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Poesias y rimas que aligeran el alma

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  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

    EL SILBO DE AFIRMACIÓN EN LA ALDEA
    Miguel Hernandez

    Alto soy de mirar a las palmeras,
    rudo de convivir con las montañas...
    Yo me vi bajo y blando en las aceras
    de una ciudad espléndida de arañas.
    Difíciles barrancos de escaleras,
    calladas cataratas de ascensores,
    ¡qué impresión de vacío!,
    ocupaban el puesto de mis flores,
    los aires de mis aires y mi río.

    Yo vi lo más notable de lo mío
    llevado del demonio, y Dios ausente.
    Yo te tuve en el lejos del olvido,
    aldea, huerto, fuente
    en que me vi al descuido:
    huerto, donde me hallé la mejor vida,
    aldea, donde al aire y libremente,
    en una paz meé larga y tendida.

    Pero volví en seguida
    mi atención a las puras existencias
    de mi retiro hacia mi ausencia atento,
    y todas sus ausencias
    me llenaron de luz el pensamiento.

    Iba mi pie sin tierra, ¡qué tormento!,
    vacilando en la cera de los pisos,
    con un temor continuo, un sobresalto,
    que aumentaban los timbres, los avisos,
    las alarmas, los hombres y el asfalto.
    ¡Alto!, ¡Alto!, ¡Alto!, ¡Alto!
    ¡Orden!, ¡Orden! ¡Qué altiva
    imposición del orden una mano,
    un color, un sonido!
    Mi cualidad visiva,
    ¡ay!, perdía el sentido.

    Topado por mil senos, embestido
    por más de mil peligros, tentaciones,
    mecánicas jaurías,
    me seguían lujurias y claxones,
    deseos y tranvías.

    ¡Cuánto labio de púrpuras teatrales,
    exageradamente pecadores!
    ¡Cuánto vocabulario de cristales,
    al frenesí llevando los colores
    en una pugna, en una competencia
    de originalidad y de excelencia!
    ¡Qué confusión! ¡Babel de las babeles!
    ¡Gran ciudad!: ¡gran demontre!: ¡gran puñeta!
    ¡el mundo sobre rieles,
    y su desequilibrio en bicicleta!

    Los vicios desdentados, las ancianas
    echándose en las canas rosicleres,
    infamia de las canas,
    y aun buscando sin tuétano placeres.
    Árboles, como locos, enjaulados:
    Alamedas, jardines
    para destuetanarse el mundo; y lados
    de creación ultrajada por orines.

    Huele el macho a jazmines,
    y menos lo que es todo parece
    la hembra oliendo a cuadra y podredumbre.

    ¡Ay, cómo empequeñece
    andar metido en esta muchedumbre!
    ¡Ay!, ¿dónde está mi cumbre,
    mi pureza, y el valle del sesteo
    de mi ganado aquel y su pastura?

    Y miro, y sólo veo
    velocidad de vicio y de locura.
    Todo eléctrico: todo de momento.
    Nada serenidad, paz recogida.
    Eléctrica la luz, la voz, el viento,
    y eléctrica la vida.
    Todo electricidad: todo presteza
    eléctrica: la flor y la sonrisa,
    el orden, la belleza,
    la canción y la prisa.
    Nada es por voluntad de ser, por gana,
    por vocación de ser. ¿Qué hacéis las cosas
    de Dios aquí: la nube, la manzana,
    el borrico, las piedras y las rosas?

    ¡Rascacielos!: ¡qué risa!: ¡rascaleches!
    ¡Qué presunción los manda hasta el retiro
    de Dios! ¿Cuándo será, Señor, que eches
    tanta soberbia abajo de un suspiro?
    ¡Ascensores!: ¡qué rabia! A ver, ¿cuál sube
    a la talla de un monte y sobrepasa
    el perfil de una nube,
    o el cardo, que de místico se abrasa
    en la serrana gracia de la altura?
    ¡Metro!: ¡qué noche oscura
    para el suicidio del que desespera!:
    ¡qué subterránea y vasta gusanera,
    donde se cata y zumba
    la labor y el secreto de la tumba!
    ¡Asfalto!: ¡qué impiedad para mi planta!
    ¡Ay, qué de menos echa
    el tacto de mi pie mundos de arcilla
    cuyo contacto imanta,
    paisajes de cosecha,
    caricias y tropiezos de semilla!

