Re: Un crimen, que seudo expertos acaben con personajes como Hidalgo
Don Cubetas –líder moral de la recua piadosa- insiste en querer hacerse tonto solo.
El juicio de Hidalgo, las preguntas, la tortura y todos los piadosos y cristianos métodos usados por la Inquisición para obligarlo a firmar su “arrepentimiento”, efectivamente duraron poco más de cuatro meses.
Pero la “degradación” como sacerdote (es decir, ese cristiano procedimiento que consiste en “rasparle con un cuchillo la piel de la cabeza del reo, las palmas de sus manos, las yemas de sus dedos y cortarle parte de su cabello, con el fin de “despojarle” del orden sacerdotal”) se llevó a efecto la mañana del 29 de Julio de 1811.
Después de ese piadoso acto, lo hicieron poner de rodillas para notificarle que sería fusilado y sus bienes confiscados.
Y es entonces que –según ellos- “se llamó a un confesor a fin de prepararse a morir cristianamente”.
Lo fusilaron a la mañana siguiente, 30 de julio de 1811.
http://docs.google.com/viewer?a=v&q=...enmlp0fZM9xRIA
Así que no fueron “cuatro meses de tierna y cristiana reconciliación”. Menos de 24 horas es bastante “inmediato” (Contiguo o muy cercano a algo) y “Directo” (Derecho o en línea recta).
Pero además sigue alegando estupideces, porque no importa que el supuesto “confesor” haya sido o no un “penitenciario”.
Lo importante es que la Iglesia condenó a Hidalgo y a todos los Insurgentes, condenó y combatió la Independencia, igual que ha estado siempre en contra del pueblo de México y sus luchas.
El fusilamiento del “Padre de la Patria” fue celebrado el 10 de agosto de 1811 por el clero de México con Te Deum solemne.
Como la palabra “escarmiento” y “advertencia” estaban a la orden del día, los cuerpos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron decapitados, y las cabezas conducidas a la ciudad de Guanajuato, en donde fueron clavadas en garfios y colocadas en los cuatro ángulos de la Alhóndiga de Granaditas.
La Institución religiosa que persiguió, juzgó y entregó a la muerte a Hidalgo y compañeros de lucha, con todo su poderío, reconoció la Independencia de México hasta 1836.
Este es el pasado que la Iglesia católica -y don Cubetas- quisieran que el pueblo de México olvidara.
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Originalmente publicado por cubo
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El juicio de Hidalgo, las preguntas, la tortura y todos los piadosos y cristianos métodos usados por la Inquisición para obligarlo a firmar su “arrepentimiento”, efectivamente duraron poco más de cuatro meses.
Pero la “degradación” como sacerdote (es decir, ese cristiano procedimiento que consiste en “rasparle con un cuchillo la piel de la cabeza del reo, las palmas de sus manos, las yemas de sus dedos y cortarle parte de su cabello, con el fin de “despojarle” del orden sacerdotal”) se llevó a efecto la mañana del 29 de Julio de 1811.
Después de ese piadoso acto, lo hicieron poner de rodillas para notificarle que sería fusilado y sus bienes confiscados.
Y es entonces que –según ellos- “se llamó a un confesor a fin de prepararse a morir cristianamente”.
Lo fusilaron a la mañana siguiente, 30 de julio de 1811.
http://docs.google.com/viewer?a=v&q=...enmlp0fZM9xRIA
Así que no fueron “cuatro meses de tierna y cristiana reconciliación”. Menos de 24 horas es bastante “inmediato” (Contiguo o muy cercano a algo) y “Directo” (Derecho o en línea recta).
Pero además sigue alegando estupideces, porque no importa que el supuesto “confesor” haya sido o no un “penitenciario”.
Lo importante es que la Iglesia condenó a Hidalgo y a todos los Insurgentes, condenó y combatió la Independencia, igual que ha estado siempre en contra del pueblo de México y sus luchas.
El fusilamiento del “Padre de la Patria” fue celebrado el 10 de agosto de 1811 por el clero de México con Te Deum solemne.
Como la palabra “escarmiento” y “advertencia” estaban a la orden del día, los cuerpos de Hidalgo, Allende, Aldama y Jiménez fueron decapitados, y las cabezas conducidas a la ciudad de Guanajuato, en donde fueron clavadas en garfios y colocadas en los cuatro ángulos de la Alhóndiga de Granaditas.
La Institución religiosa que persiguió, juzgó y entregó a la muerte a Hidalgo y compañeros de lucha, con todo su poderío, reconoció la Independencia de México hasta 1836.
Este es el pasado que la Iglesia católica -y don Cubetas- quisieran que el pueblo de México olvidara.
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