Re: 'Atomos para la guerra'/El inicio de la'era atómica'en 1945
Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto científico/tecnológico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá.
El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes que Alemania la construyera. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos.
El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas (física, química, ciencias informáticas). Dado que tras los experimentos en Alemania previos a la guerra se sabía que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear se reunieron varias mentes brillantes que eran también pacifistas e izquierdistas en su mayoría. Exiliados judíos muchos de ellos, hicieron causa común de la lucha contra el fascismo aportando su grano de arena a la causa: conseguir la bomba antes que los alemanes.
El primer ensayo atómico exitoso ocurrió en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México. El artefacto se llamó Trinity y se trataba de una bomba-A de plutonio del mismo tipo que Fat Man que sería lanzada sobre Nagasaki días después. En la actualidad este lugar está marcado por un monolito cónico negro de silicio resultado de la fusión de la arena bajo el efecto del calor provocado por la explosión.
En la carrera por la bomba nuclear, los alemanes tenían el Proyecto Uranio y los soviéticos la Operación Borodino.
Centros de investigación
Selección de centros de investigación vinculados al Proyecto Manhattan
El proyecto Manhattan comenzó inicialmente en diferentes universidades estadounidenses, notablemente la Universidad de Chicago con los primeros tests de reacción en cadena producidos bajo la dirección del físico italiano Enrico Fermi. Posteriormente se estableció el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, dirigido por la Universidad de California.
Los principales centros en los que llevó a cabo el proyecto fueron:
* Hanford Site, Washington; Que alcanzó una extensión de 1 000 millas cuadradas (2.600 km²) e incluyó terrenos de las pequeñas ciudades cercanas de Hanford y White Bluffs.
* Laboratorio Nacional Los Álamos, Nuevo México.
* El Laboratorio Nacional de Oak Ridge, Tennessee; con una extensión de más de 60.000 acres (243 km²).
* El Complejo Nacional de Seguridad Y-12,
* Y numerosos otros centros.
La existencia de estos centros fue mantenida en secreto hasta el final de la guerra. En muchos casos los trabajadores desconocían el proyecto en el que estaban trabajando, exponiendo sus vidas.
Para mediados de 1945, el proyecto empleaba a más de 130.000 personas con un coste total de cerca de dos mil millones de dólares estadounidenses de la época - veinte mil millones de dólares actuales ajustando las variaciones por inflación. [1]
Algo de Historia
Concepción del Proyecto
Los científicos nucleares Leó Szilárd, Edward Teller y Eugene Wigner, refugiados judíos provenientes de Hungría creían que la energía liberada por la fisión nuclear podía ser utilizada para la producción de bombas por los alemanes, por lo que persuadieron a Albert Einstein, el físico más famoso en Estados Unidos, para que advirtiera al presidente Franklin D. Roosevelt de este peligro por medio de una carta que Szilárd bosquejó y fue enviada el 2 de agosto de 1939. En respuesta a la advertencia, Roosevelt incrementó las investigaciones acerca de las implicaciones en la seguridad nacional de la fisión nuclear. Después de la detonación sobre Hiroshima, Einstein comentaría: "debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta a Roosevelt."
Inicio del Proyecto
Roosevelt creó un Comité del Uranio ad hoc a cargo de Lyman Briggs, entonces jefe del National Boureau of Standards, el cual inició sus investigaciones en 1939 en el Naval Research Laboratory en Washington, en donde el físico Philip Abelson investigó la separación de los isótopos de uranio.
En la Universidad de Columbia, el físico Enrico Fermi construyó prototipos de reactores nucleares utilizando diferentes configuraciones de grafito y uranio.
En 1940 Vannevar Bush, director del Instituto Carnegie de Washington, organizó del Comité de Investigación de la Defensa Nacional para movilizar los recursos científicos de los Estados Unidos hacia el apoyo de las investigaciones orientadas a la guerra.
El Consejo de Investigación de la Defensa Nacional se hizo luego cargo del "Proyecto Uranio", como se conocía el programa de física nuclear, y en 1940 V. Bush y Roosevelt crearon la Oficina de Desarrollo en Investigación Científica con el fin de ampliar estos esfuerzos.
El 9 de octubre de 1941, Roosevelt autorizó finalmente el desarrollo del arma atómica.
Desarrollo del Proyecto
El 7 de diciembre de 1941 con el ataque japonés a Pearl Harbor, Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial. Un día antes, V. Bush creó el Comité S-1 con el objetivo de guiar las investigaciones.
Los esfuerzos para obtener material para la bomba se incrementaron en el Laboratorio de Metalurgia de la Universidad de Chicago, el Laboratorio de Radiación de la Universidad de California y el Departamento de Física de la Universidad de Columbia.
