El largo proceso de INDEPENDENCIA de Mx.:¡ Una rebeldia poco exitosa!!
--------Primera etapa: Iniciación violenta(1810-1811)
La etapa de iniciación de la guerra de independencia de México corresponde al período comprendido entre el Grito de Dolores --con el que el cura Hidalgo convocó a su grey a levantarse en armas--, y concluye con la captura del 'Generalísimo de América'[2] en Norias de Acatita de Baján, cuando intentaba huir de sus perseguidores del ejército real.
--------------Preludio al Grito de Dolores
Toda vez que la Junta de México fue desmantelada en el año de 1808 por la Real Audiencia de México, la élite letrada criolla, que encabezaba el movimiento soberanista en la Nueva España, no tuvo otro remedio que pasar a la clandestinidad.
En no pocas ciudades se formaron grupos conspiradores, que sin embargo fueron descubiertos y denunciados ante las autoridades del virreinato.
A su vez, el vierreinato había endurecido su política contra los grupos de personas que fueran encontrados culpables de sedición.
Ejemplo de lo anterior fue lo ocurrido con la conjura de Valladolid (hoy Morelia), cuyos líderes fueron presos también en septiembre, pero de 1809.
Los conspiradores vallisoletanos pudieron, sin embargo, establecer redes con otras ciudades del Bajío, donde finalmente se desencadenaría la guerra popular por la independencia de la Nueva España.
Una de estas ciudades fue Querétaro. Ahí se había formado un grupo de letrados, pequeños comerciantes y militares del ejército colonial, que pretextando reuniones literarias, se reunía en una academia de la población.
Este grupo es conocido en la historia de México como conspiradores de Querétaro.
Entre sus miembros se encontraban el cura Miguel Hidalgo y Costilla, el militar Ignacio Allende, el pequeño industrial Juan Aldama, el corregidor de la ciudad Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez.
La Conspiración de Querétaro fue descubierta en septiembre de 1810.
Los conspiradores tuvieron tiempo de prevenirse ante la intervención de las autoridades virreinales en la ciudad de Querétaro.
Josefa Ortiz de Domínguez alcanzó a dar aviso a Juan Aldama del peligro en que se encontraba el movimiento independentista, al encontrarse las tropas realistas en Querétaro.
A su vez, Aldama se puso en camino a Dolores, para poner al tanto de la situación al cura Hidalgo.
Apremiado por la situación, Hidalgo convocó al pueblo de Dolores, tañendo la campaña de la parroquia local.
Acudieron las personas, aún cuando era de madrugada, y ante ellos, Hidalgo lanzó el 'Grito de Dolores', con el que se suele marcar el inicio de la violenta independencia de México.
---------------------Campaña militar
En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, al grito de ¡Muerte a los gachupines! ¡Muerte al mal gobierno! ¡Viva Fernando VII!, Hidalgo se dirigió al presidio de Dolores, acompañado de un puñado de campesinos analfabetos mal armados y peor preparados para la milicia.
- Puso en libertad a los presos y armó a su ejército con los escasos pertrechos disponibles en la armería local.
- Contaba además, con los refuerzos que pudieran proveerle Allende y Mariano Abasolo, oficiales del ejército.
Acompañado de esta 'tropa' cuya magnitud se desconoce, se dirigió primero a Atotonilco el Grande, donde tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe, que es considerada la primer bandera mexicana. Ahí nuevamente arengó a su tropa, con el grito de ¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!; y prosiguió hacia San Miguel el Grande donde llegaron a reforzarlo Abasolo y Allende.
A su salida de San Miguel el Grande, la tropa insurgente seguía siendo mayoritariamente una turba campesina.
A su paso por las poblaciones del oriente de Guanajuato se sumaban a él nuevos miembros.
Pero la mayor parte de los criollos no veían con buenos ojos el levantamiento de los conspiradores de Querétaro.
Incluso el mismo Ignacio Allende comenzaba a ver con recelo a Hidalgo, a quién más tarde acusaría de haberse dejado llevar por la gleba.
Así las cosas, el Ejército Insurgente salió rumbo a Celaya, donde obtendría su primer victoria importante el 20 de septiembre de 1810. Enarbolando un retrato de Fernando VII, la desordenada tropa tomó la ciudad y la saqueó.
En esa población,el cura Miguel Hidalgo fue proclamado 'Generalísimo de América', quedando al mando del ejército por encima de Allende, que sin duda era el más hábil en lo que se refiere a táctica militar.
De Celaya, los insurgentes salieron con rumbo noroeste, y en su camino se apoderaron de Salamanca, Irapuato y Silao.
Llegaron a Guanajuato el 29 de septiembre.
