Re: Recomendaciones para las masas usuarias del internet.
Los he privado de sus terapias por un rato, batos. Espero reponerles las horas perdidas siempre y cuando el ritmo que imprima yo a las terapias no haga reventar como sapos sus respectivos cerebros. No recuerdo en qué iba cuando tuve que retirarme porque la patria trae varios hijos atravesados. Ya enderecé el que a mí me correspondía. De los demás yo no me hago cargo.
¿Cómo van con su twitter, con su facebook y demás succionadas similares que dizque “ahora sí” los harán “tomar parte en las decisiones del Estado”? ¡Cómo que mal, compitas! ¡Cómo que no es posible solucionar ningún problema real, por pequeño que sea, con el poder ciudadano logrado por las redes sociales! ¡Qué raro! No me esperaba yo esta bofetada masiva contra los inteligentes internautas. Si iban rete bien, batos. Ya ven que en los últimos años, con la enérgica intervención de los cibernautas la sociedad y las instituciones públicas se han democratizado palpablemente; los partidos políticos y los gobernantes ya no imponen candidatos; el IFE ya no se burla de la ciudadanía porque ha dejado de estar controlado por las mafias partidistas; ya no hay corrupción; ya no hay malos gobiernos; los empresarios y banqueros ya no roban. Ahora impera la Ley de ustedes, la Ley de los seres anónimos del internet. Acuérdense del temible “voto nulo”. Nos andaba matando…, ¿verdad?... (de risa). ¡Neta! No puedo creer que les haya ido tan mal a pesar de ese grado de organización ciudadana tan serio y tan efectivo que han logrado gracias a las honestas y desinteresadas personas que han puesto a su alcance las “democráticas” redes sociales.
(Pobres amigos míos; tan vulnerables y tan hundidos en esta terrible adicción… Y pensar que son millones de batos. Trataré de salvarlos de la terrible peste de cookies diarreicas que azota al mundo, aunque quizá sea demasiado tarde. A batos como el Trek, el Galván, el Kakabrán, el Gerontojoto y otros, el mal ya los sentenció. Se les está yendo la vida por todas partes: por los ojos y los oídos, por la nariz y la garganta, por el ombligo y el chimuelo. Por todos lados expulsan grandes cantidades de materia cerebral putrefacta revuelta con las malditas cookies)
Los he privado de sus terapias por un rato, batos. Espero reponerles las horas perdidas siempre y cuando el ritmo que imprima yo a las terapias no haga reventar como sapos sus respectivos cerebros. No recuerdo en qué iba cuando tuve que retirarme porque la patria trae varios hijos atravesados. Ya enderecé el que a mí me correspondía. De los demás yo no me hago cargo.
¿Cómo van con su twitter, con su facebook y demás succionadas similares que dizque “ahora sí” los harán “tomar parte en las decisiones del Estado”? ¡Cómo que mal, compitas! ¡Cómo que no es posible solucionar ningún problema real, por pequeño que sea, con el poder ciudadano logrado por las redes sociales! ¡Qué raro! No me esperaba yo esta bofetada masiva contra los inteligentes internautas. Si iban rete bien, batos. Ya ven que en los últimos años, con la enérgica intervención de los cibernautas la sociedad y las instituciones públicas se han democratizado palpablemente; los partidos políticos y los gobernantes ya no imponen candidatos; el IFE ya no se burla de la ciudadanía porque ha dejado de estar controlado por las mafias partidistas; ya no hay corrupción; ya no hay malos gobiernos; los empresarios y banqueros ya no roban. Ahora impera la Ley de ustedes, la Ley de los seres anónimos del internet. Acuérdense del temible “voto nulo”. Nos andaba matando…, ¿verdad?... (de risa). ¡Neta! No puedo creer que les haya ido tan mal a pesar de ese grado de organización ciudadana tan serio y tan efectivo que han logrado gracias a las honestas y desinteresadas personas que han puesto a su alcance las “democráticas” redes sociales.
(Pobres amigos míos; tan vulnerables y tan hundidos en esta terrible adicción… Y pensar que son millones de batos. Trataré de salvarlos de la terrible peste de cookies diarreicas que azota al mundo, aunque quizá sea demasiado tarde. A batos como el Trek, el Galván, el Kakabrán, el Gerontojoto y otros, el mal ya los sentenció. Se les está yendo la vida por todas partes: por los ojos y los oídos, por la nariz y la garganta, por el ombligo y el chimuelo. Por todos lados expulsan grandes cantidades de materia cerebral putrefacta revuelta con las malditas cookies)
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