Para obtener isótopos de plutonio se tiene que bombardear con neutrones el Uranio-235, el cual absorbe los neutrones transformándose en Uranio-236, mucho más radiactivo, y plutonio. Con este fin, en 1942 se construyeron enormes plantas en Oak Ridge (Sitio X) Tennessee y Hanford (Sitio W) Washington para realizar esta separación.
A principios de 1942 el físico y Premio Nobel Arthur Holly Compton organizó el Laboratorio de Metalurgia de la Universidad de Chicago para estudiar el plutonio y las pilas de fisión. Compton solicitó al físico teórico J. Robert Oppenheimer de la Universidad de California que se encargara de realizar los cálculos sobre neutrones de alta velocidad, esenciales para la viabilidad del arma nuclear. John Manley, un físico del Laboratorio de Metalurgia de la Universidad de Chicago, fue designado para ayudar a Oppenheimer a hallar respuestas contactando y coordinando varios grupos de físicos experimentales dispersos en todo el país.
En la primavera de 1942, Oppenheimer y Robert Serber de la Universidad de Illinois trabajaron en los problemas de la difusión de neutrones (movimiento de neutrones en la reacción en cadena) e hidrodinámica (comportamiento de la explosión producida por la reacción en cadena). Este estudio preliminar fue revisado el mismo verano por un grupo de físicos teóricos integrado por Hans Bethe, John Van Vleck, Edward Teller, Felix Bloch, Emil Konopinski, Robert Serber, Stanley S. Frankel y Eldred C. Nelson quienes concluyeron que la bomba de fisión era viable. Los científicos sugirieron que la reacción podía iniciarse acoplando una masa crítica, ya sea disparando dos masas subcríticas de plutonio o uranio; o por medio de implosionar o comprimir una esfera hueca de los mismos materiales. Por su parte, Teller contemplaba la posibilidad de fabricar un dispositivo mucho más poderoso o Superbomba al rodear la bomba de fisión con deuterio y tritio, sin embargo, el dispositivo no sería probado hasta 1952 ya finalizada la guerra.
Edward Teller también especuló con la posibilidad de que la bomba atómica pudiera incendiar la atmósfera terrestre al desencadenar una hipotética reacción de fusión en cadena del hidrógeno. En un primer momento Oppenheimer se tomó muy en serio ese riesgo, y lo puso en conocimiento de Arthur H. Compton. Pero tanto Bethe como Serber, Teller o el propio Oppenheimer lo descartaron casi de inmediato, considerándolo teóricamente imposible. En 1946, acabada la guerra, Edward Teller se ocuparía, junto con sus colaboradores de Los Alamos Konopinsky y Marvin, de redactar un informe[1] -desclasificado en 1973- descartando por completo la posibilidad de incendio de la atmósfera, "incluso asumiendo las hipótesis más extravagantes".
Por desgracia, según Oppenheimer, Compton "no tuvo el sentido común suficiente como para mantener la boca cerrada" y mientras tanto filtró el asunto a Washington, lo que hizo que la cuestión "jamás quedara enterrada", y no se zanjara hasta la detonación de la Prueba Trinity. Además, tras la guerra volvió a salir varias veces a la luz, especialmente en 1959, 1975, y 1992, y en gran parte debido a una confusión por parte de la prensa: el informe de Teller se refería a ello no como algo "imposible" sino "improbable" -ya que la probabilidad de que algo semejante ocurriera quedaba fuera de cualquier planteamiento científico- y Compton concedió en 1959 una entrevista a Pearl S. Buck que ésta malinterpretó completamente al transcribir que tal probabilidad era "una entre un millón". Este aserto sirvió a su vez al periodista H.C. Dudley y al New York Times para considerar plausible la amenaza de una fusión del hidrógeno terrestre causada por la explosión de una bomba atómica.[2]
El resultado de las reuniones fue resumido por Serber en "The Los Alamos Primer" (LA-1 en línea), y suministraron la base teórica original para el diseño de la bomba atómica, que se convirtió en la tarea principal de Los Alamos durante la guerra; y la idea de la bomba H, que se mantuvo en el laboratorio durante la posguerra.
Proyecto Manhattan era el nombre en clave de un proyecto científico/tecnológico llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial por los Estados Unidos con ayuda parcial del Reino Unido y Canadá.
El objetivo final del proyecto era el desarrollo de la primera bomba atómica antes que Alemania la construyera. La investigación científica fue dirigida por el físico Julius Robert Oppenheimer mientras que la seguridad y las operaciones militares corrían a cargo del general Leslie Richard Groves. El proyecto se llevó a cabo en numerosos centros de investigación siendo el más importante de ellos el Distrito de Ingeniería Manhattan situado en el lugar conocido actualmente como Laboratorio Nacional Los Álamos.
