Re: VALIENDO MADRE LLAMANDO al SANTO
EL NENE JELIPONCIO DEL SAGRADO CUCHARON DE JOSÚ Y MARÍA SANTISIMA DE GUADALUPE, REYNA DE TODOS LOS MEXICANOS, NUESTRO MAL MENOR, Y BRAGUETA PERSIGNADA AZUL, YA ESTÁ A PUNTO DE ACABAR ON TODITITOS LOS NARCOS...
Una masacre por drogas deja aterrorizado a un poblado Mexicano
Por JAMES C. McKINLEY Jr.
Publicado por The New York Times el 31 de mayo de 2008
VILLA AHUMADA, México — Una masacre de hace dos semanas ha convertido a este pueblo somnoliento en un fantasmal emblema de la violencia por la droga que ha barrido a México durante un año y medio, destripando a las fuerzas policíacas locales aterrorizando a los ciudadanos, y haciendo casi imposible autoafirmarse a las autoridades.
El Heraldo de Chihuahua
En Villa ahumada, México, el 18de mayo la noche anterior, docenas de pistoleros asesinaron a seis personas en el pueblo, incluyendo a diez civiles que estaban juntos en un pickup y levantaron a otros.
Por la noche del 17 de mayo ¡, docenas de hombres con rifles de asalto allanaron el pueblo con varios camiones y cazaron el lugar. Mataron al jefe de la policía, a dos oficiales y a tres civiles. Entonces secuestraron aproximadamente a diez personas, según dijeron los testigos de los hechos. Solamente se ha encontrado a uno, muerto y envuelto en una alfombra en Ciudad Juárez.
La totalidad de la fuerza policíaca renunció después del ataque, y los oficiales abandonaron el pueblo durante varios días, dejando tan apresuradamente que no liberaron a los insignificantes criminales detenidos en la cárcel. El Estado y el gobierno federal envío 300 tropas y 16 oficiales estatales de policía, restableciendo una difícil semblanza de orden. Pero los habitantes del pueblo permanecieron horrorizados.
“Y si, en verdad estamos aterrorizados todo mundo tiene pavor,” comentó José Antonio Contreras, un muchacho de 17 años quien fue amenazado por los pistoleros. Y nadie sale de noche”
los turistas que manejan hacia el sur de Texas hacia las playas de la costa del Pacífico pasan a través de Villa Ahumada por la carretera 45. Hubo una época cuando este pueblo polvoriento con vías de ferrocarril era mejor conocido por sus ventas de burritas, por su buen queso y por haber registrado una de las temperaturas más frías en México: — 23º C bajo cero en enero de 1962.
Sin embargo, en años recientes también se ha convertido en una estación de paso de las principales rutas de contrabando de droga. Villa Ahumada queda a 85 millas al sur de El Paso, sobre la carretera principal de la Ciudad de Chihuahua hasta la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez.
La violencia por la droga en México ahora se convertido tan penetrante que está infectando hasta las pequeñas comunidades como ésta, que tiene menos de 9,000 residentes.
En todo el país, durante los últimos 18 meses, se han asesinado a más de 4,000 personas en ataques similares y en batallas a tiros, aun cuando el presidente Felipe Calderón ha intentado recuperar poblaciones donde la policía local y los funcionarios estaban dentro de la nómina de los carteles de la droga.
Esta semana han fallecido varios funcionarios federales en batallas a tiros contra sicarios de los carteles, cuando han intentado enrar a una casa en Culiacán, capital del Estado de Sinaloa, una ciudad notoria por sus traficantes de droga. Se han enviado oficiales a la ciudad junto con 2,700 soldados y agentes, para darle seguimiento a un reputado traficante a quien se le cree haber ordenado el asesinato del actuante jefe de la policía federal quien fue muerto en la Ciudad de México el viernes 9 de mayo de 2008.
Cuando llegó la policía, se colgaron mantas en la ciudad, burlándose de los oficiales y diciendo que el reputado jefe del cartel, Arturo Beltrán Leyva, reina en Culiacán.
En Villa Ahumada en menos de dos semanas después de la masacre, las personas estaban tan acobardadas que hasta el alcalde y su comisionado de policía declinaron las solicitudes para ser entrevistados. Cuando se les preguntó quienes habían sido los pistoleros y porqué habían llegado, la mayoría de los residentes que fueron entrevistados meneaban sus cabecitas y murmuraban que había espías por todas partes. Sin embargo, en privado, algunos reconocían que desde hace mucho el pueblo se había convertido en la casa de los traficantes de drogas, en unión con un conocido distribuidor de drogas, Pedro Sánchez Arras.