    ¡Ay, no encuentro, no encuentro
    la plenitud del mundo en este centro!
    En los naranjos dulces de mi río,
    asombros de oro en estas latitudes,
    oh ciudad cojitranca, desvarío,
    sólo abarca mi mano plenitudes.
    No concuerdo con todas estas cosas
    de escaparate y de bisutería:
    entre sus variedades procelosas,
    es la persona mía,
    como el árbol, un triste anacronismo.
    Y el triste de mí mismo,
    sale por su alegría,
    que se quedó en el mayo de mi huerto,
    de este urbano bullicio
    donde no estoy de mí seguro cierto,
    y es pormayor la vida como el vicio.

    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

      EL SUDOR
      Miguel Hernandez

      En el mar halla el agua su paraíso ansiado
      y el sudor su horizonte, su fragor, su plumaje.
      El sudor es un árbol desbordante y salado,
      un voraz oleaje.

      Llega desde la edad del mundo más remota
      a ofrecer a la tierra su copa sacudida,
      a sustentar la sed y la sal gota a gota,
      a iluminar la vida.

      Hijo del movimiento, primo del sol, hermano
      de la lágrima, deja rodando por las eras,
      del abril al octubre, del invierno al verano,
      áureas enredaderas.

      Cuando los campesinos van por la madrugada
      a favor de la esteva removiendo el reposo,
      se visten una blusa silenciosa y dorada
      de sudor silencioso.

      Vestidura de oro de los trabajadores,
      adorno de las manos como de las pupilas.
      Por la atmósfera esparce sus fecundos olores
      una lluvia de axilas.

      El sabor de la tierra se enriquece y madura:
      caen los copos del llanto laborioso y oliente,
      maná de los varones y de la agricultura,
      bebida de mi frente.

      Los que no habéis sudado jamás, los que andáis yertos
      en el ocio sin brazos, sin música, sin poros,
      no usaréis la corona de los poros abiertos
      ni el poder de los toros.
      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

        NANAS DE LA CEBOLLA
        Miguel Hernández

        La cebolla es escarcha
        cerrada y pobre:
        escarcha de tus días
        y de mis noches.
        Hambre y cebolla:
        hielo negro y escarcha
        grande y redonda.

        En la cuna del hambre
        mi niño estaba.
        Con sangre de cebolla
        se amamantaba.
        Pero tu sangre,
        escarchada de azúcar,
        cebolla y hambre.

        Una mujer morena,
        resuelta en luna,
        se derrama hilo a hilo
        sobre la cuna.
        Ríete, niño,
        que te tragas la luna
        cuando es preciso.

        Alondra de mi casa,
        ríete mucho.
        Es tu risa en los ojos
        la luz del mundo.
        Ríete tanto
        que en el alma al oírte,
        bata el espacio.

        Tu risa me hace libre,
        me pone alas.
        Soledades me quita,
        cárcel me arranca.
        Boca que vuela,
        corazón que en tus labios
        relampaguea.

        Es tu risa la espada
        más victoriosa.
        Vencedor de las flores
        y las alondras.
        Rival del sol.
        Porvenir de mis huesos
        y de mi amor.

        La carne aleteante,
        súbito el párpado,
        el vivir como nunca
        coloreado.
        ¡Cuánto jilguero
        se remonta, aletea,
        desde tu cuerpo!

        Desperté de ser niño.
        Nunca despiertes.
        Triste llevo la boca.
        Ríete siempre.
        Siempre en la cuna,
        defendiendo la risa
        pluma por pluma.

        Ser de vuelo tan alto,
        tan extendido,
        que tu carne parece
        cielo cernido.
        ¡Si yo pudiera
        remontarme al origen
        de tu carrera!

        Al octavo mes ríes
        con cinco azahares.
        Con cinco diminutas
        ferocidades.
        Con cinco dientes
        como cinco jazmines
        adolescentes.