El intendente Riaño se parapetó en la alhóndiga de Granaditas, uno de los edificios más fuertes y gruesos de la ciudad, creyendo que en ella estaría a salvo.
Sin embargo, siendo superados en número por los atacantes, y muerto el intendente, los españoles tuvieron que capitular. [3]
Al tomar la alhóndiga, el ejército insurgente brutalmente asesinó unos doscientos soldados y como ciento cincuenta civiles que se hallaban refugiados en el edificio (De la Torre, 982).
La ocupación de la ciudad de Guanajuato por parte de los insurgentes, fue el inicio de una serie de victorias que los llevó a ocupar ciudades tan importantes como Valladolid (hoy Morelia), Toluca y llegar a la antesala poniente de la ciudad de México: la sierra de las Cruces.
En ese sitio, el ejército/turba de Hidalgo propinó una de las peores derrotas a los realistas, pero por razones que son desconocidas, el 'generalísimo' decidió volver a la capital de Michoacán,sin atreverse a'tomar'la desguarnecida capital.
A su regreso a la capital michoacana, los insurgentes fueron atacados por el ejército español, al mando de Félix María Calleja del Rey, en Aculco.
La batalla de Aculco dejó bien claro que los insurgentes no estaban en condiciones para poder hacer frente al ejército español.
- Las deserciones fueron cuantiosas, y fueron capturados unos seiscientos elementos del Ejército Insurgente,mucho armamento de los rebeldes y otras pertenencias.
Teniendo en cuenta la situación, los insurgentes se dividieron y el grueso de las tropas se volvió con Allende a la cabeza con rumbo a Guanajuato; mientras apenas un puñado regresó con Hidalgo a Valladolid.
Hidalgo pudo obtener apoyo financiero de la Iglesia y la adhesión de varios centenares de jinetes e infantes; no corrió la misma suerte Allende, que tuvo que abandonar Guanajuato con rumbo al norte para reunirse con Abasolo y Aldama en San Luis Potosí.
Para estas alturas, los simpatizantes de los insurgentes ocupaban otras ciudades en todo el territorio de Nueva España.
Rafael Iriarte controlaba León, Aguascalientes y Zacatecas. Luis de Herrera y Juan de Villerías ocupaban San Luis Potosí.
En Toluca y Zitácuaro estaba Benedicto López.
José María Morelos ya había unido a los calentanos de Michoacán y México a la guerra; mientras que Miguel Sánchez y Julián Villagrán controlaban el valle del Mezquital, en el norte de la intendencia de México.
Guadalajara fue tomada por José Antonio Torres el 11 de noviembre de 1810, luego de haber ocupado el sur de Jalisco y la región de Colima.
Las provincias norteñas como Texas, Coahuila y Nuevo León también se habían sumado a la causa insurgente.
Habiendo abandonado con su pesima estrategia los insurgentes las principales plazas que habían tomado apenas unos días después del inicio de la guerra; estas fueron recuperadas sin gran esfuerzo por el ejército virreinal.
Esto ocurrió entre noviembre de 1810 y los primeros meses de 1811.
El 17 de enero de 1811, la masa de los insurgentes sufrieron una escandalosa derrota, nuevamente a manos de Calleja, en la batalla del Puente de Calderón, que los obligó a huir hacia Zacatecas.
Sin encontrar apoyo en esa ciudad, los jefes insurgentes tuvieron que dirigirse hacia el norte, buscando el apoyo de las provincias septentrionales de la Nueva España.
Engañados por supuestos aliados, se dirigieron rumbo a Monclova, aunque no sabían que esta población era el núcleo de un movimiento contrainsurgente.
En Monclova se reunirían con Mariano Jiménez, que les brindaría apoyo para pasar a Estados Unidos,buscando ayuda.
Los remanentes del Ejército Insurgente, a su paso por Saltillo, fueron puestos al mando de Ignacio López Rayón, quien partió rumbo al sur para refugiarse en las montañas de Michoacán.
Finalmente, en Acatita de Baján, cerca de Monclova, los muy mermados y derrotados insurgentes fueron facilmente capturados por Ignacio Elizondo el 21 de marzo de 1811.
Fueron conducidos a Chihuahua, donde los realistas fusilaron a veintidós miembros o 'cabecillas'de la tropa rebelde, entre ellos Aldama, Allende, Jiménez (26 de junio), Hidalgo (30 de julio); mientras que Abasolo fue exiliado a España, donde murió en prisión en 1816.