Los aterrorizados residentes, que no querían ser identificados, comentaron que el agente en el pueblo del Sr. Sánchez era Gerardo Gallegos Rodelo, un tipo rudo de 19 años que se paseaba alrededor con una cuadrilla armada. Se rumoraba que él y el Sr. Sánchez tenían ligas con un cartel de drogas en Ciudad Juárez , y que es controlado por la familia Carrillo Fuentes. los funcionarios de procuración de justicia no confirmaron tal aseveración.
Varios residentes dicen que el Sr. Gallegos y el Sr. Sánchez parecen disfrutar de una buena relación con la policía local. Las personas se encogieron de hombros y toleraron el arreglo. El pueblo era pacífico, después de todo, algunos decían. Parecía bueno dejarlos suficientemente solos.
“En donde estés en México actualmente hay distribuidores de drogas, no sólo aquí,” explicó Raúl Moreno, de 64 años, un obrero diurno. “Ellos no molestaban a nadie, y nadie slos molestaba a ellos.”
El problema empezó dice la gente de por aquí, cuando maaron al Sr. Gallegos, en un tiroteo con un grupo de gángsters en Hidalgo del Parral, en la parte sur del Estado de Chihuahua, el 6 de abril próximo pasado.
Dos días después, el ejército se apareció en su funeral y arrestó a docenas de personas que asistieron, tomando en custodia a un comandante de la policía Adrían Barrón entre otros. Queda sin saberse de qué se les acusa a los detenidos, según dijo la oficina del procurador general [del Estado]
El 13 de mayo, los soldados arrestaron al Sr. Sánchez por tráfico de drogas en Hidalgo del Parral.
Parece ser que el arresto puso en movimiento los problemas en Villa Ahumada. Ya tarde el sábado por la noche, cuatro días después del arresto del Sr. Sánchez según relata el Sr. Contreras de 17 años, él y varios otros muchachos estaban vbailando en una fiesta cerca de la plaza principal del poblado cuando escucharon disparos de ametralladora.
Rápidamente abandonó la fiesta con su novia y su madre, pero corrieron hacia tres vehículos llenos de hombres armados hasta los dientes, según él mismo comentó. Vomitando amenazas, los pistoleros los forzaron a los tres a tirarse al piso. Él esperaba disparos, peor los autos se alejaron. Uno de los hombres gritó “ Estaremos de regreso”
Por tres horas, los sicarios vagabundearon por el poblado en seis pick ups, y automóviles deportivos. Ellos ametrallaron un lote de autos usados, bombeando más de 75 disparos contra dos hombres que iban en un camión. Uno de ellos era Julio Armando Gómez, gerente de una rosticería de pollos. El otro era Mario Alberto González Castro, de 41 años, quien vendía boletos n la estación de autobuses.
La esposa del Sr. González, quien nos pidió que fuera identificada tan sólo por su apodo, Cuquis, dijo que había buscado a su esposo cuando escuchó el tiroteo, y encontró el cadáver de su esposo escurriendo sangre dentro del auto. Su manos temblaban de terror cuando se le preguntó quién podría estar detrás del asesinato de su esposo; entonces ella se quebró, diciendo que le había dicho a la policía lo que ella sabía y que no podía decirles nada más. “Mi esposo era inocente, inocente sobre todo,” decía con la voz entrecortada.
Los sicarios mataron al jefe de la policía, José Armando Estrada Rodríguez, t a dos oficiales, Óscar Zuñiga Dávila y José Luis Quiñones Juárez, quienes estaban sentados en su patrulla en una gasolinería. Los atacantes asesinaron a los gres con 26 disparos de un rifle de asalto, comentaron los demás policías.
También falleció Luis Eduardo Escobedo Ruiz, de 21 años, quien estaba estacionándose en un lote de estacionamiento cerca de la gasolinería. Más de 100 cartuchos se encontraron afuera de su automóvil.
En privado, algunos residentes especularon de que los atacantes provenían de un intento de cartel rival de droga, para echar para fuera de Ciudad Juárez y las ciudades a lo largo de la ruta a través del Estado de Chihuahua, hasta el Estado de Sinaloa a la familia de narcos Carrillo Fuentes Algunos secretean que fue Joaquín Guzmán, un traficante de drogas conocido como as “El Chapo,” quien envío a los comandos. Otros mencionan a “Los Zetas” temidos sicarios contratados en la nómina del cartel de l Golfo.
Ì] “Ellos se están deshaciendo de toda la gente conectada con [b] Pedro Sánchez,” dijo un jovencito solicitando anonimato, por el temor a los carteles de la droga. . “toda la policía trabajaba para Pedro”
Las autoridades estatales dicen que todavía tienen poca información acerca de lo ocurrido, mucho menos para quién trababan los sicarios. El silencio del terror de los residentes hace difícil que progresen los investigadores, dijo Eduardo Esparza, vocero del Procurador General del estado.