El proyecto agrupó a una gran cantidad de eminencias científicas (física, química, ciencias informáticas). Dado que tras los experimentos en Alemania previos a la guerra se sabía que la fisión del átomo era posible y que los nazis estaban ya trabajando en su propio programa nuclear se reunieron varias mentes brillantes que eran también pacifistas e izquierdistas en su mayoría. Exiliados judíos muchos de ellos, hicieron causa común de la lucha contra el fascismo aportando su grano de arena a la causa: conseguir la bomba antes que los alemanes.
El primer ensayo atómico exitoso ocurrió en el desierto de Alamogordo, en Nuevo México. El artefacto se llamó Trinity y se trataba de una bomba-A de plutonio del mismo tipo que Fat Man que sería lanzada sobre Nagasaki días después. En la actualidad este lugar está marcado por un monolito cónico negro de silicio resultado de la fusión de la arena bajo el efecto del calor provocado por la explosión.
En la carrera por la bomba nuclear, los alemanes tenían el Proyecto Uranio y los soviéticos la Operación Borodino.
Centros de investigación
Selección de centros de investigación vinculados al Proyecto Manhattan
El proyecto Manhattan comenzó inicialmente en diferentes universidades estadounidenses, notablemente la Universidad de Chicago con los primeros tests de reacción en cadena producidos bajo la dirección del físico italiano Enrico Fermi. Posteriormente se estableció el Laboratorio Nacional de Los Álamos en Nuevo México, dirigido por la Universidad de California.
Los principales centros en los que llevó a cabo el proyecto fueron:
* Hanford Site, Washington; Que alcanzó una extensión de 1 000 millas cuadradas (2.600 km²) e incluyó terrenos de las pequeñas ciudades cercanas de Hanford y White Bluffs.
* Laboratorio Nacional Los Álamos, Nuevo México.
* El Laboratorio Nacional de Oak Ridge, Tennessee; con una extensión de más de 60.000 acres (243 km²).
* El Complejo Nacional de Seguridad Y-12,
* Y numerosos otros centros.
La existencia de estos centros fue mantenida en secreto hasta el final de la guerra. En muchos casos los trabajadores desconocían el proyecto en el que estaban trabajando, exponiendo sus vidas.
Para mediados de 1945, el proyecto empleaba a más de 130.000 personas con un coste total de cerca de dos mil millones de dólares estadounidenses de la época - veinte mil millones de dólares actuales ajustando las variaciones por inflación. [1]
Algo de Historia
Concepción del Proyecto
Los científicos nucleares Leó Szilárd, Edward Teller y Eugene Wigner, refugiados judíos provenientes de Hungría creían que la energía liberada por la fisión nuclear podía ser utilizada para la producción de bombas por los alemanes, por lo que persuadieron a Albert Einstein, el físico más famoso en Estados Unidos, para que advirtiera al presidente Franklin D. Roosevelt de este peligro por medio de una carta que Szilárd bosquejó y fue enviada el 2 de agosto de 1939. En respuesta a la advertencia, Roosevelt incrementó las investigaciones acerca de las implicaciones en la seguridad nacional de la fisión nuclear. Después de la detonación sobre Hiroshima, Einstein comentaría: "debería quemarme los dedos con los que escribí aquella primera carta a Roosevelt."
Inicio del Proyecto
Roosevelt creó un Comité del Uranio ad hoc a cargo de Lyman Briggs, entonces jefe del National Boureau of Standards, el cual inició sus investigaciones en 1939 en el Naval Research Laboratory en Washington, en donde el físico Philip Abelson investigó la separación de los isótopos de uranio.
En la Universidad de Columbia, el físico Enrico Fermi construyó prototipos de reactores nucleares utilizando diferentes configuraciones de grafito y uranio.
En 1940 Vannevar Bush, director del Instituto Carnegie de Washington, organizó del Comité de Investigación de la Defensa Nacional para movilizar los recursos científicos de los Estados Unidos hacia el apoyo de las investigaciones orientadas a la guerra.
El Consejo de Investigación de la Defensa Nacional se hizo luego cargo del "Proyecto Uranio", como se conocía el programa de física nuclear, y en 1940 V. Bush y Roosevelt crearon la Oficina de Desarrollo en Investigación Científica con el fin de ampliar estos esfuerzos.
El 9 de octubre de 1941, Roosevelt autorizó finalmente el desarrollo del arma atómica.
