eterno.

                                En lágrimas y suspiros
                                alma y corazón a un tiempo,
                                aquél se convierte en agua,
                                y ésta se resuelve en viento.

                                Ya no me sirve de vida
                                esta vida que poseo,
                                sino de condición sola
                                necesaria al sentimiento.

                                Mas, por qué gasto razones
                                en contar mi pena y dejo
                                de decir lo que es preciso,
                                por decir lo que estás viendo?

                                En fin, te vas, ay de mi!
                                Dudosamente lo pienso:
                                pues si es verdad, no estoy viva,
                                y si viva, no lo creo.

                                Posible es que ha de haber día
                                tan infausto, funesto,
                                en que sin ver yo las tuyas
                                esparza sus luces Febo?

                                Posible es que ha de llegar
                                el rigor a tan severo,
                                que no ha de darle tu vista
                                a mis pesares aliento?

                                Ay, mi bien, ay prenda mía,
                                dulce fin de mis deseos!
                                Por qué me llevas el alma,
                                dejándome el sentimiento?

                                Mira que es contradicción
                                que no cabe en un sujeto,
                                tanta muerte en una vida,
                                tanto dolor en un muerto.

                                Mas ya que es preciso, ay triste!,
                                en mi infeliz suceso,
                                ni vivir con la esperanza,
                                ni morir con el tormento,

                                dame algún consuelo tú
                                en el dolor que padezco;
                                y quien en el suyo muere,
                                viva siquiera en tu pecho.

                                No te olvides que te adoro,
                                y sírvante de recuerdo
                                las finezas que me debes,
                                si no las prendas que tengo.

                                Acuérdate que mi amor,
                                haciendo gala de riesgo,
                                sólo por atropellarlo
                                se alegraba de tenerlo.

                                Y si mi amor no es bastante,
                                el tuyo mismo te acuerdo,
                                que no es poco empeño haber
                                empezado ya en empeño.

                                Acuérdate, señor mío,
                                de tus nobles juramentos;
                                y lo que juró la boca
                                no lo desmientan tus hechos.

                                Y perdona si en temer
                                mi agravio, mi bien, te ofendo,
                                que no es dolor, el dolor
                                que se contiene atento.

                                Y adiós; que con el ahogo
                                que me embarga los alientos,
                                ni sé ya lo que te digo
                                ni lo que te escribo leo.







                                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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