EL NENE JELIPONCIO DEL SAGRADO CUCHARON DE JOSÚ Y MARÍA SANTISIMA DE GUADALUPE, REYNA DE TODOS LOS MEXICANOS, NUESTRO MAL MENOR, Y BRAGUETA PERSIGNADA AZUL, YA ESTÁ A PUNTO DE ACABAR ON TODITITOS LOS NARCOS...
Una masacre por drogas deja aterrorizado a un poblado Mexicano
Por JAMES C. McKINLEY Jr.
Publicado por The New York Times el 31 de mayo de 2008
VILLA AHUMADA, México — Una masacre de hace dos semanas ha convertido a este pueblo somnoliento en un fantasmal emblema de la violencia por la droga que ha barrido a México durante un año y medio, destripando a las fuerzas policíacas locales aterrorizando a los ciudadanos, y haciendo casi imposible autoafirmarse a las autoridades.
El Heraldo de Chihuahua
En Villa ahumada, México, el 18de mayo la noche anterior, docenas de pistoleros asesinaron a seis personas en el pueblo, incluyendo a diez civiles que estaban juntos en un pickup y levantaron a otros.
Por la noche del 17 de mayo ¡, docenas de hombres con rifles de asalto allanaron el pueblo con varios camiones y cazaron el lugar. Mataron al jefe de la policía, a dos oficiales y a tres civiles. Entonces secuestraron aproximadamente a diez personas, según dijeron los testigos de los hechos. Solamente se ha encontrado a uno, muerto y envuelto en una alfombra en Ciudad Juárez.
La totalidad de la fuerza policíaca renunció después del ataque, y los oficiales abandonaron el pueblo durante varios días, dejando tan apresuradamente que no liberaron a los insignificantes criminales detenidos en la cárcel. El Estado y el gobierno federal envío 300 tropas y 16 oficiales estatales de policía, restableciendo una difícil semblanza de orden. Pero los habitantes del pueblo permanecieron horrorizados.
“Y si, en verdad estamos aterrorizados todo mundo tiene pavor,” comentó José Antonio Contreras, un muchacho de 17 años quien fue amenazado por los pistoleros. Y nadie sale de noche”
los turistas que manejan hacia el sur de Texas hacia las playas de la costa del Pacífico pasan a través de Villa Ahumada por la carretera 45. Hubo una época cuando este pueblo polvoriento con vías de ferrocarril era mejor conocido por sus ventas de burritas, por su buen queso y por haber registrado una de las temperaturas más frías en México: — 23º C bajo cero en enero de 1962.
Sin embargo, en años recientes también se ha convertido en una estación de paso de las principales rutas de contrabando de droga. Villa Ahumada queda a 85 millas al sur de El Paso, sobre la carretera principal de la Ciudad de Chihuahua hasta la ciudad fronteriza de Ciudad Juárez.
La violencia por la droga en México ahora se convertido tan penetrante que está infectando hasta las pequeñas comunidades como ésta, que tiene menos de 9,000 residentes.
En todo el país, durante los últimos 18 meses, se han asesinado a más de 4,000 personas en ataques similares y en batallas a tiros, aun cuando el presidente Felipe Calderón ha intentado recuperar poblaciones donde la policía local y los funcionarios estaban dentro de la nómina de los carteles de la droga.
Esta semana han fallecido varios funcionarios federales en batallas a tiros contra sicarios de los carteles, cuando han intentado enrar a una casa en Culiacán, capital del Estado de Sinaloa, una ciudad notoria por sus traficantes de droga. Se han enviado oficiales a la ciudad junto con 2,700 soldados y agentes, para darle seguimiento a un reputado traficante a quien se le cree haber ordenado el asesinato del actuante jefe de la policía federal quien fue muerto en la Ciudad de México el viernes 9 de mayo de 2008.
Cuando llegó la policía, se colgaron mantas en la ciudad, burlándose de los oficiales y diciendo que el reputado jefe del cartel, Arturo Beltrán Leyva, reina en Culiacán.
En Villa Ahumada en menos de dos semanas después de la masacre, las personas estaban tan acobardadas que hasta el alcalde y su comisionado de policía declinaron las solicitudes para ser entrevistados. Cuando se les preguntó quienes habían sido los pistoleros y porqué habían llegado, la mayoría de los residentes que fueron entrevistados meneaban sus cabecitas y murmuraban que había espías por todas partes. Sin embargo, en privado, algunos reconocían que desde hace mucho el pueblo se había convertido en la casa de los traficantes de drogas, en unión con un conocido distribuidor de drogas, Pedro Sánchez Arras.