Las cabezas de estos cuatro personajes fueron colgadas como escarmiento en las cuatro esquinas de la alhóndiga de Granaditas.[4]
--------Primera etapa: Iniciación violenta(1810-1811)
La etapa de iniciación de la guerra de independencia de México corresponde al período comprendido entre el Grito de Dolores --con el que el cura Hidalgo convocó a su grey a levantarse en armas--, y concluye con la captura del 'Generalísimo de América'[2] en Norias de Acatita de Baján, cuando intentaba huir de sus perseguidores del ejército real.
--------------Preludio al Grito de Dolores
Toda vez que la Junta de México fue desmantelada en el año de 1808 por la Real Audiencia de México, la élite letrada criolla, que encabezaba el movimiento soberanista en la Nueva España, no tuvo otro remedio que pasar a la clandestinidad.
En no pocas ciudades se formaron grupos conspiradores, que sin embargo fueron descubiertos y denunciados ante las autoridades del virreinato.
A su vez, el vierreinato había endurecido su política contra los grupos de personas que fueran encontrados culpables de sedición.
Ejemplo de lo anterior fue lo ocurrido con la conjura de Valladolid (hoy Morelia), cuyos líderes fueron presos también en septiembre, pero de 1809.
Los conspiradores vallisoletanos pudieron, sin embargo, establecer redes con otras ciudades del Bajío, donde finalmente se desencadenaría la guerra popular por la independencia de la Nueva España.
Una de estas ciudades fue Querétaro. Ahí se había formado un grupo de letrados, pequeños comerciantes y militares del ejército colonial, que pretextando reuniones literarias, se reunía en una academia de la población.
Este grupo es conocido en la historia de México como conspiradores de Querétaro.
Entre sus miembros se encontraban el cura Miguel Hidalgo y Costilla, el militar Ignacio Allende, el pequeño industrial Juan Aldama, el corregidor de la ciudad Miguel Domínguez y su esposa Josefa Ortiz de Domínguez.
La Conspiración de Querétaro fue descubierta en septiembre de 1810.
Los conspiradores tuvieron tiempo de prevenirse ante la intervención de las autoridades virreinales en la ciudad de Querétaro.
Josefa Ortiz de Domínguez alcanzó a dar aviso a Juan Aldama del peligro en que se encontraba el movimiento independentista, al encontrarse las tropas realistas en Querétaro.
A su vez, Aldama se puso en camino a Dolores, para poner al tanto de la situación al cura Hidalgo.
Apremiado por la situación, Hidalgo convocó al pueblo de Dolores, tañendo la campaña de la parroquia local.
Acudieron las personas, aún cuando era de madrugada, y ante ellos, Hidalgo lanzó el 'Grito de Dolores', con el que se suele marcar el inicio de la violenta independencia de México.
---------------------Campaña militar
En la madrugada del 16 de septiembre de 1810, al grito de ¡Muerte a los gachupines! ¡Muerte al mal gobierno! ¡Viva Fernando VII!, Hidalgo se dirigió al presidio de Dolores, acompañado de un puñado de campesinos analfabetos mal armados y peor preparados para la milicia.
- Puso en libertad a los presos y armó a su ejército con los escasos pertrechos disponibles en la armería local.
- Contaba además, con los refuerzos que pudieran proveerle Allende y Mariano Abasolo, oficiales del ejército.
Acompañado de esta 'tropa' cuya magnitud se desconoce, se dirigió primero a Atotonilco el Grande, donde tomó el estandarte de la virgen de Guadalupe, que es considerada la primer bandera mexicana. Ahí nuevamente arengó a su tropa, con el grito de ¡Viva la Virgen de Guadalupe y mueran los gachupines!; y prosiguió hacia San Miguel el Grande donde llegaron a reforzarlo Abasolo y Allende.
A su salida de San Miguel el Grande, la tropa insurgente seguía siendo mayoritariamente una turba campesina.
A su paso por las poblaciones del oriente de Guanajuato se sumaban a él nuevos miembros.
Pero la mayor parte de los criollos no veían con buenos ojos el levantamiento de los conspiradores de Querétaro.
Incluso el mismo Ignacio Allende comenzaba a ver con recelo a Hidalgo, a quién más tarde acusaría de haberse dejado llevar por la gleba.
Así las cosas, el Ejército Insurgente salió rumbo a Celaya, donde obtendría su primer victoria importante el 20 de septiembre de 1810. Enarbolando un retrato de Fernando VII, la desordenada tropa tomó la ciudad y la saqueó.
En esa población,el cura Miguel Hidalgo fue proclamado 'Generalísimo de América', quedando al mando del ejército por encima de Allende, que sin duda era el más hábil en lo que se refiere a táctica militar.
De Celaya, los insurgentes salieron con rumbo noroeste, y en su camino se apoderaron de Salamanca, Irapuato y Silao.