Desarrollo del Proyecto
El 7 de diciembre de 1941 con el ataque japonés a Pearl Harbor, Estados Unidos entró en la Segunda Guerra Mundial. Un día antes, V. Bush creó el Comité S-1 con el objetivo de guiar las investigaciones.
Los esfuerzos para obtener material para la bomba se incrementaron en el Laboratorio de Metalurgia de la Universidad de Chicago, el Laboratorio de Radiación de la Universidad de California y el Departamento de Física de la Universidad de Columbia.
Para obtener isótopos de plutonio se tiene que bombardear con neutrones el Uranio-235, el cual absorbe los neutrones transformándose en Uranio-236, mucho más radiactivo, y plutonio. Con este fin, en 1942 se construyeron enormes plantas en Oak Ridge (Sitio X) Tennessee y Hanford (Sitio W) Washington para realizar esta separación.
A principios de 1942 el físico y Premio Nobel Arthur Holly Compton organizó el Laboratorio de Metalurgia de la Universidad de Chicago para estudiar el plutonio y las pilas de fisión. Compton solicitó al físico teórico J. Robert Oppenheimer de la Universidad de California que se encargara de realizar los cálculos sobre neutrones de alta velocidad, esenciales para la viabilidad del arma nuclear. John Manley, un físico del Laboratorio de Metalurgia de la Universidad de Chicago, fue designado para ayudar a Oppenheimer a hallar respuestas contactando y coordinando varios grupos de físicos experimentales dispersos en todo el país.
En la primavera de 1942, Oppenheimer y Robert Serber de la Universidad de Illinois trabajaron en los problemas de la difusión de neutrones (movimiento de neutrones en la reacción en cadena) e hidrodinámica (comportamiento de la explosión producida por la reacción en cadena). Este estudio preliminar fue revisado el mismo verano por un grupo de físicos teóricos integrado por Hans Bethe, John Van Vleck, Edward Teller, Felix Bloch, Emil Konopinski, Robert Serber, Stanley S. Frankel y Eldred C. Nelson quienes concluyeron que la bomba de fisión era viable. Los científicos sugirieron que la reacción podía iniciarse acoplando una masa crítica, ya sea disparando dos masas subcríticas de plutonio o uranio; o por medio de implosionar o comprimir una esfera hueca de los mismos materiales. Por su parte, Teller contemplaba la posibilidad de fabricar un dispositivo mucho más poderoso o Superbomba al rodear la bomba de fisión con deuterio y tritio, sin embargo, el dispositivo no sería probado hasta 1952 ya finalizada la guerra.
Edward Teller también especuló con la posibilidad de que la bomba atómica pudiera incendiar la atmósfera terrestre al desencadenar una hipotética reacción de fusión en cadena del hidrógeno. En un primer momento Oppenheimer se tomó muy en serio ese riesgo, y lo puso en conocimiento de Arthur H. Compton. Pero tanto Bethe como Serber, Teller o el propio Oppenheimer lo descartaron casi de inmediato, considerándolo teóricamente imposible. En 1946, acabada la guerra, Edward Teller se ocuparía, junto con sus colaboradores de Los Alamos Konopinsky y Marvin, de redactar un informe[1] -desclasificado en 1973- descartando por completo la posibilidad de incendio de la atmósfera, "incluso asumiendo las hipótesis más extravagantes".
Por desgracia, según Oppenheimer, Compton "no tuvo el sentido común suficiente como para mantener la boca cerrada" y mientras tanto filtró el asunto a Washington, lo que hizo que la cuestión "jamás quedara enterrada", y no se zanjara hasta la detonación de la Prueba Trinity. Además, tras la guerra volvió a salir varias veces a la luz, especialmente en 1959, 1975, y 1992, y en gran parte debido a una confusión por parte de la prensa: el informe de Teller se refería a ello no como algo "imposible" sino "improbable" -ya que la probabilidad de que algo semejante ocurriera quedaba fuera de cualquier planteamiento científico- y Compton concedió en 1959 una entrevista a Pearl S. Buck que ésta malinterpretó completamente al transcribir que tal probabilidad era "una entre un millón". Este aserto sirvió a su vez al periodista H.C. Dudley y al New York Times para considerar plausible la amenaza de una fusión del hidrógeno terrestre causada por la explosión de una bomba atómica.[2]
El resultado de las reuniones fue resumido por Serber en "The Los Alamos Primer" (LA-1 en línea), y suministraron la base teórica original para el diseño de la bomba atómica, que se convirtió en la tarea principal de Los Alamos durante la guerra; y la idea de la bomba H, que se mantuvo en el laboratorio durante la posguerra.
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