Los aterrorizados residentes, que no querían ser identificados, comentaron que el agente en el pueblo del Sr. Sánchez era Gerardo Gallegos Rodelo, un tipo rudo de 19 años que se paseaba alrededor con una cuadrilla armada. Se rumoraba que él y el Sr. Sánchez tenían ligas con un cartel de drogas en Ciudad Juárez , y que es controlado por la familia Carrillo Fuentes. los funcionarios de procuración de justicia no confirmaron tal aseveración.
Varios residentes dicen que el Sr. Gallegos y el Sr. Sánchez parecen disfrutar de una buena relación con la policía local. Las personas se encogieron de hombros y toleraron el arreglo. El pueblo era pacífico, después de todo, algunos decían. Parecía bueno dejarlos suficientemente solos.
“En donde estés en México actualmente hay distribuidores de drogas, no sólo aquí,” explicó Raúl Moreno, de 64 años, un obrero diurno. “Ellos no molestaban a nadie, y nadie slos molestaba a ellos.”
El problema empezó dice la gente de por aquí, cuando maaron al Sr. Gallegos, en un tiroteo con un grupo de gángsters en Hidalgo del Parral, en la parte sur del Estado de Chihuahua, el 6 de abril próximo pasado.
Dos días después, el ejército se apareció en su funeral y arrestó a docenas de personas que asistieron, tomando en custodia a un comandante de la policía Adrían Barrón entre otros. Queda sin saberse de qué se les acusa a los detenidos, según dijo la oficina del procurador general [del Estado]
El 13 de mayo, los soldados arrestaron al Sr. Sánchez por tráfico de drogas en Hidalgo del Parral.
Parece ser que el arresto puso en movimiento los problemas en Villa Ahumada. Ya tarde el sábado por la noche, cuatro días después del arresto del Sr. Sánchez según relata el Sr. Contreras de 17 años, él y varios otros muchachos estaban vbailando en una fiesta cerca de la plaza principal del poblado cuando escucharon disparos de ametralladora.
Rápidamente abandonó la fiesta con su novia y su madre, pero corrieron hacia tres vehículos llenos de hombres armados hasta los dientes, según él mismo comentó. Vomitando amenazas, los pistoleros los forzaron a los tres a tirarse al piso. Él esperaba disparos, peor los autos se alejaron. Uno de los hombres gritó “ Estaremos de regreso”
Por tres horas, los sicarios vagabundearon por el poblado en seis pick ups, y automóviles deportivos. Ellos ametrallaron un lote de autos usados, bombeando más de 75 disparos contra dos hombres que iban en un camión. Uno de ellos era Julio Armando Gómez, gerente de una rosticería de pollos. El otro era Mario Alberto González Castro, de 41 años, quien vendía boletos n la estación de autobuses.
La esposa del Sr. González, quien nos pidió que fuera identificada tan sólo por su apodo, Cuquis, dijo que había buscado a su esposo cuando escuchó el tiroteo, y encontró el cadáver de su esposo escurriendo sangre dentro del auto. Su manos temblaban de terror cuando se le preguntó quién podría estar detrás del asesinato de su esposo; entonces ella se quebró, diciendo que le había dicho a la policía lo que ella sabía y que no podía decirles nada más. “Mi esposo era inocente, inocente sobre todo,” decía con la voz entrecortada.
Los sicarios mataron al jefe de la policía, José Armando Estrada Rodríguez, t a dos oficiales, Óscar Zuñiga Dávila y José Luis Quiñones Juárez, quienes estaban sentados en su patrulla en una gasolinería. Los atacantes asesinaron a los gres con 26 disparos de un rifle de asalto, comentaron los demás policías.
También falleció Luis Eduardo Escobedo Ruiz, de 21 años, quien estaba estacionándose en un lote de estacionamiento cerca de la gasolinería. Más de 100 cartuchos se encontraron afuera de su automóvil.
En privado, algunos residentes especularon de que los atacantes provenían de un intento de cartel rival de droga, para echar para fuera de Ciudad Juárez y las ciudades a lo largo de la ruta a través del Estado de Chihuahua, hasta el Estado de Sinaloa a la familia de narcos Carrillo Fuentes Algunos secretean que fue Joaquín Guzmán, un traficante de drogas conocido como as “El Chapo,” quien envío a los comandos. Otros mencionan a “Los Zetas” temidos sicarios contratados en la nómina del cartel de l Golfo.
Ì] “Ellos se están deshaciendo de toda la gente conectada con [b] Pedro Sánchez,” dijo un jovencito solicitando anonimato, por el temor a los carteles de la droga. . “toda la policía trabajaba para Pedro”
Las autoridades estatales dicen que todavía tienen poca información acerca de lo ocurrido, mucho menos para quién trababan los sicarios. El silencio del terror de los residentes hace difícil que progresen los investigadores, dijo Eduardo Esparza, vocero del Procurador General del estado.
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