Llegaron a Guanajuato el 29 de septiembre.
El intendente Riaño se parapetó en la alhóndiga de Granaditas, uno de los edificios más fuertes y gruesos de la ciudad, creyendo que en ella estaría a salvo.
Sin embargo, siendo superados en número por los atacantes, y muerto el intendente, los españoles tuvieron que capitular. [3]
Al tomar la alhóndiga, el ejército insurgente brutalmente asesinó unos doscientos soldados y como ciento cincuenta civiles que se hallaban refugiados en el edificio (De la Torre, 982).
La ocupación de la ciudad de Guanajuato por parte de los insurgentes, fue el inicio de una serie de victorias que los llevó a ocupar ciudades tan importantes como Valladolid (hoy Morelia), Toluca y llegar a la antesala poniente de la ciudad de México: la sierra de las Cruces.
En ese sitio, el ejército/turba de Hidalgo propinó una de las peores derrotas a los realistas, pero por razones que son desconocidas, el 'generalísimo' decidió volver a la capital de Michoacán,sin atreverse a'tomar'la desguarnecida capital.
A su regreso a la capital michoacana, los insurgentes fueron atacados por el ejército español, al mando de Félix María Calleja del Rey, en Aculco.
La batalla de Aculco dejó bien claro que los insurgentes no estaban en condiciones para poder hacer frente al ejército español.
- Las deserciones fueron cuantiosas, y fueron capturados unos seiscientos elementos del Ejército Insurgente,mucho armamento de los rebeldes y otras pertenencias.
Teniendo en cuenta la situación, los insurgentes se dividieron y el grueso de las tropas se volvió con Allende a la cabeza con rumbo a Guanajuato; mientras apenas un puñado regresó con Hidalgo a Valladolid.
Hidalgo pudo obtener apoyo financiero de la Iglesia y la adhesión de varios centenares de jinetes e infantes; no corrió la misma suerte Allende, que tuvo que abandonar Guanajuato con rumbo al norte para reunirse con Abasolo y Aldama en San Luis Potosí.
Para estas alturas, los simpatizantes de los insurgentes ocupaban otras ciudades en todo el territorio de Nueva España.
Rafael Iriarte controlaba León, Aguascalientes y Zacatecas. Luis de Herrera y Juan de Villerías ocupaban San Luis Potosí.
En Toluca y Zitácuaro estaba Benedicto López.
José María Morelos ya había unido a los calentanos de Michoacán y México a la guerra; mientras que Miguel Sánchez y Julián Villagrán controlaban el valle del Mezquital, en el norte de la intendencia de México.
Guadalajara fue tomada por José Antonio Torres el 11 de noviembre de 1810, luego de haber ocupado el sur de Jalisco y la región de Colima.
Las provincias norteñas como Texas, Coahuila y Nuevo León también se habían sumado a la causa insurgente.
Habiendo abandonado con su pesima estrategia los insurgentes las principales plazas que habían tomado apenas unos días después del inicio de la guerra; estas fueron recuperadas sin gran esfuerzo por el ejército virreinal.
Esto ocurrió entre noviembre de 1810 y los primeros meses de 1811.
El 17 de enero de 1811, la masa de los insurgentes sufrieron una escandalosa derrota, nuevamente a manos de Calleja, en la batalla del Puente de Calderón, que los obligó a huir hacia Zacatecas.
Sin encontrar apoyo en esa ciudad, los jefes insurgentes tuvieron que dirigirse hacia el norte, buscando el apoyo de las provincias septentrionales de la Nueva España.
Engañados por supuestos aliados, se dirigieron rumbo a Monclova, aunque no sabían que esta población era el núcleo de un movimiento contrainsurgente.
En Monclova se reunirían con Mariano Jiménez, que les brindaría apoyo para pasar a Estados Unidos,buscando ayuda.
Los remanentes del Ejército Insurgente, a su paso por Saltillo, fueron puestos al mando de Ignacio López Rayón, quien partió rumbo al sur para refugiarse en las montañas de Michoacán.
Finalmente, en Acatita de Baján, cerca de Monclova, los muy mermados y derrotados insurgentes fueron facilmente capturados por Ignacio Elizondo el 21 de marzo de 1811.
Fueron conducidos a Chihuahua, donde los realistas fusilaron a veintidós miembros o 'cabecillas'de la tropa rebelde, entre ellos Aldama, Allende, Jiménez (26 de junio), Hidalgo (30 de julio); mientras que Abasolo fue exiliado a España, donde murió en prisión en 1816.
Las cabezas de estos cuatro personajes fueron colgadas como escarmiento en las cuatro esquinas de la alhóndiga de Granaditas.[4]
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