        Frontera de los besos
        serán mañana,
        cuando en la dentadura
        sientas un arma.
        Sientas un fuego
        correr dientes abajo
        buscando el centro.

        Vuela niño en la doble
        luna del pecho.
        Él, triste de cebolla.
        Tú, satisfecho.
        No te derrumbes.
        No sepas lo que pasa
        ni lo que ocurre.

        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

          LA METRALLADORA
          Chalino Sanchez

          Por venir aver tu cara
          tuve que rodear veredas,
          si no puedes hoy mañana,
          hay me avisas cuando puedas,
          vida mia con esos modos,
          hasta dudo que me quieras.

          Entre el mar y las estrellas
          se pasean las blancas nubes,
          si te casas tu conmigo
          hasta de princesa subes,
          y sino te meto un tiro
          no mas pa' que no lo dudes.


          Y palabra de hombre
          que jamas me rajo,
          que me den pa'rriba,
          o que me den pa'bajo;

          y no'mas por eso
          voy a echarme un trago,
          yo no me arrepiento
          de las cosas que hago

          Y si algun dia me matan,
          que sea con metralladora,
          aunque me hagan mil pedazos;
          siempre soy el que te adora,
          quiero morir en tus brazos
          aunque seas mancornadora.

          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

            ADIÓS, CORRAL DE BARRANCO
            Vox Populi

            Adiós, noble nopalera
            del cordón del colorín;
            hoy me despido por fin,
            pues se llegó mi carrera;
            adiós, pelona ladera
            donde me recreaba tanto;
            adiós, Sonora, mi encanto,
            con su mesita graciosa;
            adiós, tierra venturosa,
            adiós, Corral de Barranco.

            Cueva del tigre dichosa,
            donde habitó un ermitaño,
            ruega a Dios que al siguiente año
            vuelva a verte tan hermosa;
            mi separación forzosa
            me llena de sinsabores;
            si el destino y sus rigores
            me impiden volver a verte,
            siempre te tendré presente
            con tus jardines de flores.

            Adiós, charco de agua pura
            donde tanto me bañé
            y donde alegre pasé
            largas horas de ventura;
            no desoigas mi amargura
            ni el adiós del que se va;
            que a ti no te olvidará
            quien vivió aquí tan contento;
            pero dice el pensamiento:
            Dios sabe quien volverá.

            Del Arroyo de las Astas
            suspirando me despido,
            que es tanto lo que he sufrido
            que ya las fuerzas me faltan;
            adiós tambien la Mesa Alta
            con sus aves de colores,
            adiós, pájaros cantores,
            adiós, hermoso ciprés,
            ruego a Dios vuelva otra vez
            a gozar de tus favores.

            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

              UN FORASTERO EN TAMAZUNCHALE
              Vox Populi

              Yo no soy de esta ciudad,
              pero vivo agradecido
              porque aquí la autoridad
              nunca me ha desconocido
              y reina la libertad.

              Aquí cualquier hombre vale,
              de toda categoría;
              vale el gringo, vale el chale,
              aquí no hay hipocrecía.
              ¡Qué viva Tamazunchale!

              Feliz vive el aguador,
              estaquista, carpintero,
              lo mismo que el labrador,
              el albañil, el leñero,
              todo el que es trabajador.

              Cuando suena la oración,
              frente al cine, es una gloria:
              el violín y guitarrón
              dan el toque de victoria
              en alegre tendajón.

              En el puesto de Juan Rojas
              reina siempre la alegría,
              allí no existen congojas;
              con un topo de vainilla
              se escuchan lindas estrofas.

              Al compás del guitarrón
              se oyen los sones huastecos;
              también se oye la canción
              de Pedro y Goyo, con ecos
              que alegran el corazón.

              También es gran distracción
              cuando se acerca a cantar
              algún cuate muy cañón;
              todo es risa y vacilón
              al toque de la oración.



              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                NARANJAS Y LIMAS
                Vox Populi

                Licencia pedimos,
                familia decente,
                si los he ofendido,
                dispense a mi gente.

                Ya se fue este año,
                ya vino otro nuevo;
                adiós Manuelito
                al año nos vemos.

                Dispense a mi gente
                que llegó a su casa;
                si son religiosas,
                oigan lo que pasa.

                Oigan lo que pasa
                con mucha alegría,
                pues muy bien sabía
                que nació el Mesias.

                Que nació el Mesias
                cual era esperado
                y el profeta Elías
                ya lo había anunciado.

                Ya lo había anunciado
                con bastante Fe:
                que el rey Jesucristo
                tenía que nacer.

                Tenía que nacer,
                y en la gloria lo vemos
                por eso . . . . .
                que nació en Belén.

                Que nació en Belén
                el Dios verdadero,
                y a verlo tambien
                los magos vinieron.

                Los magos vinieron
                de lejanas tierras
                . . . . . . . . . . . . .
                había dos estrellas.

                Había dos estrellas
                que es lo que alumbraba,
                con su luz tan bella
                donde el Niño estaba.

                Donde el Niño estaba
                cantan los pastores,
                por quien peguntaba
                el tirano Herodes.




                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                  EL CRISTO DE PALACAGÜINA
                  Carlos Mejía Godoy

                  En el Cerro de la Iguana Montana adentro de las segovias
                  se vio un resplandor extrano como una aurora de media
                  noche los maisales se prendieron, los quiebra platas se
                  estremecieron, llovio por Moyogalpa, por Telpaneca y
                  por Chichigalpa

                  Cristo ya nacio en Palacaguina de Chepe Pavon Pavon y
                  una tal Maria ella va a planchar muy humildemente la
                  ropa que goza la mujer hermosa del terrateniente.

                  Las gentes para mirarlo se rejuntaran en un molote, el
                  indio Joaquin le trajo quesillo en trenzas de Nagarote
                  en ves de oro, incienso y mirra le regalaron segun yo
                  supe cajetitas de Diriomo y hasta bunuelos de Guadalupe.

                  Cristo ya nacio en palacaguina de Chepe Pavon Pavon y
                  una tal Maria ella va a planchar muy humildemente la
                  ropa que goza la mujer hermosa del terrateniente.

                  Jose el pobre jornalero se mecatella todito el dia, lo tiene
                  con reumatismo el tequio de la carpinteria, Maria suena
                  que el hijo igual que el tata sea carpintero pero el cipotillo
                  piensa mañana quiero ser guerrillero.

                  Cristo ya nacio en Palacaguina de Chepe Pavon Pavon y
                  una tal Maria ella va a planchar muy humildemente la
                  ropa que goza la mujer hermosa del terrateniente.






                  Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                  Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                  • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                    CREDO CAMPESINO
                    (no encontré al autor)


                    Creo señor firmemente
                    Que de tu pródiga mente
                    Todo este mundo nació;
                    Que de tu mano de artista,
                    De pintor primitivista,
                    La belleza floreció;
                    Las estrellas y la luna,
                    Las casitas, las lagunas,
                    Los barquitos navegando
                    Sobre el rio rumbo al mar;
                    Los inmensos los cafetales,
                    Los blancos algodonales,
                    Y los bosques mutilados,
                    Por el hacha criminal.

                    Creo en voz,
                    Arquitecto, ingeniero,
                    Artesano, carpintero,
                    Albañil y armador;
                    Creo en voz,
                    Constructor de pensamiento,
                    De la musica y el viento,
                    De la paz y del amor.

                    Yo creo en voz Cristo obrero,
                    Luz de luz y verdadero
                    Unigénito de Dios,
                    Que para salvar al mundo
                    En el vientre humilde y puro
                    De Maria se encarnó,
                    Creo que fuiste golpeado,
                    Con escarnio torturado,
                    En la cruz martirizado,
                    Siendo Pilatos pretor,
                    El romano imperialista
                    Puñetero desalmado,
                    Que lavandose las manos
                    Quiso borrar el error.

                    Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                    Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                    • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                      DÉCIMAS DE HUERFANOS
                      Vox Populi

                      Ya se acabó mi tesoro,
                      se murió mi madre amada;
                      estas páginas que lloro,
                      no me sirven para nada.

                      Que bien me decía mi madre:
                      "Hijo de mi corazón,
                      de esta amable reprensión
                      te has de acordar, aunque tarde."

                      Me acuerdo que me decía
                      cuando me salía a pasear:
                      no te vayas a tardar,
                      no acortes la vida mia:
                      porque se llegará el día
                      que te acuerdes de tu padre
                      y tu pecho se taladre
                      de verte en tal situación
                      y dirás con atención:
                      "¡Que bien me decía mi madre!"

                      Cuando yo estaba embriagado
                      al juego o a la bebida,
                      decía mi madre afligida:
                      "Ah que hijo tan porfiado,
                      si te agarran de soldado,
                      te acordarás, aunque tarde,
                      del consejo de tu padre
                      que te daba sana paz,
                      y con lágrimas dirás:
                      ¡Que bien me decía mi madre!"

                      Es muy claro y evidente
                      que el hijo que es desgraciado
                      se mira muy despreciado
                      del mundo y toda la gente.
                      Todo esto tenga presente
                      aquel que no sea cobarde
                      y su pecho se taladre
                      de sentimiento y dolor
                      y dirás con tierno amor:
                      "¡Qué bien me decía mi madre!"

                      Mi madre me reprendía
                      la junta de mis amigos,
                      los cielos son mis testigos
                      lo que yo le respondía.
                      Afligida me decía:
                      "Hijo mio, no hagas alarde,
                      conocerás, aunque tarde,
                      esta amable reprensión,
                      dirás en una prisión:
                      ¡Qué bien me decía mi madre!

                      Si yo en carcel me veía
                      por la bebida y el juego,
                      llorando con gran anhelo,
                      "Es posible, vida mia,
                      -mi madre a mí me decía-
                      mi consejo no te cuadre;
                      aunque mi pecho taladre
                      el dolor y el sentimiento;
                      pero ahí dirás con el tiempo:
                      ¡Qué bien me decía mi madre!

                      ¿Quién de todos los parientes
                      con lágrimas en los ojos,
                      aguanta por mis sonrojos?
                      ¡Qué hermanos ni que vivientes!
                      Pueda que ni mis dolientes
                      lloraban como mi padre.
                      ¿Que amigo, que tío o compadre
                      dará alivio a mi pasión
                      en tan triste situación?
                      ¡Que bien me decía mi madre!

                      El día que bajó a la tumba
                      ese ser idolatrado,
                      siente el hijo desgraciado
                      que la gloria se redumba;
                      viene y llora hacia la tumba
                      y siente un fuego que arde
                      y la madrina o comadre
                      le dice al mirarlo solo:
                      "Ahijado mio, no hay tesoro
                      tan rico como la madre."

                      Tu nombre quedó grabado
                      dentro de mi corazón,
                      recibe esta petición
                      que dirige tu hijo amado.
                      Mi corazón traspasado
                      se quedó en fuego que arde;
                      ni un pariente, ni un compadre
                      que venga a llorar conmigo.
                      Junto a tu sepulcro digo:
                      ¡Qué bien me decía mi madre!

                      Al hijo ya desvalido,
                      esta suerte le conviene;
                      nadie sabe el bien que tiene
                      hasta que lo ve perdido.
                      ¡Oh, quién hubiera sabido
                      que era triste y lamentable
                      el quebrarse uno en la calle
                      tirado a los cuatro vientos!bien
                      Esto es lo que lloro y siento.
                      ¡Qué bien me decía mi madre!

                      En fin, has de comenzar,
                      corazón, a sentir penas,
                      mirando caras ajenas
                      sin poderlo remediar.
                      Comencemos a llorar
                      porque me faltó el tesoro
                      más rico y fino que el oro.
                      Esto digo sin alarde,
                      estas lágrimas que lloro.
                      ¡Qué bien me decía mi madre!

                      ¡Oh, qué terrible amargura
                      cuando mi madre murió!
                      Al tiempo que ella expiró
                      me miraba con ternura
                      aquella bella hermosura;
                      y un recuerdo memorable
                      tengo también de mi padre,
                      yo siempre me acordaré;
                      llorando siempre diré:
                      ¡Qué bien me decía mi madre!

                      En fin, queridos oyentes,
                      oigan el triste gemido
                      que da un huérfano afligido
                      por las congojas presentes.
                      Amigos, tios y parientes,
                      es dolor incomparable
                      quedarse uno sin su padre,
                      tirado a los cuatro vientos.
                      Recuerdo en estos momentos:
                      ¡Qué bien me decía mi madre!



                      Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                      Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                      • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                        LAS MARGARITAS
                        Vox Populi

                        Si las Margaritas
                        fueran de mamón,
                        ¡cuantas margaritas
                        me comiera yo!

                        Pero tienen uñas,
                        saben arañar;
                        ahí vienen los yanquis,
                        se las llevarán.

                        Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                        Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                        • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                          ALABADO
                          Vox populi

                          Jesucristo me acompañe
                          y la flor en que nació;
                          también la hostia consagrada
                          y la cruz en que murió
                          por librarnos del pecado.
                          ¡Bendita sea su pasión!

                          ¡Ay!, Virgen de la Candelaria,
                          yo te ofrezco esta oración
                          para que con mas frecuencia
                          te celebren tu función.

                          El Señor San Juan Bautista,
                          el patrón de nuestro pueblo,
                          préstanos vida y salud
                          pa' seguir tu devoción.

                          Te pido que con tu amparo
                          nos dejes anochecer;
                          que con el alma en el cuerpo
                          nos dejes amanecer.

                          ¡Ay!, Virgen de Guadalupe,
                          yo te ofrezco este Alabado
                          por las ánimas benditas,
                          las que fueren de tu agrado,
                          que las saques de las penas
                          y las lleves al descanso
                          a tu santísima gloria,
                          para donde fuimos creados.

                          Al ilustre Ayuntamiento
                          échale tu bendición,
                          para que con mas frecuencia
                          te celebren tu función.

                          Gracias te doy, gran Señor,
                          alabando tu gran poder,
                          alabando a tres personas
                          que es: Jesús, María y José.

                          Los ángeles en el cielo
                          alaban con gran contento,
                          y nosotros en la tierra,
                          al divino Sacramento.

                          Alabemos al Santísimo Sacramento.
                          Por siempre alabado.

                          Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                          Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                          • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                            LA FERIA DE JUQUILA
                            Vox Populi

                            Angelina de mi vida:
                            vengo a ver si te resuelves,
                            y nos vamos a Juquila
                            para el ocho de diciembre.

                            Una feria tan mentada,
                            que mucho te ha de gustar;
                            vienen de distintas partes
                            a la Virgen adorar.

                            Que toditos los lugares
                            que tenemos que pasar,
                            Angelina de mi vida,
                            yo te los voy a enseñar.

                            El distrito de Zaachila
                            lo tenemos que pasar;
                            si . . . . . . . . . . . . . .
                            la sierrita por igual.


                            Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                            Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                            • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                              MORENA DEL ALMA MIA
                              Vox Populi

                              Morena del alma mia,
                              sal un momento a tu balcón,
                              el alma por ti suspira,
                              por ti delira mi corazón.

                              Yo te amo con amor ardiente;
                              si comprendieras lo que es amor,
                              esquiva no te mostraras
                              ni despreciarías mi corazón.
                              Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                              Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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                              • Re: Poesias y rimas que aligeran el alma

                                LA VECINDAD
                                Vox Populi

                                Escúchenme todos:
                                les voy a contar
                                todo lo que pasa
                                por la vecindad.

                                Una viejecita
                                de la vecindad
                                toma sus polvitos
                                para estornudar.

                                En aquel cuartito
                                que queda alla enfrente,
                                vive un don Vicente
                                que no sé quién es.

                                El come y él viste
                                sin tener caudal;
                                será alguna mina
                                que en su casa habrá.

                                En aquel cuartito
                                que está en el rincón,
                                por las tardes entra
                                un tal don Simón;
                                le da de gracejo
                                y es gran chocantón.

                                En aquel cuartito
                                de la cortinita,
                                vive una muchacha
                                recién casadita.

                                Sale su marido,
                                se va a trabajar;
                                no se, son señores
                                de salir y entrar.

                                Mas casen ustedes,
                                porque es caridad;
                                yo no quiero chismes
                                en la vecindad.


                                Por la calle voy tirando la envoltura del dolor
                                Por la calle voy volando como vuela el ruiseñor ....

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